Lugares para preservar y visitar

La custodia del territorio permite conservar entornos naturales, rurales y culturales
Por Mercè Fernández 28 de mayo de 2008
Img espacio natural listado
Imagen: G & A Scholiers

Hay entornos naturales que probablemente nunca llegarán a ser parque natural y que, sin embargo, son de gran interés medioambiental y cultural. Varias organizaciones y fundaciones se dedican a comprar estas áreas para preservarlas o, gracias a la fórmula de la custodia, llegan a acuerdos con los propietarios de las tierras para ayudarles en la conservación de sus ecosistemas.

Custodias del territorio

/imgs/2008/05/espacio-natural01.jpgEn Talaván (Cáceres) se halla uno de los últimos rebaños de vaca blanca cacereña, una raza muy amenazada y de la que ya prácticamente no quedan ejemplares en España. Los animales, unos 26, conviven con otros rebaños de ovejas en la finca El Baldío, de unas 280 hectáreas, que está siendo reforestada con encinas y alcornoques por la Fundación Global Nature. La fundación ha implantado en esta finca una gestión agraria que compagina conservación y producción, y que muestra a los agricultores locales que tal combinación es posible. Además, el antiguo cortijo de esta finca cacereña se ha adaptado para recibir visitantes y desarrollar actividades de educación sobre el medio natural y rural.

Lo valioso de la custodia es que se aplica a espacios especialmente vulnerables con muchos valores naturales pero que nunca llegarán a ser parques naturales protegidos

El Baldío es un ejemplo de lo que se denomina custodia del territorio, una fórmula en la que los propietarios y usuarios de una área de interés llegan a un acuerdo con una entidad de custodia para colaborar en la preservación y restauración de esas tierras. Normalmente, la entidad de custodia es una fundación o asociación sin ánimo de lucro que cuenta con el patrocinio de empresas o de ayudas públicas. Lo valioso de esta fórmula, explica Joan Nogué, director del Observatorio del Paisaje, es que se utiliza en espacios que tienen muchos valores naturales pero que nunca llegarán a ser parques naturales protegidos. Y al no contar con esa “protección oficial”, se convierten en especialmente vulnerables.

La custodia del territorio ha permitido restaurar humedales, preservar bosques y conservar entornos de interés paisajístico. Pero también recuperar fauna, flora y razas de ganado autóctonas que se están perdiendo por la ganadería intensiva. Es la filosofía del mecenazgo aplicada al territorio, detalla Nogué, en la que “todavía falta mucho por hacer aquí”. Lugares, en cambio, con una gran tradición son Norteamérica y Gran Bretaña, donde la ya centenaria National Trust custodia o mantiene en propiedad desde parques, castillos y construcciones históricas, hasta bosques, granjas tradicionales, islas y restos arqueológicos, que han llegado a sus manos por compra, donación de los propietarios o acuerdos diversos. En cifras, suman algo más de 253.000 hectáreas de tierras, 215 casas y jardines, 40 castillos, 76 reservas naturales, doce faros, 43 pubs y hostales, entre otros. Cada año reciben hasta 50 millones de visitas, de las cuales doce millones son visitas pagadas.

Cómo funciona la custodia

En España, una de las entidades pioneras en custodia de territorio es la Fundación Territori i Paisatge. Jordi Rozas, del departamento de gestión y adquisiciones, explica que muchos ciudadanos que conocen la tarea de la Fundación se acercan por propia iniciativa a sus oficinas para avisar de alguna finca de interés que puede peligrar y proponerles la compra o la custodia. A veces es el mismo propietario de las tierras que está sensibilizado por el medio ambiente y quiere colaborar con su finca. ¿Y de qué depende que se decidan a hacerlo? “De muchos factores. De los valores naturales de las tierras, el paisaje, la fauna y flora, o el lugar en el que está ubicada. No es lo mismo 100 hectáreas en el Pirineo que cerca de una capital como Barcelona”.

/imgs/2008/05/espacio-natural02.jpgActualmente tienen en custodia unos 60 espacios y más de una veintena en propiedad. “Cuando compramos un espacio, lo hacemos para conservar unos valores. Ese terreno pasa a manos de la Fundación, que los debe preservar y así está establecido en sus estatutos”, explica Rozas.

En el caso de la custodia, se ayuda a otra entidad o a un particular en la gestión del espacio. Para ello se redacta y propone un plan de gestión, que incluye acciones de conservación de la naturaleza, de reintroducción de flora y fauna, de mantenimiento de la biodiversidad o técnicas de conservación. También se contemplan medidas para el uso público del espacio, lo que incluye realizar itinerarios y señalizarlos, incorporar cartelería y paneles para informar a los visitantes de las peculiaridades de la zona, así como instalar mesas, bancos, papeleras y aparcamientos.

La mayoría de los espacios en custodia son de propiedad publica, pero también los hay de propiedad privada

Con el plan en la mano, se negocia y se llega a un acuerdo con la entidad pública o los propietarios particulares de las tierras, quienes se encargan de ejecutar el plan de gestión con recursos propios o bien con ayudas de la entidad de custodia. La mayoría de los espacios en custodia son de propiedad publica, pero también los hay de propiedad privada, lo cual es interesante porque “tienes a gente viviendo en la zona, que te informa de posibles problemas”.

Un elemento interesante en la gestión de estos espacios es el consejo de propiedad social, formado por entidades vinculadas al espacio (pueden ser propietarios pero también ayuntamientos, asociaciones naturalistas, usuarios o vecinos) y con las cuales se establece un diálogo para optimizar la gestión y conservación de la zona. Por ejemplo, en la Montaña de Alinya, un espacio de 5.350 hectáreas adquirido en 1999 por la Fundación, hay 150 habitantes censados, de los cuales sólo 75 la habitan permanentemente.

Propuestas para visitar

En España hay muchas entidades implicadas en la custodia del territorio, y muchos lugares para visitar, algunos de ellos muy poco conocidos. Estas son algunas propuestas:

Laguna de Ivars (Lleida): Situada en medio de la comarca del Pla d’Urgell, y muy cerca de la población de Vila-sana (Lleida), esta laguna era conocida por la abundancia de aves acuáticas. Se empezó a volver a llenar a partir de la primavera de 2005, en un proyecto en el que está implicada la Fundación Territori i Paisatge, que ha adquirido el espacio. Se espera que vuelva a convertirse en punto estratégico de las rutas migratorias de aves.

/imgs/2008/05/espacio-natural03.jpgFinca en Sierra Aracena (Huelva). El Ayuntamiento de Aroche, con el apoyo de un patrocinador, ha salvado una extensión de 2.389 hectáreas de la explotación maderera del eucalipto. Conservan la dehesa tradicional de la finca, actualmente una explotación forestal y ganadera de porcino y caprino que conserva la flora y fauna tradicionales. También hay una población de buitres leonados y negros, integrados en el funcionamiento diario de la finca y que son su principal atractivo. Se mantiene un muladar para alimentar a los buitres, y una población de ciervos que se alimenta en los mismos pastos que el ganado. Más información: Red Andaluza de Custodia y Gestión del Territorio

Laguna de Nava (Palencia). Es el antiguo “Mar de Campos”, que fue hasta los años 40 uno de los mayores humedales de España, con una superficie de 2.500 hectáreas y hasta 5.000 en años de grandes precipitaciones. Esta laguna esteparia fue desecada hace medio siglo para su uso agrícola y ganadero. La Fundación Global Nature inició los primeros trabajos para inundar 150 hectáreas en el municipio de Fuentes de Nava. Actualmente, la laguna recuperada ocupa 300 hectáreas y ha sido recolonizada por multitud de especies de aves.

En España hay muchos lugares para visitar con custodia del territorio, algunos de ellos muy poco conocidos

El Planerón (Zaragoza). En este ecosistema estepario de 500 hectáreas, se pueden encontrar aves de gran interés, como la ganga, la ortega, la avutarda, la alondra de Dupont, así como reptiles, todas ellas especies amenazadas en la península Ibérica. La reserva, en el municipio de Belchite, fue creada por SEO/BirdLife en 1992 mediante la compra o cesión de terrenos, y desde entonces la mantiene en custodia. Actualmente tiene una superficie de unas 700 hectáreas, en las que se combinan programas de investigación, educativos y de promoción agroambiental, como los cultivos ecológicos de cereales, con los cuales se elabora pasta.

Les Planes de Son (Lleida). Cerca del Parque Nacional de Aigüestortes y del lago de Sant Maurici, se halla esta región de alta montaña, una de las más atractivas y mejor conservadas de los Pirineos, en los valles d’Aneu. Allí se ha instalado un centro integrado en el paisaje, semisoterrado en un prado natural, donde los visitantes se pueden alojar, y un centro de fauna. Más información: Fundación Territori i Paisatge.

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