Altos cargos, diplomáticos y expertos africanos y europeos acordaron ayer en una reunión en Dakar que Europa debe ayudar a África a frenar la pobreza y el subdesarrollo que está provocando la inmigración ilegal. Los representantes reunidos ayer en la citada ciudad consideraron que los controles por sí solos no detendrán el éxodo de africanos que buscan una vida mejor.
Los representantes europeos y africanos destacaron la prioridad de esta iniciativa en un plan de acción de seis páginas sobre migración y desarrollo, que será adoptado por los ministros de Europa y el norte, oeste y centro de África en una cumbre durante el 10 y 11 de julio en la capital marroquí, Rabat.
Mientas tanto, los inmigrantes procedentes del África subsahariana continúan llegando a las islas Canarias, donde en lo que va de año han arribado unas 9.500 personas. Las autoridades españolas han calificado el fenómeno como un «tsunami» de inmigración. Se cree que cientos de inmigrantes se han ahogado en los peligrosos viajes de más de 1.000 kilómetros a bordo de desvencijadas embarcaciones.
El borrador de este plan pide una mayor cooperación europea y africana para detener el éxodo de ilegales y luchar contra las redes que trafican con personas, mientras que califica como máxima prioridad la promoción del desarrollo en los países donde los inmigrantes viven ahora. «Todo lo que sucede en este momento nos muestra por qué debemos tener éxito en Rabat. Tenemos que lidiar con estos asuntos interrelacionados de la inmigración y el desarrollo», declaró un delegado francés asistente a la reunión.