¿Sabía que cada español genera 20 kilos de basura electrónica al año? ¿Y que el teléfono móvil de un ciudadano medio tiene una vida útil de menos de dos años (en torno a 20 meses), antes de ser rechazado y acabar en la basura en forma de chatarra electrónica o e-waste? Estas son dos de las conclusiones del informe ‘Estudio de la basura electrónica global‘, realizado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) junto con el Instituto de Estudios Avanzados. Pero ¿qué es chatarra electrónica? En este artículo se da una definición de este concepto y se explican los peligros que conlleva y cómo se puede reducir.Chatarra o basura electrónica: qué es En España, se generan 817 millones de kilos de residuos electrónicos al año, según el ‘Estudio de la Basura electrónica global’, de la Universidad de las Naciones Unidas
Montañas de smartphones, televisores, hornos, microondas, monitores y teclados de ordenador y otros aparatos similares desechados cada vez afectan cada vez más a nuestro futuro. Es la llamada basura electrónica (e-waste). Si se hiciera una montaña con todos los aparatos eléctricos y electrónicos que son desechados en el mundo cada año, esta montaña gigante pesaría 44,7 millones de toneladas, el equivalente a nueve veces la gran pirámide de Keops, en Egipto. Pero los expertos advierten de que el problema no hace más que crecer: en 2021 se sobrepasarán los 50 millones de toneladas de residuos electrónicos.
Solo en España se generan 817 millones de kilos de residuos electrónicos al año, como muestra el mapa de la iniciativa StEP impulsada por la UNU. Pero solo el 20 % de toda esta chatarra se recicla. Aunque España no está entre los países que más basura electrónica genera -por cuestión de tamaño-, Naciones Unidas sí sitúa al país en la cola europea del reciclado, solo por delante de Rumanía y Chipre. Y es que se desconoce dónde acaba el 80 % de los residuos españoles. Peligros de la chatarra electrónica
«El mayor problema de los residuos electrónicos y eléctricos es la presencia de sustancias potencialmente contaminantes, que deben tratarse antes de entrar en las plantas de reciclaje», afirma Andreu Vilá, director de la Fundación Ecotic
Parte de esta chatarra electrónica es casi inocua, si es gestionada de forma adecuada. Así ocurre con una impresora o un ordenador. Pero otros residuos electrónicos o eléctricos pueden resultar muy dañinos para el planeta, como ocurre con los frigoríficos que contienen espumas aislantes cuya composición química es muy perjudicial para el medio ambiente.
«El principal problema de los residuos electrónicos y eléctricos es la presencia de sustancias potencialmente contaminantes, si no se someten a los adecuados procesos de descontaminación previos a su tratamiento en las plantas de reciclaje», dice Andreu Vilá, director de la Fundación Ecotic, dedicada al reciclaje de e-waste en España.
Entre las partes más peligrosas de la chatarra electrónica, Vilá destaca los gases refrigerantes y aceites contenidos en frigoríficos y aparatos de aire acondicionado, el polvo fosforescente de los televisores de tubo de rayos catódicos, así como las pilas y condensadores que, advierte, «pueden tener un impacto nocivo sobre el medio ambiente y la salud de las personas».
¿Cómo reducir su basura electrónica?
1. Hacer un consumo electrónico responsable.
No comprar más aparatos de los que se necesita y aprender a alargar la vida de la batería del móvil son pautas para producir menos basura electrónica. Además, Rüdiger Kühr, coautor del ‘Estudio de la basura electrónica global’, apunta que los fabricantes también tienen algo que decir al respecto: «El ecodiseño, o mejorar el diseño de los componentes en los aparatos electrónicos y eléctricos para que resulte más fácil reciclarlos, recolectarlos y reutilizarlos, permitiría no solo un mayor control de este tipo de residuos, sino también recuperar muchos de ellos como recursos útiles».
2. Dar una segunda vida electrónica.
Antes de deshacerse de un teléfono, ¿por qué no ofrecerlo a amigos o familiares? Muchas personas están encantadas de heredar un smartphone e incluso se pueden dar en el mercado de segunda mano o donarlo a una ONG especializada.
3. Reciclar.
Cuando la lavadora u otro producto electrónico ya no funciona, y no hay posibilidad de ser reutilizado, hay que optar por el reciclaje de los aparatos electrónicos. La primera posibilidad es entregar el aparato viejo en el establecimiento donde se quiera comprar uno nuevo. Otra alternativa es acudir a un punto limpio y escoger con cuidado el contenedor de residuos electrónicos y eléctricos.
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