Según dos estudios, que fueron presentados recientemente en la Asociación de Urología de Estados Unidos, los hombres que padecen o han padecido gonorrea tienen más posibilidades de sufrir un cáncer de próstata, y es posible diagnosticar este mal cinco años antes por la presencia de un marcador específico.
Una de las investigaciones, la del diagnóstico precoz, se ha llevado a cabo por miembros de la Universidad de Pittsburg. Sus autores aseguran que la proteína llamada antígeno precoz de cáncer de próstata (EPCA), podría usarse junto con un antígeno específico, el PSA, para el diagnóstico.
Sin embargo surge un problema, el hecho de que, según Robert Getzenberg, el director del estudio, es que el PSA con frecuencia fluctúa, lo cual dificulta determinar con precisión si un hombre sufre cáncer de próstata sin tener que realizar biopsias múltiples.
Asimismo señaló que el EPCA es un marcador proteínico que señala los primeros cambios que se registran en las células durante el desarrollo del cáncer.
Para llegar a esta conclusión, los científicos dirigidos por Getzenberg desarrollaron anticuerpos contra el EPCA a fin de detectar su presencia en los tejidos. Compararon 27 muestras de tejido sano con 29 de tejido de pacientes con cáncer de próstata y descubrieron que las muestras positivas mostraban la presencia de EPCA, pero no en los tejidos sanos.
El otro estudio lo han realizado miembros del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, que investigaron a 703 hombres de raza negra saludables y a 129 que sufrían cáncer de próstata sobre sus actividades sexuales, la edad de su primera relación, la frecuencia y los antecedentes de enfermedades venéreas.
Tras comprobar que un 65 por ciento de los hombres con cáncer de próstata había sufrido gonorrea, empezaron a pensar que el efecto inflamatorio de la gonorrea puede provocar la multiplicación de las células cancerígenas. La gonorrea es una infección bacteriana que se transmite a través de la relación sexual.
