Los genes marcan la vida de las personas. El ácido desoxirribonucleico (ADN) es una compleja base de información genética cuyo análisis arroja luz sobre el porqué de las enfermedades. A través de la obtención de esos datos se pueden mejorar los medios para tratar los padecimientos. Un complejo estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores de los hospitales Carlos Haya de Málaga y Reina Sofía de Córdoba ha supuesto un paso adelante muy importante para en el futuro aumentar las garantías de curación de la leucemia aguda. En síntesis, el descubrimiento permite saber, a través del análisis de muestras de ADN y de ARN (ácido ribonucleico), qué pacientes van a responder bien a un tratamiento con quimioterapia y quiénes no van a mejorar.
Esa información facilitará que los médicos recurran a tratamientos más agresivos para evitar el avance de la leucemia y sus efectos nocivos para el paciente. Fundamentalmente, se apostaría por someter al enfermo a un trasplante de médula ósea. Este avance científico será especialmente beneficioso en casos de leucemia infantil, aunque también tendrá una repercusión positiva en enfermos adultos.
La investigación la han realizado los hematólogos del hospital cordobés Reina Sofía José Román y Antonio Torres, y los especialistas en hematología del Carlos Haya Antonio Jiménez y Manuel Barrios. Los resultados de este ensayo han sido muy fructíferos y han sido recogidos por varias publicaciones científicas.
Verdad científica
«El estudio debe ser ratificado por otros grupos de investigadores para que se convierta en una verdad científica», explicó el director de Investigación de la Fundación Carlos Haya, Fernando Rodríguez de Fonseca. Mientras tanto, no se puede aplicar en la medicina práctica. En estos momentos, varios laboratorios trabajan en esa línea de estudio sobre la leucemia, por lo que se espera que en un tiempo relativamente breve el descubrimiento reciba el aval preciso. Ése es el paso previo para que la industria farmacéutica efectúe ensayos con la intención de sacar al mercado medicamentos que apliquen las conclusiones de los científicos.
Con la investigación de Carlos Haya y el Reina Sofía se mejora el conocimiento que se posee de los marcadores o factores pronósticos en los casos de leucemia aguda. Cuando a un enfermo se le diagnostica la enfermedad, el paso siguiente es recibir un tratamiento estándar. Los resultados de la terapia están sometidos a unos factores de riesgo conocidos y admitidos científicamente. Así, mientras unos pacientes evolucionan favorablemente con la medicación que se les da, otros, con el mismo tipo de leucemia aguda y siguiendo un tratamiento quimioterápico similar, no responden y empeoran.
«Existen unos factores pronósticos de la leucemia aguda que se le escapan al médico, que desconoce por qué unos casos mejoran y otros empeoran si toman los mismos fármacos», dijo el hematólogo Antonio Jiménez. La línea que emprendieron los investigadores del Reina Sofía y del Carlos Haya tenía como objetivo identificar los llamados factores epigenéticos, que son aquellos que conducen al silencio en la expresión de un gen sin que en su secuencia de ADN existan alteraciones estructurales como, por ejemplo, mutaciones. Eso significa que algunos genes que deberían estar presentes no lo están.
Seres humanos
Rodríguez de Fonseca subrayó a ese respecto que la genética no sólo sirve para saber cómo están hechos los seres humanos, sino que también hay que tener presente que modificando esos patrones pueden aparecer enfermedades, porque existe un rasgo genético que no debería estar o desaparece uno que sí tendría que estar presente.
La mayor ventaja del trabajo elaborado en los dos hospitales andaluces es que los médicos conocerán cuándo una leucemia aguda va a evolucionar bien o lo va a hacer mal tras suministrarle al paciente un tratamiento de quimioterapia. Esta información que recibirán los hematólogos facilitará que se adelanten a la evolución negativa de la enfermedad, sobre todo en el caso de leucemias infantiles. «Nuestro hallazgo sirve para determinar si un paciente responderá bien o mal a la quimioterapia. En los casos negativos podremos optar por aplicar al enfermo un tratamiento más agresivo, como es un trasplante de médula ósea. De ese modo, se les evitará a los enfermos recaídas y sufrimientos innecesarios», manifestó el doctor Antonio Jiménez.