Un proyecto estudia el origen de los terremotos en el océano para poder predecirlos

Se instalará un observatorio de seísmos a seis kilómetros bajo el suelo marino
Por EROSKI Consumer 7 de marzo de 2008

Predecir los terremotos. Éste es el objetivo de un proyecto internacional -llamado NantroSEIZE- cuya primera fase, de seis meses de duración, acaba de terminar. En este primer ensayo, una expedición a bordo del «Chikyu», el mayor y más sofisticado buque oceanográfico del mundo, ha realizado el reconocimiento más completo que se ha hecho nunca de una zona sismogénica, la fosa de Nankai.

Mediante prospecciones en el subsuelo marino, los investigadores han estudiado los mecanismos generadores de terremotos y tsunamis, así como la historia climática del planeta, en una zona del Pacífico donde convergen dos placas tectónicas, a unos 100 kilómetros de la costa este de Japón, y donde se esperan terremotos de magnitud superior a 8 grados en la escala de Richter en los próximos 30 años.

«El objetivo final es conocer los procesos que dan lugar a terremotos devastadores, como los de la zona estudiada, y poder observarlos ‘in situ’ y en tiempo real allí donde se generan», explica María José Jurado, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en esta primera expedición junto a 15 científicos de seis países.

Observatorio submarino

El proyecto, que continuará hasta 2012, se propone perforar hasta seis kilómetros por debajo del fondo del mar, en el límite de las placas donde se originan grandes terremotos. «En otras expediciones se obtendrán muestras de las rocas y fluidos de la zona de falla, además de monitorizar y observar directamente los procesos ligados a la génesis del próximo gran terremoto», comenta Jurado. Para ello se instalará un observatorio submarino permanente a través del cual se podrán seguir los sismos en tiempo real.

En la expedición inaugural en aguas profundas de la fosa de Nankai, se realizaron cinco sondeos, en localizaciones situadas desde 1.970 a 3.830 metros desde el nivel del mar. Estos sondeos perforaron el subsuelo oceánico entre 400 y 1.401 metros.

En una de estas exploraciones, los investigadores identificaron abundantes depósitos de hidratos de gas (metano), entre 220 y 400 metros por debajo del fondo del mar. Asimismo, descubrieron que el empuje que genera la convergencia de placas, al contrario de lo que se creía, presenta variaciones en la zona de estudio.

En una segunda fase, el «Chikyu» explorará una zona de la falla principal que se encuentra a entre 3 y 3,5 kilómetros bajo el suelo marino, lo que constituirá un hito en la historia de la perforación científica de los océanos. Y en la tercera fase se prevé perforar a través de los límites de las placas hasta alcanzar la zona de subducción, a entre 5,5 y 6 kilómetros de profundidad. En ese momento se comenzará con la monitorización, durante dos años, que concluirá con la instalación de equipos permanentes de observación, en la cuarta fase, en 2012.

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