La combinación entre los conflictos armados y la sequía dificulta la búsqueda de seguridad, necesidades básicas y medios para sobrevivir en el Cuerno de África. A finales de septiembre de 2023, cerca de 2,3 millones de personas se habían visto forzadas a desplazarse internamente en Etiopía y Somalia, y 265.000 personas, nuevas refugiadas y solicitantes de asilo, lo habían hecho desde y hacia las zonas afectadas por la sequía en Etiopía, Kenia y Somalia. Las consecuencias de la ausencia de lluvias en una zona ya muy castigada no dejan de agravarse día a día.
Para paliar estas consecuencias y prestar la ayuda y asistencia necesaria, ACNUR lleva a cabo una operación en la región del Cuerno de África, que es una de las más infrafinanciadas. En 2023, ACNUR solo contó con el 34 % de los 2.100 millones de dólares necesarios para hacer frente a las necesidades de la población.
Cuerno de África en estado crítico
Las tres regiones del Cuerno de África sufren en los últimos años una disminución constante de las precipitaciones, lo que dificulta la supervivencia de las personas y sus medios de subsistencia, en su mayoría ganaderos.
- En Etiopía muchas familias se vieron obligadas a vender el ganado con el que se ganaban la vida para sobrevivir. Esto, unido a que la mayoría de las fuentes de agua se han secado y al aumento de los conflictos por el control de los pocos recursos, hace que cada vez más personas se vean obligadas a dejar sus hogares.
- En Somalia llevan cinco temporadas de lluvias por debajo de lo normal. Se calcula que 8,25 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y 4,3 millones se enfrentan a inseguridad alimentaria. En 2023, un total de 1,5 millones de somalíes se vieron obligados a abandonar sus hogares, el 80 % de ellos son mujeres, niñas y niños.
- Kenia, por su lado, ha visto aumentado el número de personas que han atravesado sus fronteras pidiendo refugio tras huir de la sequía y los conflictos de sus propios países. El Gobierno keniano reabrió en 2022 el refugio de Ifo 2, en Dadaab, para acoger a las personas recién llegadas y proporcionarles, a ellas y a las comunidades de acogida, asistencia humanitaria de forma sostenible.
Las principales necesidades de las poblaciones desplazadas son alimento, agua, refugio y artículos básicos no alimentarios como artículos de cocina o bidones para el agua. Son prioritarios el saneamiento y la higiene y los servicios sanitarios, para prevenir brotes de malaria o cólera, entre otras enfermedades.
Pero ACNUR no solo busca ayudar a cubrir las necesidades básicas, sino que busca un enfoque integrado que aumente la resiliencia, la adaptación al clima y la producción local de alimentos a través de cooperativas y comunidades de acogida que utilicen iniciativas inclusivas, equitativas y sostenibles.
Respuesta de ACNUR
La actuación de ACNUR ante esta emergencia se basa en tres pilares fundamentales (proteger, asistir y empoderar) y atiende tanto a personas refugiadas, como a desplazadas y a las comunidades de acogida. Estas son algunas de las iniciativas que se llevan a cabo:
➡️ Protección
- Supervisar y apoyar en el registro de las personas que cruzan las fronteras para garantizar su acceso al asilo, poder realizar una rápida identificación de sus necesidades y poder salvar vidas en los puntos fronterizos.
- Se busca ampliar la repuesta a la violencia de género, que en situaciones de emergencia aumenta, e integrar medidas para su mitigación, además de formar a trabajadores sociales y sanitarios sobre los mecanismos de respuesta a la violencia de género y refuerzo de estos.
- Incrementar y vigilar la protección de la infancia, creando programas de apoyo a atención a niños y niñas en riesgo de sufrir violencia, abuso o explotación.
- Identificación de la población vulnerable y personas con necesidades específicas como personas mayores, infancia, personas con discapacidad y con enfermedades graves o crónicas para asegurar que reciben la asistencia oportuna.
➡️ Asistencia
- Aumentar los centros de salud y atención primaria garantizando el acceso a ellos para prevenir el VIH o las enfermedades derivadas de la sequía como el cólera, el sarampión y el dengue. Se busca garantizar que se lleven a cabo programas para abordar la desnutrición, con especial atención a mujeres embarazadas y lactantes. Seguir utilizando los centros de estabilización para la hospitalización y el tratamiento de la población infantil desnutrida con complicaciones médicas graves entre las personas recién llegadas y la comunidad de acogida.
- Mejorar instalaciones de sistemas de suministro de agua y saneamiento, abriendo vías de acceso y construyendo letrinas comunitarias, así como la gestión de residuos.
➡️ Empoderamiento
- Apoyar a cooperativas agrícolas y ganaderas, buscando la inclusión económica de las personas refugiadas y las comunidades de acogida y mejorar la producción y seguridad alimentaria locales.
- Apoyar con actividades de medios de vida que contribuyan a la economía de las comunidades de acogida y que, además, posibiliten la adquisición de habilidades por parte de las comunidades refugiadas que puedan usar al regresar a sus países.
- Inclusión de las personas refugiadas en la economía del país que les acoge, permitiendo que puedan crear sus propias empresas, contribuyendo así a la supervivencia y empleabilidad de sus familias.
Céntimos Solidarios para reducir la desnutrición infantil en el Cuerno de África
Con el objetivo de apoyar el trabajo que ACNUR desarrolla en esta región, en países como Etiopía, Kenia o Somalia, se han puesto en marcha diferentes acciones de sensibilización y recaudación. Entre ellas destaca la campaña de microdonativos ‘Céntimos Solidarios’ impulsada por el Grupo Eroski.
Durante el mes de enero de 2024, Eroski ha recaudado fondos para un proyecto de ACNUR que pretende reducir la mortalidad infantil a partir de la mejora de la situación nutricional de niños y niñas refugiadas menores de cinco años, de mujeres embarazadas y de lactantes, en los campos de personas refugiadas en el Cuerno de África.
Gracias a la participación de las y los clientes del Grupo Eroski, se contribuirá a mejorar la situación nutricional de las familias refugiadas, respondiendo a sus necesidades acuciantes en el corto plazo y buscando soluciones para la sostenibilidad en el largo plazo. Con los más de 41.000 euros recaudados se facilitará el acceso a 594 familias, más de 2.970 personas (unos 1.782 niños y niñas), a frutas y verduras durante un mes, y se les dotará de herramientas y semillas para que puedan poner en marcha huertos que les permitan tener alimentos nutritivos durante todo el año. Porque mejorar la nutrición es la mejor inversión para asegurar el futuro de niños, niñas, familias y comunidades.