Alrededor de mil millones de personas, una de cada seis personas, están afectadas por una o más enfermedades tropicales desatendidas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas estima que hay más de mil millones de personas desnutridas en todo el mundo. La Asociación Fontilles ha recordado estas cifras al presentar la campaña de sensibilización que ha puesto en marcha para explicar la relación entre la pobreza y las enfermedades olvidadas o desatendidas. La organización señaló que el hambre «hace que las personas estén más débiles frente a las enfermedades y, a su vez, la falta de salud tiene graves consecuencias para la economía familiar y para la economía del país».
La Asociación Fontilles centra su trabajo en la cooperación sanitaria y en la lucha contra las enfermedades olvidadas que afectan a los más pobres y limitan sus posibilidades de desarrollo. Las acciones sanitarias se complementan con otras de carácter socio-económico que permitan unas mejores condiciones de vida a estas personas.
Una de estas patologías olvidadas a las que presta atención es la lepra, patente aún en muchos países. La organización explica que a pesar de que en algunos casos se conoce un tratamiento eficaz, no se puede erradicar «por la falta de acceso a los servicios sanitarios o porque éstos no existen». Fontilles trabaja en la actualidad en 14 países en coordinación con organizaciones locales y con las autoridades sanitarias para reforzar su capacidad de respuesta ante la enfermedad.
En Ghana apoya el Programa Nacional de lucha contra la úlcera de Buruli mediante la búsqueda activa de casos y vigilancia, campañas de educación sanitaria, detección temprana y tratamiento, formación de promotores de salud, campaña en medios de comunicación para incrementar el conocimiento y la prevención ante la UB, provisión de materiales médicos y de quirófano… Además, da apoyo económico a las personas con discapacidades causadas por la úlcera de Buruli para su rehabilitación socioeconómica y que contribuyan al desarrollo de su comunidad.
Fontilles también trabaja en Nicaragua, donde la cooperación sanitaria se centra en la lucha contra la lepra y leishmaniasis, la salud materno infantil y la mejora nutricional. La parte sanitaria se complementa con la entrega de semillas y huertos para mejora nutricional y fondos rotatorios y banco de aves para la mejora económica de las comunidades.