Permacultura

Propone el cultivo de alimentos ecológicos aprovechando al máximo los recursos naturales
Por EROSKI Consumer 4 de abril de 2005

Comer alimentos sanos y respetuosos con el medio ambiente es posible gracias a la permacultura. Este concepto fue ideado por los australianos Bill Mollison y David Holmgren en la segunda mitad de la década de los 70 y es el resultado de la contracción de las palabras «agricultura permanente» o «cultura permanente». El éxito de esta técnica radica en que permite crear un ambiente que puede producir o conservar energía suficiente a lo largo de su existencia para generarse y mantenerse, es decir, un espacio ecológico sostenible como alternativa a la denominada «revolución verde», entendida como la transformación de la agricultura en un sistema industrializado de explotación masiva de los recursos que conlleva la destrucción del entorno. ¿Cómo se consigue? A través del diseño y la planificación de distintos elementos: los pollos, por ejemplo, además de poner huevos, eliminan las plagas, producen abono, crean más pollos y se pueden comer.

Con el paso de los años, el concepto de permacultura se ha ampliado y además de englobar las actividades relacionadas con la agricultura y el medio ambiente, se busca con su práctica una manera ética de ver la vida, una cultura que busca el cuidado del planeta respetando las leyes de la naturaleza y estimulando la cooperación humana. Los defensores de la permacultura consideran que el ser humano puede satisfacer de manera simple sus necesidades básicas sin destruir la Tierra. Según Masanobu Fukuoka, otro de los grandes valedores de la permacultura, «es una filosofía para trabajar juntos con la naturaleza y no en contra, de observar prolongadamente y atentamente en lugar de trabajar mucho y descuidadamente, de considerar las plantas y los animales en todas sus funciones en lugar de tratar a los elementos como sistemas de un solo producto».

Según sus seguidores, poner en marcha un sistema de permacultura puede parecer costoso al principio, pero a largo plazo merece la pena. El diseño y la planificación son esenciales, puesto que utiliza elementos (plantas, animales, estructuras, etc.) interconectados que sirven para dos funciones como mínimo, buscando el aprovechamiento máximo y convirtiendo los problemas en recursos, y así, hasta la basura es útil. El agua de lluvia es un problema si inunda las cosechas, pero es un recurso si es canalizada hacia áreas secas. Para ilustrar esta idea, Mollison suele utilizar este refrán: «No se tiene un problema con las babosas, sino una deficiencia de patos». De esta manera, la complementariedad y la diversidad permiten disponer siempre de alimentos aun cuando algún elemento falle.

Por todo ello, cada diseño es único y se desarrolla según las características del terreno y las necesidades de la gente que lo utiliza. Además, como es un sistema que requiere de los recursos mínimos necesarios puede encontrarse con alguna limitación, al disponer sólo de los elementos que se pueden mantener, aunque siempre se puede establecer con un vecino un intercambio de productos. Precisamente, las ventajas asociadas al desarrollo de un sistema de producción basado en la permacultura son también uno de sus mayores inconvenientes, como subraya la ingeniera agrónoma de la Asociación Vida Sana, Montse Escutia: «se trata de una visión de organizar la sociedad tan diferente a como estamos acostumbrados hoy en día que a mucha gente le puede resultar difícil de entender.»

La permacultura es un concepto que se ha ido extendiendo progresivamente a todo el mundo, aunque no sea muy conocido por el gran público. Tras dar a conocer la idea en su país, Mollison fundaba el Permaculture Institute y comenzaba una gira mundial para explicar en qué consistía y cómo llevarla a la práctica. Hoy en día cuenta con profesores y seguidores por todo el mundo, y en algunos países se usa en las políticas agrarias y de planificación. A modo de ejemplo, Zimbaue tiene 60 escuelas diseñadas utilizando la permacultura, con un equipo nacional trabajando en la unidad de desarrollo de currículos escolares. Los campos de refugiados de Sudáfrica y Macedonia también se han valido de la permacultura para producir alimentos, lo que ha llevado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a elaborar un informe sobre su uso en situaciones de refugio. En Perú, varias tribus han conseguido ser autosuficientes y dejar de depender de las subvenciones estatales y en Estados Unidos una base militar se está transformando para que sea un parque para la vida salvaje y un centro de negocio ecológico.

Por su parte, la asociación más importante en Europa es la Permaculture Association de Inglaterra, mientras que en España también existen varios proyectos desde hace años, siendo uno de los más antiguos el denominado «Permacultura Monsant» de Tarragona. De hecho, la permacultura es una red mundial y un movimiento de individuos que no aceptan ayudas gubernamentales ni empresariales, de manera que puedan generar proyectos independientes y autofinanciados.

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