Energía eólica marina en España

Los próximos años serán vitales para el arranque de los primeros aerogeneradores frente a las costas españolas
Por Alex Fernández Muerza 4 de marzo de 2010
Img turbinas eolicas
Imagen: Martin Pettitt

España es el segundo país europeo en potencia eólica instalada en tierra firme y el cuarto en el mundo. Con sus casi 5.000 kilómetros de costa, y un viento que en el mar es más fuerte y constante, sería lógico pensar que también encabezara la producción de eólica marina (offshore). Sin embargo, no tiene ninguna instalación de este tipo en sus aguas y las estimaciones más optimistas señalan el periodo entre 2012 y 2014 como fechas de su posible arranque. Por su parte, países como Reino Unido y Dinamarca avanzan con paso firme y ya cuentan con decenas de parques eólicos marinos y proyectos de gran potencia para los próximos años. Diversos factores económicos, medioambientales y administrativos explican el retraso de este tipo de energía renovable en nuestro país.

Imagen: Martin Pettitt

La energía eólica marina (offshore) no arranca en España, a pesar de su potencial. Según un estudio de la Comisión Europea, el país podría tener 25,52 gigavatios (GW) de potencia instalada en 2020, de forma que doblaría a la terrestre. La fecha no es casual, ya que marca el objetivo de los responsables comunitarios para lograr que el 20% del consumo europeo de energía primaria provenga de fuentes renovables. Para ello, la energía eólica, y en especial la marina, podría ser clave.

Algunos países europeos han tomado la iniciativa. En la actualidad, hay 38 parques eólicos offshore pertenecientes a nueve países de la Unión Europea. Reino Unido y Dinamarca lideran su puesta en marcha, con una cuota del 44% y el 30%, respectivamente. Países como Suecia, Alemania y Noruega también construyen varias instalaciones en sus aguas. Según la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), el mercado europeo de la offshore crecerá en 2010 un 75%.

En 2020 podría haber unos 4.000 MW de potencia eólica marina instalada en costas españolas
La recuperación de este retraso con respecto a otros países podría llevar varios años. Los más optimistas confían en que los primeros parques eólicos marinos en España podrían empezar a funcionar entre los años 2012 y 2014. Desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE) apuntan a 2020 como fecha en la que habría unos 4.000 MW de potencia instalada.

En principio, las bases están asentadas. El Gobierno ha regulado mediante Real Decreto los procedimientos y las condiciones para la puesta en marcha de este tipo de parques eólicos. Los ministerios de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) e Industria, Comercio y Turismo (MICyT) han publicado el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español. En él se delimitan las zonas que reúnen las condiciones favorables para la instalación de los aerogeneradores.

El informe evalúa 4.000 kilómetros de costa y contempla la instalación de 73 áreas eólicas marinas, que se clasifican, como se aprecia en el mapa, en «zonas de exclusión» (en rojo), «zonas aptas con condicionantes» (en amarillo) y «zonas aptas» (en verde). Los responsables del estudio aseguran que en una zona no apta también se pueden presentar proyectos y sólo se rechazarían si los estudios de impacto ambiental fueran negativos.

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Varias de las principales empresas españolas del sector de las renovables, y líderes en Europa y en el mundo, como Acciona, Capital Energy, Gamesa o Iberdrola han presentado varios proyectos. Zonas tan diversas de la costa, como Galicia, Cádiz, Canarias, Murcia o Tarragona son algunas de las posibilidades señaladas. Sin embargo, estas propuestas para desarrollar la eólica offshore no han pasado de una declaración de intenciones.

No ocurre lo mismo con proyectos diseñados en otros países. Scottish Power, filial británica de Iberdrola, se adjudicaba en fechas recientes, junto a la compañía sueca Vattenfall, el contrato para construir en la costa de Norfolk, al este de Reino Unido, uno de los mayores parques eólicos marinos del mundo. Se denominará East Anglia Array y tendrá una potencia de hasta 7.200 megavatios (MW). Para hacerse una idea de la magnitud del proyecto, las centrales nucleares españolas generan en la actualidad 7.716 MW. Sus responsables esperan comenzar las obras en 2015. Por su parte, Gamesa ha anunciado un acuerdo de intenciones con la compañía alemana Bard Holding para el desarrollo y comercialización conjunta de proyectos en el mercado eólico marino.

Por qué se retrasa la eólica marina en España

Iberdrola participa en el proyecto que creará en Reino Unido uno de los mayores parques eólicos marinos del mundo
Varios factores económicos, medioambientales y administrativos explican este retraso de la energía eólica offshore en España. Los costes de construcción, operación y mantenimiento actuales de los parques eólicos en el mar, al igual que la producción de energía, son superiores a sus hermanos de tierra. La falta de infraestructuras eléctricas que puedan aprovechar la energía producida es otro escollo fundamental. Además, todavía quedan zonas aptas para la expansión de la eólica en suelo firme, más barata y rentable.

La ubicación de los aerogeneradores es un elemento clave. Con la tecnología disponible en la actualidad, la profundidad en la que se pueden instalar los molinos no debe superar los 20 metros. Este factor limita a unos pocos lugares la colocación de los parques offshore. La plataforma continental del litoral español se caracteriza en general por su estrechez: a cuatro kilómetros de la costa ya hay más de 50 metros de profundidad.

Una posible solución podría venir de los avances tecnológicos. El desarrollo de las empresas del sector se traduce en modelos con mayores prestaciones en cuanto a potencia e instalación. Otra posibilidad serían los aerogeneradores flotantes, que se han empezado a probar en algunos países, como España. Pero el aprovechamiento real de estos modelos podría tardar varios años.

El factor medioambiental es un escollo más para la eólica marina. El impacto puede ser muy alto en el entorno natural y sus ecosistemas, así como en el tráfico marítimo, la pesca o el turismo. Algunas propuestas ya han movilizado la oposición en sus lugares de destino. En Cádiz y en el Delta del Ebro, diversos grupos ecologistas y de sectores económicos y sociales han mostrado su rechazo a los posibles enclaves eólicos en su costa. En Galicia, el parlamento de esta comunidad autónoma ha aprobado una proposición no de ley contraria a estas instalaciones en su litoral, a pesar de que el Estudio Estratégico Ambiental señala varias zonas aptas en las aguas.

Por ello, no es de extrañar que el desarrollo de la energía eólica marina cause diversidad de posicionamientos, incluso entre las ONG ecologistas. La organización conservacionista Oceana ha manifestado de forma abierta su apoyo a estas instalaciones en España. Sus responsables señalan que el futuro de la energía eólica pasa por la offshore y recomiendan que se desarrollen proyectos en las zonas consideradas aptas en el Estudio Estratégico Litoral del Gobierno, tras el correspondiente estudio de impacto ambiental. Por su parte, la organización WWF se ha mostrado más cauta y ha recalcado que se deberá estudiar caso por caso cada proyecto para evitar que pueda afectar a especies como el atún rojo, en grave peligro de desaparición.

Desde el sector, señalan que los trámites burocráticos para responder a las solicitudes son demasiado farragosos y se pueden alargar mucho tiempo.

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