Menores y jóvenes afectados por la crisis, ¿cómo puedo ayudar?

Niños malnutridos y jóvenes en paro son los más vulnerables frente a la crisis, a quienes se puede ayudar con donaciones, apoyo a campañas o voluntariado
Por Azucena García 18 de junio de 2013
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Imagen: niXerKG

En las últimas semanas han sorprendido varias noticias e informes que alertan de las consecuencias de la crisis económica sobre los más vulnerables: niños y jóvenes. Se han conocido casos de pequeños malnutridos en colegios, adolescentes y menores de 24 años que solicitan ayuda a ONG porque carecen de empleo e ingresos y llamamientos de emergencia de las propias organizaciones para hacer frente a una situación que supera con creces las estimaciones menos optimistas. ¿Podemos ayudar? Sí. En este artículo se citan varias propuestas para que los ciudadanos con recursos presten ayuda a las entidades que lo soliciten, sin olvidar a quién corresponde esta misión y a quién se debe exigir su cumplimiento.

Malnutrición infantil

Está pasando en nuestro país. Niños que acuden al colegio sin desayunar o se acuestan sin cenar. Y no porque hayan decidido seguir una dieta absurda de adelgazamiento, sino porque lo que ha adelgazado son los ingresos de sus padres. Los efectos de la crisis sobre los adultos influye de manera directa sobre niños y jóvenes, dos de los grupos más vulnerables.

El Ayuntamiento de Barcelona ha contabilizado un total de 2.865 escolares con malnutrición. La noticia se conoció hace algunos días: pequeños que se desmayan, que se quejan de dolor de estómago por no haber comido nada desde la tarde del día anterior, que no rinden en las aulas o se cansan en la clase de gimnasia.

En Andalucía, los centros escolares han tenido que tomar medidas para garantizar tres comidas diarias a los niños de familias con menos recursos

En Valencia, el Banco Solidario de Alimentos ha reducido las cantidades que entrega a las familias debido al descenso de sus existencias frente a una mayor demanda. Han calificado el momento de «emergencia alimentaria».

Mientras, en Andalucía, los centros escolares han tenido que tomar medidas para garantizar tres comidas diarias a los niños de familias con menos recursos, en cuyas manos dejan la cena de los pequeños. El Consejo de Europa ha destacado los beneficios de este programa ante una situación en la que la pobreza infantil preocupa cada vez más.

El informe de Save the ChildrenAlimento para la educación‘ asegura que los niños con desnutrición crónica están de media un 20% menos alfabetizados, tienen más posibilidades de cometer un error al leer una frase o contestar preguntas básicas de matemáticas, registran un menor desarrollo cognitivo e, incluso, cuando llegan a la edad para trabajar, podrían ganar hasta un 20% menos. Los efectos negativos se notan sobre el crecimiento económico de su país y podrían ascender a 125.000 millones de dólares a largo plazo. ¿Cómo se puede ayudar?

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Imagen: Banco de Alimentos de Valencia
  • Donación de alimentos. El presidente del Banco de Alimentos de Valencia y fundador del Banco Solidario de Alimentos, Jaime Serra, pidió a comienzos de este mes ayuda para afrontar el actual momento, ya que «los almacenes de Valencia y de La Pobla de Vallbona se están quedando vacíos», a la vez que aumentan las necesidades de las familias debido al cierre de los comedores escolares. «Hasta 9.000 familias valencianas pueden verse afectadas por esta situación si no hay una respuesta solidaria inmediata», estima. La Federación Española de Bancos de Alimentos informa sobre el funcionamiento de estas organizaciones, por lo que conviene ponerse en contacto previamente para conocer cuál es el banco más cercano y de qué manera se puede ayudar. No siempre aceptan comida de particulares, sino de empresas, y piden donativos a los ciudadanos que quieren colaborar.

    «Hoy invito yo» es una iniciativa sin ánimo de lucro que ayuda en su tarea a los bancos de alimentos para facilitar el acceso a la alimentación. Su objetivo es favorecer «la recogida solidaria de alimentos por parte de particulares y empresas». Anima a ponerse en contacto con el banco de alimentos más cercano para conocer sus necesidades, organizar una recogida de alimentos y trasladarlos hasta el almacén o bien realizar una donación económica.

  • Apoyo a campañas contra el hambre. «En un mundo que produce suficientes alimentos para todos, 7.000 niños siguen muriendo cada día por desnutrición». La campaña «Que lo recuerden», de Acción contra el Hambre, ha querido precisamente eso: recordar a quienes toman las decisiones políticas «que existen las herramientas capaces de terminar con el hambre». Y no solo porque afecte a más de 800 millones de personas en todo el mundo, sino porque el hambre y sus efectos amenazan a toda la población en el actual contexto de crisis.

    Esta misma organización impulsa la campaña Gener#ción No Hunger, que recalca cómo «somos la primera generación que puede acabar con el hambre», porque ahora se cuenta con los medios y el conocimiento para ello. Hasta el 15 de julio, a través de expresiones artísticas, los ciudadanos pueden tomar parte en esta iniciativa mediante tres pasos: informándose, actuando y con la firma y difusión del manifiesto de la Generación No Hunger.

Desempleo juvenil

Un 8,5% de los jóvenes entre 14 y 24 años atendidos por Cruz Roja se ha puesto a trabajar para ayudar en casa

El Boletín sobre la Vulnerabilidad Social de Cruz Roja ha sido otra voz de alarma: el 79,6% de los jóvenes de 14 a 24 años atendidos en sus programas sociales está en paro, más de un 72% abandona los estudios de manera prematura (la media nacional en 2011 fue del 30%), un 60% ni estudia ni trabaja, el 24% no tiene ningún ingreso y un 8,5% se ha puesto a trabajar para ayudar en casa. El impacto de la crisis en este grupo es fuerte y agrava la situación de vulnerabilidad de la que algunos partían y a la que otros se enfrentan por primera vez.

«Sin embargo, se desprenden aspectos muy positivos», señala Cruz Roja. Y es que estos jóvenes no solo solicitan ayuda, sino que conscientes de las dificultades por las que atraviesan cientos de personas cada día, el 45% ha sido voluntario alguna vez y el 20% participa diaria o a la semana en asociaciones juveniles. «Son además muy conscientes de que hay que esforzarse para conseguir lo que se desea (62%) y que deben mejorar su preparación y completar los estudios (61%)», añade la organización. ¿Cómo se puede ayudar?

  • Donativos y voluntariado. El año pasado, Cruz Roja hizo un llamamiento excepcional para colaborar en la atención de las personas que acuden cada día a sus oficinas. Así nació la campaña «Ahora + que nunca«. Esta se reparte entre una serie de iniciativas que invitan a los ciudadanos y a las empresas a tomar parte en ellas. Se alargará durante dos años para conseguir el máximo de ayuda posible y, durante este tiempo, se admiten donativos regulares, ayudas económicas puntuales, alimentos, ropa o artículos básicos.

    En Salamanca, Cáritas invita un año más a participar en tareas de voluntariado con personas sin hogar y enfermos de sida. Se dirige sobre todo a quienes dispongan de más tiempo libre, ya que el voluntariado exige un compromiso «más intenso» en alguna quincena de los meses de julio, agosto y septiembre. Los voluntarios, según explica la entidad, realizan tareas domésticas, trabajos de mantenimiento y actividades de tiempo libre. Pero antes, Cáritas se encarga de un proceso de formación sobre la realidad del sida y de las personas sin hogar. Los interesados pueden llamar al teléfono 923 26 96 98 o escribir un correo electrónico a padredamian@caritasalamanca.org y casadeacogida@caritasalamanca.org.

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