El sur del Libano, escenario del enfrentamiento entre Israel y la milicia de la organización chií Hizbulá, acoge ya una base de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) para asistir a los desplazados que huyen de la zona incesantemente y a quienes puedan dejar ese territorio en lo venidero.
«Necesitábamos una base en la zona para hacer las misiones más cortas y sacar a la gente de los pueblos y de ciudades como Tiro y Sidón, porque desde allí será más fácil y seguro evacuarlos», explicó Vincent Houver, coordinador de la OIM para las evacuaciones en el Líbano. La agencia internacional está coordinando sus trabajos con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y con varias ONG locales para que la asistencia humanitaria llegue al mayor número de desplazados, que en su mayoría carecen de acceso a agua y electricidad.
El acceso a los grupos vulnerables sigue centrando las actividades humanitarias en ese país, según manifestó la OIM, que calcula que la cifra de desplazados por el conflicto alcanza los 900.000, la mayoría procedentes del sur libanés. No obstante, la organización señaló que todavía «no está claro» el número de trabajadores migrantes que quieren abandonar el país.
La OIM indicó que aunque inicialmente pidió dos millones de dólares para asistir a 10.000 desplazados, en la actualidad está revisando las cifras, ya que las necesidades han aumentado. Así, citó el caso de Noruega, que ha respondido al llamamiento proporcionando materiales de primera necesidad por valor de 640.000 dólares.
