Inauguran en Santiago de Compostela uno de los superordenadores de mayor memoria compartida de Europa

Prestará servicios de cálculo intensivo y comunicaciones a los investigadores del CSIC y a la comunidad científica en general
Por EROSKI Consumer 13 de junio de 2008

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) inauguró ayer en Santiago de Compostela, junto a representantes de la Xunta de Galicia, «Finis Terrae», uno de los superordenadores de mayor memoria compartida de Europa. Ubicado en el Centro de Supercomputación de Galicia, institución mixta del CSIC y la Xunta, el superordenador cuenta con un sistema de almacenamiento jerárquico de 390.000 gigas de disco duro y un millón de gigas en librería robotizada de cintas.

Este nuevo supeordenador tiene entre sus funciones prestar servicios de cálculo intensivo y comunicaciones a los investigadores del CSIC y a la comunidad científica en general. En concreto, entre los cometidos del centro se encuentra proporcionar servicios comunes de apoyo a la investigación, desarrollo e innovación en el ámbito de las tecnologías de la información y de las comunicaciones, fomentar y promocionar la cooperación entre empresas e instituciones, y gestionar la Red de Ciencia y Tecnología de Galicia. «Finis Terrae» ejecutará trabajos de cálculo de altas prestaciones especialmente en áreas de nanotecnología, ciencias de la vida, ciencias del mar, nuevas energías y supercomputación, informó el CSIC.

20 gigas a 100 metros

El supercomputador, que emplea códigos basados en software libre como Linux, Lustre y Globos, ocupa una superficie de 140 metros cuadrados y tiene un peso de 33,5 toneladas. Asimismo, el complejo dispone de una red de interconexión de alto rendimiento con fibra óptica de última generación. El entramado es capaz de enviar en un segundo 20 gigas a 100 metros de distancia, lo que equivale a transmitir el contenido de 1800 DVD en una hora. Esta fibra está compuesta por un material muy moldeable y de bajo peso que facilita el paso de aire de refrigeración, con lo que reduce el consumo energético.

Diversos grupos de investigación españoles han realizado experimentos computacionales de alta complejidad con resultados positivos durante el periodo de prueba del supercomputador. En esta fase de preproducción se resolvió un problema con 35 millones de incógnitas. Además, con el objetivo de detectar interferencias entre antenas, medir la radiación en su superficie y estudiar el comportamiento de los radares, los investigadores desarrollaron sistemas para comprobar la compatibilidad electromagnética en grandes superficies como barcos y aviones.

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