La relación de los españoles con las tarjetas de crédito es realmente curiosa. Mientras son prácticamente los europeos que más tarjetas de pago por adulto acumulan en la cartera, España está a la cola de los países de la Unión Europea en cuento a compras abonadas con estos medios de pago.
Los españoles tienen en su poder unos 61 millones de tarjetas de pago, 50 millones bancarias y unos 11 millones privadas -de comercios, hipermercados, etc.-, lo que supone una media de 1,61 tarjetas por adulto, muy por encima de la media de la UE, que no pasa de 1,2 tarjetas por ciudadano, según datos facilitados por el BBVA.
Sin embargo, con una proporción de consumo privado muy similar, los españoles sólo abonan con sus tarjetas de pago el 11% de las compras, unos 36.466 millones de euros anuales, mientras la media de ciudadanos europeos paga con «dinero de plástico» el 22,1% de sus adquisiciones, justo el doble.
Semejante desproporción coloca a España en el puesto número doce -el sexto por la cola- de la lista de los 17 principales países continentales en utilización de la tarjeta de pago, con sólo unos 1.900 euros de gasto medio anual por adulto. La media europea es de unos 2.600 euros por adulto y el ránking está encabezado por países como Noruega o Gran Bretaña, con un gasto per capita de más de 6.000 euros.
Cultura y hábitos
Semejante contradicción sólo se puede explicar por razones culturales y de hábitos de compra. La proporción irá creciendo con el paso de los años, pero que de momento es muy baja porque la mayor parte de los ciudadanos prefiere sacar dinero de los cajeros para después pagar en efectivo en los comercios y empresas de servicios.
Esta muy baja utilización del «dinero de plástico» en los pagos por parte de los españoles es todavía más evidente si la comparación se hace con EE.UU. y Gran Bretaña. Los pagos con tarjeta bancaria en Gran Bretaña (35% del total) triplican los de España y los de EE.UU. los multiplican por cuatro (40%).
