Los ecologistas denuncian la falta de eficacia del plan de recuperación del atún rojo

Greenpeace solicita el cierre de la pesquería hasta que no haya un proyecto de gestión adecuado
Por EROSKI Consumer 22 de octubre de 2007

A tres semanas de la reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA), se han revelado nuevas evidencias de prácticas pesqueras ilegales y no reguladas que ponen de relieve la falta de efectividad del plan de recuperación del atún rojo.

Las flotas de la Unión Europea (UE) han capturado este año más de 20.000 toneladas de atún rojo, un 20% más de su cuota legal. Esto llevó a Bruselas a abrir un procedimiento de infracción contra siete Estados miembros, España entre ellos, por no cumplir con sus obligaciones en esta pesquería.

Además, ahora ha saltado un nuevo escándalo relacionado con el «blanqueo» de esta especie. Según Greenpeace, se ha sabido que capturas realizadas por barcos turcos han sido declaradas bajo la cuota francesa.

La organización ecologista dice que, a estas alturas, es «indiscutible» que el plan de recuperación «es un completo fracaso». En su opinión, la pesquería del atún rojo «está totalmente fuera de control», con uno de los mayores índices de pesca ilegal en todo el mundo. Un año más, las flotas internacionales han capturado cantidades «totalmente insostenibles» realizadas sobre una población «al borde del colapso».

Cierre de la pesca

Así las cosas, los ecologistas aplauden la petición de Turquía de incluir la gestión del atún rojo en la agenda de la reunión anual de la CICAA, así como la moratoria solicitada por Estados Unidos.

«Los miembros de la CICAA han demostrado un año más que son incapaces de gestionar la pesquería. La industria atunera está vaciando el Mediterráneo de una especie clave para los ecosistemas marinos de la región», advierte Sebastián Losada, responsable de la campaña de océanos de Greenpeace.

Por ello, la organización conservacionista demanda la clausura de la pesquería del atún rojo hasta que no exista un marco de gestión adecuado que incluya la protección de las zonas de reproducción de la especie, una cuota ajustada a la recomendada por la CICAA, una talla mínima adaptada a la talla mínima de reproducción, y la eliminación de las prácticas ilegales.

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