Tras terminar la comida, ¿damos un mordisquito al plato?

Utilizar productos orgánicos, como cereales, en la fabricación de utensilios de uso diario, ayuda a reducir los desechos… y también ofrece una experiencia culinaria singular
Por Sonia Recio 26 de marzo de 2024
vajilla comestible variedades
Imagen: dvarg / iStock
Hay muchas cosas que se pueden comer, aunque parezca mentira. Entre ellas, la vajilla. El Parlamento Europeo ha prohibido de forma escalonada el uso de objetos de plástico de un solo uso, como cubiertos, vasos, platos y envases de poliestireno, empleados en cajas de comida rápida y recipientes para bebidas. Como alternativa al menaje de cocina de un solo uso, los objetos comestibles surgen como una opción destacada. Una vez que cumplen su función, platos, vasos, pajitas, cubiertos y algunos envases pueden ser degustados. De este modo, se ofrece una experiencia gastronómica única e inigualable.

La medida adoptada por el Parlamento de la Unión Europea es parte integral de la Estrategia Europea para el Plástico en una Economía Circular, que tiene como objetivo principal lograr una reducción del 25 % en el uso de envases de plástico antes de 2025 y del 50 % para 2030. Y es que el plástico es una importante fuente de contaminación para los océanos. Los microplásticos, partículas diminutas de menos de 5 milímetros, representan una grave amenaza para la vida marina y la salud humana, ya que los animales pueden ingerirlos y así introducirlos en la cadena alimentaria.

Cubiertos comestibles

Los cubiertos comestibles constituyen una alternativa sostenible y saludable a los equivalentes objetos desechables. Elaborados principalmente a partir de harina de arroz y otros cereales como trigo, mijo o sorgo, son biodegradables, veganos, libres de alérgenos y aptos para personas con intolerancias o alergias alimentarias. Además, su contenido energético resulta muy bajo.

La variedad de cubiertos comestibles es extensa: cucharas, tenedores, cuchillos, removedores de café y palitos para helado ofrecen soluciones versátiles para las diversas necesidades que puedan surgir en la mesa. A pesar de su ligereza, estos utensilios mantienen su resistencia al sumergirse en líquidos durante unos 20 a 30 minutos. También tienen una amplia variedad de sabores, que va desde opciones dulces, como chocolate y vainilla, hasta alternativas saladas o neutras.

Vajillas comestibles

Las vajillas comestibles tienen las mismas funcionalidades que las convencionales. Están diseñadas para contener tanto alimentos fríos como calientes, líquidos o sólidos y en cantidades variables. Se adaptan a todo tipo de necesidades y lugares, desde hogares y restaurantes hasta escuelas o establecimientos de comida rápida.

Entre las empresas dedicadas a fabricar vajillas comestibles destaca la compañía polaca Biotrem. Utiliza exclusivamente salvado de trigo en estado puro, que prensa y calienta en moldes para obtener platos, cuencos y también cubiertos comestibles. Por otro lado, la firma chilena Biogust desarrolla vajillas a base de cáscara de arroz, un subproducto considerado como desecho por las empresas que procesan y envasan este cereal.

En una iniciativa no comestible, pero igualmente sostenible, la Universidad de Naresuan (Tailandia) ha creado platos a partir de un nuevo material moldeable, impermeable y no tóxico elaborado con hojas caídas de árboles. La innovadora vajilla puede resistir el calor del horno, almacenarse en el frigorífico e incluso utilizarse en el microondas. Es 100 % biodegradable y para su fabricación se requiere poca energía, lo que la convierte en el sustituto idóneo para los contaminantes envases de espuma de poliestireno.

Vasos comestibles

Los vasos comestibles constituyen una solución muy versátil y funcional en la industria hostelera. Conservan la temperatura, la forma y el sabor de las bebidas durante bastante tiempo. Resultan aptos para bebidas frías, especialmente refrescos, y bebidas calientes, como café o té. Fabricados con una variedad de ingredientes, como azúcar, harina, maíz, patata y algas, son completamente comestibles y biodegradables. 

La elección del material del vaso puede influye en que sea más o menos adecuado para los diferentes tipos de bebidas:

  • Los elaborados con galleta, que suelen ser crujientes, son perfectos para disfrutar de bebidas calientes. 
  • Los fabricados con arroz constituyen una alternativa más saludable; su principal ventaja es su sabor neutro, que no altera el gusto de la bebida. 
  • Los vasos hechos con azúcar prensada resultan más resistentes y consistentes, añaden dulzura gradual a la bebida. 
  • Los de chocolate realzan el sabor de la bebida y pueden convertirse en un postre delicioso al finalizar su uso.

Pajitas comestibles

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Imagen: Mykola Sosiukin / iStock

Las pajitas comestibles están elaboradas con una selección de ingredientes naturales, como algas marinas, fécula de patata, manzana, azúcar o trigo. Se comercializan en diversos colores y en una amplia variedad de sabores, que incluyen limón, fresa, manzana, canela, jengibre o lima.

Estas pajitas no alteran el sabor de las bebidas. Son sólidas y resistentes, manteniéndose rígidas en la bebida durante aproximadamente 40 minutos, aunque este tiempo puede ser ligeramente menor en líquidos calientes. Además de ser funcionales, pueden ser degustadas al final de su uso, lo que añade un toque gourmet y muy divertido a la experiencia.

Envoltorios comestibles y biodegradables

Aunque aún queda mucho por avanzar en su desarrollo, estos envoltorios están revolucionando el mundo de los envases alimentarios. Elaborados con ingredientes como algas marinas, proteínas de leche y celulosa, resultan una alternativa versátil para una amplia gama de alimentos, desde frutas y verduras hasta carnes. Además, tienen sabores neutros que no alteran el gusto original de los alimentos. Algunos son incluso comestibles.

Tipos de envoltorios:

  • A base de proteínas de leche, como la caseína. Presentan una apariencia similar al plástico, pero ofrecen una mejor conservación de los alimentos y una mayor protección contra la exposición al oxígeno y la humedad. Son idóneos para productos frescos.
  • A base de algas marinas. Tienen propiedades antibacterianas, lo que ayuda a prolongar la frescura de los alimentos y reducir el riesgo de contaminación, y contienen nutrientes adicionales, como vitaminas y minerales.
  • A base de celulosa. Pueden obtenerse de plantas como el bambú o la caña de azúcar. Algunos son transparentes, pueden usarse en el microondas y son resistentes a la humedad.
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