Una campaña de vacunación para salvar vidas, más allá de la covid-19

Cada minuto, las vacunas salvan a cinco menores de una muerte prevenible, pero todavía queda mucho por hacer. Conoce en detalle las cifras y cómo ayudar en esta causa
Por UNICEF Comité País Vasco 7 de diciembre de 2020
vacunas infantiles
Imagen: UNI372050

Mientras el mundo entero vive pendiente de la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2, millones de niños y niñas siguen muriendo por otras enfermedades prevenibles como el sarampión, la polio o la diarrea. Estas enfermedades se pueden prevenir mediante las vacunas y, de hecho, desde el año 2000, la vacuna contra el sarampión ha evitado más de 23 millones de muertes y la de la polio ha contribuido a que el número de casos haya descendido en más del 99 %. Cada minuto, las vacunas salvan a cinco menores de una muerte prevenible. A continuación, detallamos los resultados, los retos y cómo ayudar en esta causa.

El trabajo realizado en estos años para frenar la mortalidad infantil ha sido enorme, y los resultados muy positivos. En las últimas tres décadas hemos logrado reducirla en un 59 %. En 2019 fallecieron 5,2 millones de niños y niñas antes de cumplir cinco años, frente a 12,5 millones en 1990. El aumento de la cobertura de vacunación ha sido clave para conseguirlo, ya que las vacunas salvan cada minuto a cinco menores de una muerte prevenible, por lo que se salvan de dos a tres millones de vidas cada año.

Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. A pesar de que la inmunización es una de las intervenciones de salud pública de mayor impacto, la cobertura global lleva varios años estancada en un 85 %. Esto no es suficiente, ya que se considera que debería llegar al 95 %. En 2019 cerca de 14 millones de menores no recibieron ninguna vacuna, pese a que la vacunación constituye la intervención de salud pública de mayor impacto y retorno para la salud y la economía.

Países con menos vacunas

Muchos de estos niños y niñas viven en lugares rurales remotos, barrios urbanos marginales y áreas afectadas por conflictos que interrumpen los sistemas de salud y los programas de vacunación, lo que conduce a una caída de la cobertura de inmunización. En países como República Centroafricana, Somalia, Chad, Guinea, Papúa Nueva Guinea o Sudán del Sur, las tasas de cobertura de difteria, tétanos y tosferina no llegan al 50 %, lo que deja a más de la mitad de los niños y niñas desprotegidos ante infecciones prevenibles. Además, la situación se ha agravado en muchos países con la covid-19, en especial en zonas de conflicto y países con sistemas de salud muy frágiles.

UNICEF somos el mayor proveedor de vacunas del mundo. Trabajamos en todo momento para llevar las vacunas a los niños y niñas que más lo necesitan, buscando soluciones innovadoras y acompañando a los ministerios de salud en todo el planeta para retomar y reforzar los programas de vacunación, y asegurar que cada niño esté protegido contra infecciones prevenibles.

Sin embargo, la sobrecarga que han sufrido todos los sistemas de salud debido a la pandemia ha llevado a la interrupción de servicios esenciales, entre ellos los de vacunación. Por eso es fundamental que los esfuerzos en la lucha contra el coronavirus complementen, sin aplazar en ningún caso, los dedicados a la lucha contra otras enfermedades que siguen estando ahí, amenazando la salud y la vida de los más pequeños, sobre todo la de los más vulnerables.

El impacto de la covid-19 en la vacunación

Pero el problema no es solo en lugares remotos o aislados. Los países desarrollados también hemos sufrido una reducción en la vacunación debido a la covid-19. En España, durante los meses de marzo y abril de este año, disminuyeron las vacunaciones consideradas prioritarias y se produjeron retrasos de otras vacunas del calendario, a pesar de que los indicadores de vacunación son buenos: tenemos una tasa de vacunación infantil del 95 % en todas las vacunas (excepto el sarampión, que fue del 94 % en 2018 y 2019),

Ahora nos enfrentamos al reto de recuperar las vacunaciones perdidas y tenemos que hacerlo ya, porque las vacunas no se pueden postergar. No vacunar tiene consecuencias graves, como la vuelta de enfermedades que creíamos olvidadas, muertes evitables y sufrimiento en cientos de familias.

Las vacunas son eficaces, seguras y económicas. Las vacunas salvan vidas y son buenas no solo para la salud de nuestros hijos e hijas, sino también para las personas que les rodean. Les protegemos y nos protegemos todos y todas. Por eso debemos hacer todo lo posible para que todos los niños y niñas, estén donde estén, reciban las vacunas que necesitan y sigamos salvando vidas.

Desde UNICEF estamos llevando a cabo la campaña «Pequeñas Soluciones» para grandes problemas, con el objetivo de recordar y concienciar a la población que algo tan pequeño como una vacuna puede salvar millones de vida. Tú también puedes ayudar.

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