Suspensión de cotización en Bolsa

Durante el periodo de suspensión las acciones no cotizan y los inversores no pueden comprar ni vender el valor
Por José Ignacio Recio 19 de septiembre de 2010
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La suspensión de cotización se lleva a cabo a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores para proteger a los inversores de movimientos que puedan perjudicar sus intereses. En su mayoría, dura unas horas o pocos días, para volver a cotizar después con normalidad en los parqués. Otras veces se prolonga meses o incluso años por algún desajuste contable de la empresa. En unos y otros casos los accionistas no pueden operar con el valor, ni para comprar ni para vender.

Efectos de la suspensión de cotización

No es habitual, pero en ocasiones se suspende la cotización de las acciones de un valor en los parqués bursátiles. Por lo general, es una decisión temporal que toma el órgano regulador ante un acontecimiento o movimiento corporativo que afecta de forma importante al devenir de sus acciones. Se pone en marcha para prevenir el uso de información privilegiada y asegurar que todos los inversores disponen de los mismos conocimientos. Buena parte de las compañías que cotizan en el Mercado Continuo, incluso en el Ibex-35, han pasado por este proceso: Santander, Indra, Endesa, Iberdrola, Avanzit… La suspensión se ejecuta, por norma, durante unas horas -como mucho alcanza unos días- para después establecerse de nuevo y cotizar de manera regular.

Es una decisión temporal tomada para proteger a los inversores de movimientos que puedan dañar sus intereses

Esta decisión afecta de diversas maneras a los inversores que tienen tomadas posiciones en los valores:

  • Las acciones no cotizan. Por lo tanto, no tienen ningún precio real, sino la referencia del último cambio antes de cerrarse.

  • No se pueden hacer operaciones de compra ni de venta en ninguna circunstancia.

  • Una vez que vuelven a cotizar, las acciones registran fuertes oscilaciones, con importantes subidas y bajadas en sus precios. Esta situación propicia los movimientos especulativos.

Suspensiones a largo plazo

En ocasiones, la suspensión afecta a empresas con problemas en sus cuentas o en quiebra. Entonces, el proceso dura más tiempo. Algunos de los últimos casos se han extendido durante más de un año. En este tiempo, los inversores sólo pueden esperar a que se restablezca la situación normal, ya que no está permitido operar con los valores en cuestión.

Si no se debe a problemas contables de la empresa, no supone un riesgo especial para el accionista

Es frecuente que cuando vuelven a operar en los parqués bursátiles el desplome en sus precios sea muy significativo y puedan perder más del 10% del precio de su valor en una sola sesión. Un caso reciente ha sido el de La Seda de Barcelona, cuyas acciones se suspendieron de forma cautelar por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y, al reanudar su cotización, perdieron más del 50% de su valor en Bolsa. Otro caso es el de Española del Zinc, que ha solicitado este año a la CNMV la suspensión de la cotización de sus títulos en los mercados secundarios españoles, durante un periodo máximo de seis meses. Con anterioridad sufrieron suspensiones Avanzit, Jazztel y Terra, entre otros.

Los pequeños inversores, para evitar esta situación, deben abstenerse de tomar posiciones en valores de corte especulativo. Las empresas con cuentas saneadas y el respaldo de socios de referencia no tienen este problema, por lo que es adecuado apostar por las compañías que cotizan en el Ibex-35.

¿CUÁNDO SE REESTABLECE SU COTIZACIÓN?

Puede ser cuestión de horas o días, pero también de meses o años en los casos más severos. El inversor necesita saber el instante justo en que se aprueba para aplicar de la manera más conveniente sus órdenes de compra o venta. No hay ninguna notificación informativa por parte de la empresa afectada ni de la entidad financiera donde están depositados los títulos y, por tanto, se está a expensas de las informaciones que publiquen los medios de comunicación especializados.

Ante la necesidad de operar con rapidez, cuando vuelvan a cotizar las acciones, es aconsejable tramitar una orden al intermediario financiero contratado para que anuncie lo antes posible a su cliente el momento en el que las acciones están de nuevo en el mercado.

Otra posibilidad es recibir avisos en el móvil, un servicio que prestan bancos y cajas de ahorro a sus clientes y que no supone ningún desembolso económico adicional.

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