Entrevista

Javier Reverte, periodista, escritor y viajero

Cuanto más viajemos, más tolerante será el mundo y menos racista
Por Benyi Arregocés Carrere 7 de marzo de 2007
Img javierreverte
Imagen: CSIC

Javier Reverte (Madrid, 1944) es un hombre al que los viajes le han marcado la vida. Primero como periodista, y luego como escritor, ha recorrido números países de Europa, África, América y Asia, lugares en que ha adquirido un bagaje vital repleto de culturas y personas diferentes. Todas estas experiencias le han servido de base para sus novelas y libros de viajes, como “El sueño de África”, “El Médico del Ifni”, la Trilogía de Centroamérica o “Corazón de Ulises”. En su más reciente obra, titulada “La aventura de viajar”, Reverte hace un repaso de sus viajes más extraordinarios y de las vivencias que acontecieron en ellos y se puede apreciar todo lo que han significado para este viajero a la antigua usanza que piensa que cuanta más gente viaje, “más tolerante será el mundo y menos racista”.

¿Qué siente cuándo viaja?

Viajar para mí supone, sobre todo, un instante de plena libertad y, en cierto modo, un acto creativo, pues se camina hacia lo que no se conoce y uno debe un poco inventarse a sí mismo. Es también un acto de curiosidad y una huida de la molicie.

En su último libro narra anécdotas e historias de sus múltiples viajes y cuenta como todas estas experiencias le sirvieron posteriormente en su carrera como escritor. ¿Qué similitudes encuentra entre viajar y escribir?

Se parecen, precisamente, en lo que tienen de creación, en caminar hacia no se sabe muy bien dónde y con un sentido de aventura en el corazón, pues aventura es pasar al lado de lo desconocido. La palabra literatura rima además con aventura. Y todo viaje es una aventura.

Durante sus viajes, ¿qué paisajes le han dejado deslumbrado y qué construcciones realizadas por el hombre han causado el mismo efecto?

Entre los paisajes naturales yo destacaría, sobre todo, el río Congo, los bosques de Alaska y el cráter africano del Ngorongoro.

“Entre los paisajes naturales yo destacaría, sobre todo, el río Congo, los bosques de Alaska y el cráter africano del Ngorongoro”
Entre las construcciones humanas, más que ninguna otra, Venecia.

¿Cuáles son los ingredientes fundamentales para disfrutar de un buen viaje?

Sentido de la curiosidad, deseos de comunicarse con los otros, tolerancia, buen talante y saber reírse de uno mismo son los elementos básicos para viajar.

En su último libro ha relatado las excursiones campestres que realizaba con su colegio o con su familia a la Sierra, ¿las emociones que se viven durante los viajes infantiles marcan cómo se afrontarán en la vida adulta?

Creo que los marcan para siempre. Para mí, por esa razón, el viaje tiene un sentido de libertad y, a veces, por qué no, también de gamberrismo. Es más, yo sigo siendo muy gamberro.

Ha recorrido muchísimos países del mundo, de muy diferentes maneras, algunos han sido viajes de trabajo, primero en su condición de periodista y más tarde para documentarse y escribir sus libros. ¿Cómo disfruta más de un viaje, trabajando y mezclándose con la gente local, o en compañía de los seres queridos?

Los dos son estupendos viajes. Me gusta viajar con mis hijos y con mi mujer, pero también me gustan los viajes solitarios cuando se trata de escribir un libro viajero. La soledad es fundamental para el escritor viajero.

“La soledad es fundamental para el escritor viajero”
Después de todo, la poesía se escribe también a solas. Y viajar tiene mucho de impulso poético.

Durante una época fue “corresponsal diplomático” y, por este trabajo, seguía a los presidentes y a los Reyes en sus viajes al extranjero, con todas las comodidades en sus desplazamientos. Ahora, muchas personas pueden adquirir paquetes turísticos con todo incluido, que les permiten visitar lugares exóticos pero que no ofrecen ninguna flexibilidad. ¿Realmente se puede conocer bien un lugar con un viaje de este tipo?

No se conoce en absoluto. Al menos, yo tuve la suerte de estar en lugares y con personas que un viajero normal no podría conocer; visitar el interior de los palacios de los reyes más ricos de la tierra y conocer a personajes de primer plano de la vida política internacional.

La irrupción de las aerolíneas de bajo coste ha permitido a muchas personas viajar y conocer otros lugares, que antes estaban fuera de su alcance por ser destinos muy caros. ¿Qué opina de estos servicios? ¿La masificación que pueden sufrir ciertas zonas les quita glamour o por el contrario populariza la capacidad de viajar?

A mí no me molesta nada la popularización de los viajes, al contrario. Yo creo que los viajes nos hacen más tolerantes y menos xenófobos. Así que cuanta más gente viajemos, más tolerante será el mundo y menos racista.

Recientemente se ha embarcado como joven pasajero en un crucero de lujo entre Río de Janeiro y Miami repleto de millonarios septuagenarios. Esta forma de viajar se ha puesto de moda, ¿a usted qué le pareció la experiencia?

Personalmente no volveré a hacer un viaje igual. Pero como escritor, el crucero me abrió la cortina de un mundo que desconocía. Y yo, en tanto que escritor, quiero conocerlo todo, así que, por lo menos, me sirvió en su momento.

También menciona su experiencia viajera en un Madrid que no conocía, de la mano de un cicerone inesperado, ¿hasta qué punto es necesario irse muy lejos del lugar de residencia para disfrutar de la emoción de viajar?

No es necesario irse lejos. Pero yo creo que todo escritor tiene derecho a elegir sus destinos. Yo he escrito del ‘culo de África’, pero también del barrio de al lado de mi casa. No es incompatible.

En su último libro deja muy claro que el mejor viaje siempre es el siguiente, ¿cuál y cómo será su próximo mejor viaje?

Ahora mismo no tengo ni idea. Acabo de regresar de Alaska y tengo mucho que escribir. Mi próximo viaje me espera dentro del ordenador.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube