Un estudio pone en relación las perturbaciones electromagnéticas del sol con los infartos en personas propensas

Según este trabajo, la morbilidad aumentó entre los pacientes mayores de 64 años tras producirse una tormenta geomagnética
Por EROSKI Consumer 9 de abril de 2005

Un estudio de investigadores cubanos relaciona las perturbaciones electromagnéticas originadas por la actividad solar con la frecuencia del infarto agudo de miocardio en personas propensas a sufrir ataques del corazón.

El físico Ramón Rodríguez Taboada y el ingeniero Pablo Sierra Figueredo investigaron esa relación durante nueve años y presentaron los resultados de su estudio en la Primera Convención Cubana sobre Ciencias de la Tierra concluida ayer en La Habana. La investigación, que titularon «Frecuencia de morbilidad por infarto agudo del miocardio y su relación con la actividad solar y geomagnética», estuvo dirigida a ver cómo se modificaba la distribución en la ocurrencia de los infartos con la actividad solar, según explicaron sus autores.

«El objetivo nuestro es hacer conocer a otros especialistas, en particular de las ciencias biológicas, que estamos rodeados de un medio electromagnético que forma parte también del medioambiente y al cual generalmente no se le presta atención», apuntó el doctor en ciencias Rodríguez Taboada.

Para el estudio, los investigadores tomaron como base una muestra de 5.172 personas de diversas edades y ambos sexos con diagnóstico de infarto en salas de cuidados intensivos de cinco importantes hospitales de La Habana. Se valieron además de un software para comparar los datos aportados por los hospitales con los reportes sobre las series de tormentas electromagnéticas registradas.

El ciclo de actividad solar tiene un período aproximado de once años, y según indicaron, recopilaron información de aproximadamente todo ese tiempo. La esencia del trabajo está en demostrar la relación Sol-biosfera, «concretamente la acción del medio interplanetario sobre la biosfera», señaló Rodríguez Taboada.

Los resultados pusieron de relieve que la morbilidad por infarto aumentó entre los cubanos mayores de 64 años tras producirse una tormenta geomagnética y que, contrariamente a quienes pensaban que el verano favorecía esta dolencia, los meses invernales como enero y febrero registraron mayor ocurrencia. «El médico está acostumbrado a trabajar con presión, temperatura, humedad, pero no tiene en cuenta esa parte del medio ambiente que es la electromagnética a la que estamos sometidos», afirmaron

Los investigadores consideraron que su estudio puede constituir en un futuro un aporte a la prevención del infarto si se tiene en cuenta los pronósticos que se hacen de la actividad solar. Además, consideran que desde el punto epidemiológico puede tener importancia en cuanto a la planificación de los recursos, debido a que hay una determinada población proclive a sufrir un ataque al corazón y entonces sería posible planear cómo utilizar los recursos destinados a su atención.

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