Puertas lacadas

A pesar de ser más demandadas, suelen ser más caras y precisan un montaje más costoso que las de madera
Por Leire Pérez Fernández 4 de octubre de 2007

Lacadas en blanco. Son las puertas más demandadas actualmente, ya que parecen haberse impuesto definitivamente sobre las tradicionales puertas de madera. Porque la tendencia del mercado apunta hacia las puertas claras. Y la laca se presenta como la alternativa al roble. ¿Pero son mejores las puertas lacadas? En realidad, la principal ventaja de éstas sobre la madera es la estética, ya que no resisten la comparación en cuanto a montaje, mantenimiento, duración y precio.

Las puertas lacadas de mayor calidad y, por tanto, más recomendables son aquellas en las que este acabado se efectúa sobre tableros de DM, ya que es un material que apenas sufre alteraciones debido a los cambios de temperatura y humedad; es decir, que no se dilata o se contrae con facilidad, por lo que las juntas se disimulan con más facilidad.

Las puertas lacadas fabricadas en DM son más resistentes porque no son tan sensibles como la madera a los cambios de temperatura y humedad

Aumento de ventas

Las puertas lacadas han aumentado sus ventas. Es un hecho incontestable, a tenor de las opiniones de profesionales del sector, que puede deberse a varias razones. Son muchos quienes opinan que su uso responde tan sólo a cuestiones de «moda», y achacan el aumento de ventas a razones de estética, así como a la influencia de las revistas de decoración de interiores, ya que a la mayoría de consumidores le gusta poner en su hogar aquello que es tendencia. Otras razones son de índole más práctica; así, hay quien asegura que utilizando puertas lacadas se consigue un piso más luminoso, ya que dan una mayor amplitud y la vivienda parece más grande.

Estas puertas tienen un precio más elevado que las que no se rematan con este barniz, ya que al precio de la puerta hay que sumar el del lacado. Aun así, todo depende de la calidad de la madera de una puerta sin lacar, que si es muy buena puede resultar tanto o más cara que éstas. En líneas generales, una puerta lacada cuesta 450 euros, mientras que sin tratar el precio es de 270 euros. La diferencia puede aumentar ligeramente dependiendo de las condiciones y del montaje. Si existen muchas dificultades para colocarlas, o si se trata de una reforma, tal vez se precise realizar trabajos extra como tratar la madera de las jambas o crear un premarco en el domicilio, lo que encarecen el precio final.

En líneas generales, una puerta lacada cuesta 450 euros, mientras que sin tratar el precio es de 270 euros

Lacado y montaje

La mayoría de las puertas lacadas suele estar realizada en DM, un panel de fibras de madera que se barniza con ceras, políesteres o poliuretánicos, aunque pueden estar realizadas en madera. Sin embargo, algunos profesionales desaconsejan esta última opción, ya que la madera es muy sensible a los cambios de temperatura y humedad, lo que provoca que si se laca se vean con relativa rapidez los ingletes y las juntas, lo se estropea el acabado. Porque la belleza de la laca estriba en que la superficie quede uniforme y satinada.

El proceso de lacado es sencillo, y consiste en aplicar una imprimación sobre la puerta, proceder al lijado y terminar con la aplicación de la laca. El montaje de este tipo de puertas varía dependiendo de si se trata de una obra nueva o una reforma. Es más recomendable llevar todo el material (puertas, batientes, rodapiés, etc.) prelacado desde el taller con dos manos de fondo y volver a lacarlo tras haberlo probado e instalado en el domicilio, porque de este modo se consigue un acabado mejor, se tapan puntas, juntas, etc.

Mantenimiento

Mantener limpia y bien tratada una puerta de este tipo no supone mayor problema, ya que basta con limpiarlas con un paño y agua, con jabón neutro, sin usar detergentes o productos que tengan componentes abrasivos para que queden relucientes. Únicamente en el caso de que la puerta tenga alguna mancha espesa e intensa y sea lacada brillante, se puede lavar con alcohol en proporción muy pequeña y siempre diluido en gran cantidad de agua. Se aconseja evitar el uso de sustancias como acetona o amoniaco, tampoco se deben utilizar estropajos para la limpieza diaria.

Quien adquiera una puerta de estas características debe saber que la laca blanca tiende a amarillear, aunque existen algunas que resisten mejor el paso del tiempo. Si las puertas están en un lugar donde da el sol, pueden terminar volviéndose amarillas, algo que no es tan llamativo en las que están en zonas sombrías. La vida útil de las puertas lacadas es indudablemente inferior al de las puertas de madera, ya que es un material preparado para durar en torno a 15 años.

Es importante extremar la precaución y evitar golpes en la puerta para que no se estropee el lacado, porque en caso de un golpe muy fuerte podrían llegar a saltar trozos e incluso romperse la puerta. En cuanto a la humedad, las fabricadas en madera son igual de sensibles que cualquier otra puerta de madera sin lacar. Hay que tener mucho cuidado con la puerta del baño. En el caso de que se produzcan pequeños arañazos, lo más aconsejable es disimularlos con un rotulador especial, aunque si el desperfecto es muy grande no quedará más remedio que lacar toda la cara dañada.

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