Distintas formas de sacos de dormir

La forma de un saco de dormir no es una mera cuestión estética sino que influye en la capacidad de retención de calor y en la comodidad a la hora de descansar
Por EROSKI Consumer 17 de febrero de 2006

El saco de dormir es uno de los elementos más importantes para un excursionista cuando está de acampada, por lo que es fundamental tener en cuenta varios aspectos para elegir el más adecuado. Una variable que hay que considerar es el diseño, ya que éste influirá en el tamaño, el peso y las dimensiones del saco.

En cuanto a la dimensión, es necesario tener un poco de libertad de movimientos dentro del saco para aumentar el confort y las propiedades de aislamiento. Esta demostrado con investigaciones recientes que el 30% de la capacidad térmica está producida por el espacio interior del saco, así pues no debe ser ni muy ancho ni estrecho.

Aunque existen muchos perfiles de sacos distintos, podemos agruparlos en varios tipos según su forma:

Sacos tipo momia: Tienen forma tubular y recuerdan a los sarcófagos egipcios. Son estrechos en la zona de los pies a fin de tener menos volumen de aire para calentar y se van ensanchando desde la cadera hasta los hombros terminando generalmente en capucha. Son mas convenientes que los sacos en forma de V, puesto que estos últimos van estrechándose regularmente sobre toda la longitud del cuerpo.

Las principales ventajas del saco tipo momia son la capacidad de aislamiento, su menor volumen y su reducido peso. Sin embargo, su diseño estrecho y ajustado puede resultar incómodo para algunas personas.

Sacos rectangulares: Su forma recta privilegia el espacio interior permitiendo de esta manera una mayor movilidad. Están diseñados para utilizarse en zonas muy cálidas fundamentalmente para campings en verano o para dormir en una caravana. Además poseen cierres para abrirlos completamente y transformarlos en manta. Son una buena opción si el viaje se realiza en auto debido a que son bastante pesados y grandes.

Sacos semi-rectangulares: Tienen un diseño más cómodo que el tipo momia con mayor espacio para maniobrar aunque son menos eficaces para guardar el calor, ligeramente más pesados y voluminosos. Es el modelo intermedio entre el tipo momia y el rectangulary puede resultar igualmente restrictivo para algunas personas.

Sacos acoplables: Son un derivado de la forma rectangular y una elección ventajosa para quienes viajan en pareja, ya que poseen un sistema de cierre que permite unir dos sacos rectangulares normales.

Asimismo existen detalles en la construcción de un saco que son esenciales a la hora de decantarse por un diseño concreto como pueden ser el collarín aislante, las cremalleras o las capuchas.

El collarín aislante está pensado para evitar la pérdida de calor, sobre todo en la espalda. Suelen disponer de este tipo de cordones de cierre aquellos sacos que soportan temperaturas inferiores a 5º C bajo cero. También, para temperaturas por debajo de cero es conveniente escoger un saco con capucha totalmente preformada. Sin embargo, los sacos de verano pueden tener un capuchón muy abierto y amplio.

Por último, otro aspecto a tener en cuenta son las cremalleras. Estas no pueden constituir un punto débil respecto al aislamiento del saco, por eso deben recubrirse con bandas protectoras aislantes. A su vez deben ser de alta calidad para soportar bien las tensiones, la suciedad, el desgaste y, por supuesto, el frío.

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