La muerte en agosto pasado de al menos once pacientes de hemodiálisis en tres hospitales de Madrid, Valencia y Barcelona, está directamente asociada al uso del filtro dializador Althane A-18 comercializado y fabricado por la empresa Baxter. A esta conclusión preliminar llega el informe del grupo de expertos al que el Ministerio de Sanidad encargó una investigación exhaustiva sobre las causas de los fallecimientos.
Uno de estos especialistas estableció ayer una «clara asociación» entre las muertes de cuatro enfermos renales en el Hospital de la Princesa (Madrid), seis en la Clínica Virgen del Consuelo de Valencia y uno el Hospital Clinic de Barcelona. En el transcurso de la reunión anual de la Asociación para la Lucha contra las enfermedades del Riñón (ALCER), Fernando García López, nefrólogo y epidemiólogo que ha tomado parte en los análisis y la elaboración del informe, aseguró ha quedado demostrado el uso de dializadores del lote bajo sospecha – 2001F05P – en cinco de los pacientes fallecidos, mientras que aún queda por comprobar este extremo en los restantes.
Últimos análisis
A falta de conocer los resultados de los últimos análisis químicos y biológicos practicados, las cinco autopsias realizadas apuntan a muertes por colapso circulatorio y fallo multiorgánico, causas poco habituales en los pacientes de hemodiálisis, más expuestos al aneurisma de aorta o el infarto de miocardio. Todos los fallecimientos se produjeron entre los 15 minutos y las 7 horas posteriores a la sesión de depuración de la sangre, cuando lo más habitual son las muertes previas.
También coincidían las víctimas en que ninguno padecía enfermedades consideradas mortales asociadas a sus disfunciones renales. Aunque un 64% de los fallecidos sufría arritmias cardíacas, este hecho quizá les predispuso a la muerte pero no puede considerarse «un elemento causal», explicó el nefrólogo.
Así pues, «existe una clara relación entre el dializador y los fallecimientos», concluyó García López. El grupo de expertos del Instituto de Salud Carlos III autores del informe está a la espera de recopilar últimos datos biológicos y químicos para determinar qué componentes específicos de los dializadores «hubieran podido desprenderse» durante el ciclo de la hemodiálisis y pasar a la sangre causando la muerte de los enfermos.
En principio se considera «bastante improbable» que el tratamiento del agua guarde relación alguna, dado que los hechos tuvieron lugar en distintos centros y ciudades y que los resultados de los análisis realizados al respecto fueron «normales». Aún así, García López recalcó que este diagnóstico es sólo preliminar, a la espera de que esta semana el Ministerio de Sanidad dé a conocer el informe oficial sobre las causas de las once muertes, que no dudó en calificar de «brote epidémico».
