Piedras naturales para revestir el suelo

El mármol es poco resistente al contacto con la grasa y los productos abrasivos, mientras que la pizarra y el granito son impermeables
Por EROSKI Consumer 21 de marzo de 2002
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Imagen: ann-dabney

La piedra natural se utiliza para muros exteriores, fachadas o suelos. En general, es un revestimiento muy resistente que aguanta el paso del tiempo y la acción agresiva de los agentes externos. Para acertar con la elección, es aconsejable conocer de antemano las características que distinguen cada tipo de piedra. Las más habituales son el mármol, poco resistente al contacto con la grasa y los productos abrasivos, las marmóreas (de propiedades muy similares a la anterior), la arenisca, la pizarra y el granito, ambas insensibles al contacto con los líquidos.

Mármol y marmóreas

El mármol es una piedra caliza muy dura y densa, pero de una baja resistencia a ácidos, grasas y productos abrasivos que dañan su superficie. Su apariencia varía en función de la diversidad de sustancias e impurezas que lo componen. Hay mármoles blancos, negros, verdes, rojos o jaspeados, entre otros. Para diferenciarlos, es frecuente que la industria destaque el color y el lugar de procedencia de la piedra. Los revestimientos blanco de Carrara y verde Alpes son algunos de ellos.

El travertino y el comblachien son piedras marmóreas. Su aspecto es muy similar al del mármol, pero sus propiedades son distintas. La primera es una roca caliza compacta. Los colores más habituales del travertino son el beis oscuro y el marrón rojizo. Se emplea tanto en interior como en construcciones exteriores. Sus usos y cualidades son comparables a las del mármol, pero el efecto decorativo que se logra es menos brillante. Por su parte, el comblachien, de color gris con aureolas rosadas, es más resistente que el mármol pero, con un acabado pulido, es muy fácil resbalar sobre este suelo.

Arenisca

La arenisca es una roca sedimentaria de color gris o rosa pálido que se compone, en su mayoría, de arena de silicio. Para usos de interior, se emplea en formato losa, mientras que para el exterior se utiliza en grandes bloques de roca para marcar zonas de paso o vías peatonales. En cualquiera de los casos, es un revestimiento resistente. Su dureza es tal, que se emplea incluso para fabricar piedras de amolar que se utilizan para afilar herramientas. Resulta menos resbaladizo que las piedras marmóreas, ya que su aspecto permanece mate aunque se pula.

La arenisca se utiliza en grandes bloques de roca para marcar zonas de paso o vías peatonales

La pizarra es otro de los enlosados naturales más tradicionales. Es una roca de grano muy fino y de color negro azulado, aunque hay variedades en otros tonos como el verde y el rojo. Se utiliza de forma mayoritaria para revestir suelos y cubiertas. En el interior de las viviendas, es frecuente encontrarla en los suelos y paredes de baños y cocinas. La pizarra, cuyos acabados más frecuentes son el natural y el pulido, es muy resistente al desgaste y demuestra una alta impermeabilidad (por su baja porosidad) cuando entra en contacto con el agua y otros líquidos que causan manchas. No obstante, su mayor defecto es que se raya con facilidad. Pizarra y granito comparten las mismas características, pero este último tiene una gama cromática distinta. Es posible encontrarlo en gris, rosa o rojo.

Variedad en los acabados

Cuando se reviste un suelo con piedra natural, la elección no se ciñe al tipo de roca que se desea emplear sino que, en ocasiones, también hay que seleccionar su acabado. En función de éste, el aspecto final del suelo varía.

Si se selecciona un acabado partido, el resultado es un enlosado muy irregular. Cincelado, el suelo tiene estrías y marcas regulares que se repiten en toda la superficie. Serrado, el revestimiento reproduce unas ondulaciones, mientras que al pulirlo adquiere un tono muy brillante.

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