Alrededor de 40 eurodiputados se dejarán extraer muestras de sangre los próximos 2 y 3 de diciembre, en una iniciativa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que pretende demostrar la persistencia de sustancias nocivas de la industria química en el organismo de los ciudadanos europeos.
Al igual que hiciera en octubre con el plasma de la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstroem, WWF enviará la sangre de los parlamentarios a un laboratorio en el que se buscará el rastro de unas 70 sustancias químicas de presencia habitual en electrodomésticos o ropas, y caracterizadas por su larga persistencia en el medio ambiente. En el caso de Wallstroem, los análisis detectaron 28 sustancias peligrosas, incluidos altos niveles del pesticida DDT.
Esta iniciativa de la organización ecologista coincide con la tramitación en el Parlamento Europeo de una propuesta de la Comisión para establecer un mecanismo de evaluación y autorización de productos químicos -directiva REACH- que restrinja la producción de sustancias nocivas. La industria química y países como Francia, Alemania y Reino Unido han criticado fuertemente esta proposición.
Entre los eurodiputados a los que se les extraerá sangre se encuentran la presidenta del grupo Los Verdes, Mónica Frassoni, el conservador alemán Peter Liese o la socialista española María Sornosa.