Unicef insta a tener en cuenta las opiniones de los niños y a implicarles en la toma de decisiones

Los menores siguen sufriendo las consecuencias de la marginación, el maltrato, la explotación y la indiferencia, advierte
Por EROSKI Consumer 12 de diciembre de 2002

Los niños continúan siendo uno de los colectivos más vulnerables. Muchos no escapan a todo un rosario de situaciones que, en muchas ocasiones, les colocan al límite de la subsistencia. No obstante, los problemas a los que estos pequeños han de enfrentarse presentan diferencias entre unos países y otros. Así, mientras en los países en vías de desarrollo la pobreza, el hambre o el sida diezman sus vidas e ilusiones, en los países desarrollados sufren las terribles consecuencias del maltrato físico y psicológico.

Situaciones que la mayoría de ellos sufre en silencio o en voz baja y sin esperanza, muchas veces, de recibir ayuda de sus mayores. Millones de niños en todo el mundo no tienen confianza en que sus gobiernos e instituciones políticas resuelvan sus problemas. Así lo constata el último Informe Mundial de la Infancia presentado ayer por Unicef y en el que se insta a la sociedad a permitir que los niños y adolescentes se expresen, a tener en cuenta sus opiniones y a implicarles en la toma de decisiones. De lo contrario, advierte Unicef, «el futuro de nuestras democracias estará en peligro».

A pesar de que son los adolescentes quienes heredarán el mundo, continúan sufriendo las consecuencias de la marginación, el maltrato, la explotación y la indiferencia. En casi todos los países del mundo hay menores que tratan de ganarse la vida en las calles de las ciudades. Los últimos datos de la agencia de la ONU indican que puede haber 100 millones de niños que viven en estas condiciones y que cada día se enfrentan al riesgo de padecer malnutrición, contagiarse con el VIH o caer en la droga.

Pero, además, son víctimas de inexcusables comportamientos de los adultos, como la trata de niños para ser trabajadores forzados, para la prostitución o su reclutamiento por la fuerza como soldados. Así, la trata de menores se ha convertido en un negocio que produce 1.000 millones de dólares anuales y del que cada año son víctimas 1,2 millones de niños. El informe hace un repaso de las principales situaciones de las que son víctimas, como la explotación laboral, y recuerda que alrededor de 180 millones de niños de entre 5 y 17 años están empleados en las peores formas de trabajo. Asimismo, se calcula que hay 300.000 obligados bajo coacción a servir en el ejército, ya sea como soldados, porteadores, mensajeros o esclavos sexuales.

Por eso, una de las medidas urgentes que Unicef considera que hay que poner en marcha es la necesidad de invertir en educación. En términos globales, cerca de 120 millones de niños no reciben estudios primarios; de ellos, un 53% son niñas.

A pesar de que, según Unicef, se han logrado avances, la situación de los menores en todo el mundo arroja datos abrumadores: debido a la pobreza, 150 millones de niños en los países en desarrollo tienen bajo peso; desde hace una década más de 2 millones de pequeños han muerto y 6 millones han resultado heridos en diversas guerras; millones de niños menores de cinco años mueren todos los años debido a enfermedades que se pueden prevenir fácilmente con la administración de vacunas, y más de 14 millones de menores de 15 años han perdido a uno o ambos progenitores debido al sida.

Por todo ello, los niños piden a los dirigentes del mundo que aseguren su derecho a la salud, a la educación y a un ambiente saludable. Y exigen el fin de la pobreza, la explotación y la guerra. Pero para que estos pequeños puedan participar en la sociedad es necesario que estén registrados, algo que no ocurre con más de 50 millones de recién nacidos, a los que se les niega una identidad, un nombre reconocido y una nacionalidad bajo la que ampararse.

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