Día del Padre, una jornada con excusa gastronómica

Esta celebración es un pretexto perfecto para elaborar un menú en familia: el primer plato lo hace el homenajeado, mientras que el segundo lo prepara la madre y el postre es el regalo de los hijos
Por Laura Caorsi, EROSKI Consumer 16 de marzo de 2006
Img cocina grupo hd
Imagen: Wavebreakmedia

La cocina es el corazón de la casa. Y qué mejor manera de expresar los sentimientos que hacerlo allí, preparando un rico menú en familia. Cocinar en equipo es una actividad entretenida y educativa (para todos los participantes) que permite disfrutar mientras se desarrollan habilidades gastronómicas. Los pequeños se lo pasan en grande y los adultos disfrutan como niños. El Día del Padre puede servir de pretexto para diseñar un menú especial, en el que cada miembro de la familia se implique en la preparación de uno de los platos. A continuación, se ofrecen algunas ideas sencillas.

El padre, el primero

Al homenajeado le toca entrar en la cocina en primer lugar. Lo mejor es pensar en un plato frío, que se puede dejar listo unas horas antes de la comida. De esta forma, el padre abandonará pronto el mando de los fogones y dejará sitio a la responsable del segundo plato. Para la ocasión, puede elaborar todos los que siguen o elegir el que más se adecue a los gustos de la familia:

El segundo plato, obra de mamá

Aunque el que está de fiesta es el padre, la madre tampoco tiene que pasar mucho tiempo en la cocina. ¿Por qué no elegir una receta que se prepare el día anterior y solo necesite de un toque final antes de servirse? Cualquiera de las siguiented recetas cumplen con ese propósito:

El postre, el regalo de los hijos

Este es el momento más divertido del día. Con ayuda de los padres, los abuelos o algún hermano mayor, cualquiera de estos postres puede hacerlos un niño y convertirse, sin duda alguna, en el mejor regalo para papá.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube