La Organización Mundial del Trabajo (OIT) se muestra esperanzada en que se erradiquen las peores formas de trabajo infantil en diez años. Para lograr este objetivo, este año también llevará a cabo toda una serie de eventos en Ginebra (Suiza) para conmemorar el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra el próximo lunes, 12 de junio. A ellos se sumarán los que organicen por su cuenta más de cien países.
Cualquier esfuerzo es bienvenido para evitar que dejen de trabajar los 217 millones de pequeños que lo hacían en 2004, según el informe sobre «La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance», que actualmente debaten los delegados de 178 países presentes en la 95 conferencia anual de la OIT en Ginebra. Un documento que, en esta ocasión, ofrece una cara más optimista del problema, ya que los datos reflejan un descenso del 11% en el número de niños que trabajan. En 2000, se explotaba a 245 menores, cifra que se redujo a 217 millones en 2004.
Latinoamérica fue la región del mundo donde se registró un mayor descenso durante esos cuatro años, aunque dicha lacra todavía afecta al 5,1% de los niños de la región entre 5 y 14 años. Uno de los ejemplos más destacados es el de Brasil, por su rápido descenso en el número de niños trabajadores, a pesar de que aún se encuentran en esa situación 2,2 millones de pequeños, lo que supone el 6,8% del total.
Muy diferente resulta el panorama en los países del África subsahariana. Allí las condiciones de extrema pobreza que vive la población y la incidencia del sida obligan a muchos pequeños huérfanos a emplearse para sacar a sus hermanos adelante. No en vano, esta región es donde más niños trabajan (50 millones). A pesar de ello, los datos del informe son alentadores en otro sentido, al comprobar que también se logró reducir en un 26% el número de niños que están atrapados en los trabajos más peligrosos.