Actividades culturales para el verano

Museos y bibliotecas ofrecen a los niños y jóvenes en los meses estivales distintas propuestas culturales para enriquecer su formación
Por Marta Vázquez-Reina 1 de julio de 2011
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Imagen: Roni G

Los museos y bibliotecas se suman hoy en día a las múltiples propuestas lúdicas y de ocio que cada año se organizan para ocupar las largas jornadas de verano de los niños y jóvenes de nuestro país. Estas instituciones ofrecen para este público diferentes talleres y actividades culturales que aportan un valor añadido a su formación en entornos diferentes a los tradicionales.

Campamentos de verano, colonias urbanas, playa o montaña son algunos de los espacios preferidos por los más jóvenes para disfrutar del tiempo de ocio que acompaña a la temporada estival. Pero además de estas opciones, en los últimos años otros espacios han optado por abrir sus puertas durante los meses de verano para ofrecerles una alternativa diferente, que complementa el aspecto lúdico y de entretenimiento característico de esta época con actividades que persiguen enriquecer la formación cultural del público infantil y juvenil.

De visita al museo

Los museos han dejado de ser territorio exclusivo de los mayores. Gran parte de las instituciones museísticas de nuestro país han adaptado su oferta al público más joven e incluyen en sus programaciones actividades diseñadas específicamente para ellos. Son destacables los programas educativos, que incluyen en la mayoría de los casos visitas y recorridos especiales que acercan a los niños y jóvenes a las colecciones de los museos desde una perspectiva diferente, con juegos y estrategias que convierten la visita en una actividad divertida y entretenida.

Los museos incluyen visitas y recorridos especiales para los niños y jóvenes

Algunos museos aprovechan esta experiencia pedagógica para organizar en la época estival talleres y campamentos en los que los niños pueden participar en diferentes actividades lúdicas y educativas y que son una perfecta alternativa a otro tipo de colonias urbanas. En algunos casos, estas propuestas son gratuitas, como el taller de verano ‘Aquí se escriben libros’, de la Casa Museo Lope de Vega de Madrid, y otras tienen un coste bastante reducido, como los talleres para niños de cuatro días de duración que organiza el Museo de Navarra por tan solo 10 euros.

Pero para acercarse a los museos no siempre es imprescindible salir de casa. Varias pinacotecas utilizan el potencial de Internet y han desarrollado diferentes materiales didácticos accesibles desde la Red. Los pequeños pueden acercarse al patrimonio artístico y cultural de estas instituciones a través de recorridos virtuales, vídeos, juegos y otros materiales en línea que facilitan el aprendizaje y constituyen a la vez una actividad lúdica y entretenida.

Talleres bibliotecarios

Entre los servicios de las bibliotecas públicas de nuestro país, se engloban las propuestas didácticas destinadas a amenizar las jornadas estivales de los niños y jóvenes. En forma de talleres, muchas de estas instituciones organizan sesiones en torno al libro, la lectura y literatura y las complementan con actividades lúdicas de otras temáticas.

Las convocatorias de este año, como la de la Biblioteca Nacional de España, contemplan los séptimos talleres de verano. A ellos pueden asistir niños de 5 a 12 años para profundizar en algunos aspectos de los libros, como la conservación o sus repercusiones en el medio ambiente. Otra iniciativa interesante son los talleres de animación a la lectura que se desarrollarán entre el 18 de julio y el 15 de agosto en las bibliotecas municipales de Oviedo. Se dirigen a niños de 4 a 8 años con el objetivo de despertar el placer por la lectura y enseñarles a valorar, cuidar y respetar el material bibliotecario, entre otros aspectos.

Bibliotecas móviles

Las bibliotecas también salen a la calle en verano para continuar en estos meses con su labor habitual

Pero las bibliotecas también salen a la calle en verano para continuar en estos meses con su labor habitual de fomento de la lectura, sobre todo entre los más jóvenes. Las «biblioplayas» o las «bibliopiscinas» ayudan a inculcar el hábito lector en este público, puesto que les permite acceder a una amplia variedad de libros y revistas sin necesidad de salir de algunos de los espacios más frecuentados en la época estival.

Estas iniciativas las organizan muchas bibliotecas municipales de nuestro país y consisten en trasladar una selección de sus fondos hasta lugares de reunión habituales en verano, como las playas y las piscinas, para multiplicar las posibilidades de acceso a los libros y la lectura. En estos espacios se ofrecen los mismos servicios de asesoramiento y préstamo que en las instalaciones bibliotecarias. Para disfrutar de ellos, tan solo es necesario disponer del carné de usuario habitual o de uno especial que se puede formalizar en los mismos recintos habilitados para la ocasión.

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