Unicef denuncia que más de 50 millones de niños carecen de identidad

La agencia de la ONU dedica este año su informe sobre el "Estado mundial de la infancia" a los niños "excluidos e invisibles"
Por EROSKI Consumer 15 de diciembre de 2005

Muchos niños se quedan fuera de los registros civiles que atestiguan su llegada al mundo, lo que les lleva a la pobreza, la marginación, el sida, la explotación laboral o sexual, y a carecer de una educación. Ésta es la principal denuncia del informe sobre el «Estado mundial de la infancia» del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), que calcula que más de 50 millones de niños no tienen ninguna identidad en países en desarrollo, es decir, el 55% de los nacimientos en esos Estados no se registran.

Unicef advierte un año más de la falta de respuestas de la comunidad internacional y de los gobiernos nacionales a las demandas y necesidades de los niños. Las estadísticas son, como siempre, estremecedoras. Más de 35.000 menores mueren cada día por causas evitables; en el mundo hay 143 millones de niños huérfanos, de ellos 15 millones debidos al VIH/Sida concentrados sobre todo en el África subsahariana; mil millones sobreviven bajo el umbral de la pobreza; se calcula que dos millones están atrapados en redes de comercio sexual; 63 millones trabajan en condiciones de explotación; una de cada dos niñas no tiene posibilidad de ir a la escuela…

La agencia de la ONU dedica este año su análisis a los niños «excluidos e invisibles», hijos de los países más vulnerables y víctimas casi siempre del llamado «círculo vicioso de la pobreza», en el que fenómenos «como el sida, las guerras o la falta de derechos son, a la vez, causas y consecuencias», explicó Consuelo Crespo, presidenta del comité español de Unicef.

Aunque algunos indicadores educativos y sanitarios mejoran en ciertas regiones del mundo (caso de América Latina o Asia), sigue aumentando «la brecha» entre ricos y pobres. «La diferencia es cada vez mayor», apuntó Crespo.

Objetivos del Milenio

En este contexto, la única alternativa para romper el círculo es, a su juicio, exigir el cumplimiento de los Objetivos del Milenio asumidos por la comunidad internacional con la vista puesta en 2015. Sobre todo -dijo Crespo- aquellas metas dirigidas de manera específica a los niños, como la reducción en dos tercios de la tasa de mortalidad de los menores de cinco años, que todos los niños completen al menos un ciclo de enseñanza primaria, o la más general de recortar a la mitad el porcentaje de personas que pasan hambre.

Al ritmo actual de las ayudas y las contribuciones de los países ricos, los Objetivos del Milenio no se alcanzarán. Y si no se cumplen, Unicef advierte de que para 2015 morirán 3,8 millones de niños que podrían haberse salvado; malvivirán, expuestos a carencias y enfermedades, 50 millones de menores de cinco años que podrían haber disfrutado de una nutrición adecuada, y carecerán de enseñanza primaria 80 millones de pequeños que podrían haber acudido a clase y cambiado su vida.

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