Entrevista

Raúl de la Calle, Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

Nuestros montes son un verdadero polvorín
Por Alex Fernández Muerza 14 de julio de 2012
Img rauldelacalle

Un polvorín descuidado que puede estallar en cualquier momento en forma de grandes y graves incendios forestales, como el reciente de la Comunidad Valenciana. Así son los montes españoles, a tenor de las palabras de Raúl de la Calle, secretario general del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. En su opinión, se unen todos los factores adversos para que estos desastres naturales sean peores que en años anteriores. Según De la Calle, la prevención mediante una gestión forestal sostenible es la mejor manera de combatirlos, pero se ha recortado de forma drástica. Asimismo, apela a la concienciación de todos (el 95% de los incendios forestales son de origen humano) y ofrece consejos prácticos.

El devastador incendio forestal que sufría hace unos días la Comunidad Valenciana, ¿se podría haber evitado, o al menos en la magnitud que tuvo?

En nuestra ubicación geográfica es normal que en verano, salvo en la cornisa cantábrica donde la época de peligro es otra, haya periodos prolongados de altas temperaturas y humedad relativa muy baja. En España, al igual que en el resto de países de clima mediterráneo, los incendios forestales son sistemáticos, sean cual sean sus causas. No contar con ello y con que se debe responder fundamentalmente con medidas preventivas es un grave error.

¿Era entonces inevitable?

“No se atacan las causas que provocan los incendios forestales”
Evitar un incendio es muy complicado, pero sí podemos evitar que se conviertan en “grandes incendios forestales” (que superan las 500 hectáreas) con tareas preventivas; en definitiva, con una gestión de nuestros montes. La Comunidad Valenciana es, después de Extremadura, la que menos planes de gestión forestal tiene. Solo el 2% de las masas forestales de esta comunidad los posee, frente al 13% en toda España. Quizás ahí encontramos uno de los motivos de la magnitud de este incendio.

¿La clave está en la gestión de los montes?

No se hace lo principal: la gestión forestal. No se atacan las causas que provocan los incendios forestales. Un incendio en cualquier masa boscosa, sin tratamientos preventivos y con una continuidad horizontal y vertical de la vegetación, puede avanzar de una forma brutal sin que podamos hacer demasiado por muchos medios de extinción que tengamos.

¿Haría falta algo más?

“Las penas contra los que causan los incendios deberían ser mucho más duras”
España necesita también una mayor sensibilización ambiental, ser conscientes de las enormes pérdidas que generan los incendios. Y sobre todo, conseguir que todo el peso de la ley caiga sobre estos terroristas ambientales y que los delitos no queden impunes. Es más, las penas deberían ser mucho más duras que las actuales.

Algunos expertos han señalado que este año los incendios forestales podrían ser peores que los del año pasado. ¿Está de acuerdo?

Sí, por varios motivos:


  • El invierno ha sido muy seco y ya provocó en febrero-marzo muchos incendios forestales no habituales en esas fechas. El periodo estival se presenta complicado; estamos teniendo temperaturas muy altas y muy pocas precipitaciones. El contenido hídrico de la biomasa en el monte es mínimo, de manera que aumenta su combustibilidad.

  • Los recortes en gestión de montes y tratamientos preventivos han sido dramáticos en todas las comunidades autónomas. Ya vemos sus efectos.

  • El abandono de la actividad ganadera y forestal por falta de rentabilidad ha supuesto la acumulación vertical de biomasa en muchos bosques y continuidades horizontales de combustible, y no se han realizado tratamientos preventivos en muchos lugares.


Nuestros montes son un verdadero polvorín en estos momentos. Además, la actual crisis del mundo rural comporta la pérdida de capacidad de detección y extinción inmediata por parte de sus habitantes, la merma de caminos rurales al invadirlos la maleza y de conocimiento del territorio, etc.

¿Qué pérdidas provocan los incendios forestales cada año en España?

Las consecuencias ecológicas, económicas y sociales son inmensas:


  • Pérdida del medio de vida (cuando no de la propia vida) de especies vegetales y animales y, sobre todo, del medio rural que rodea y depende del monte. El hábitat de plantas y animales se pierde a medio y largo plazo y el suelo se empobrece.

  • Pérdida de la función hidrológica (infiltración) de nuestros montes, muy importante para la calidad de nuestras aguas subterráneas, principales suministradoras de nuestra agua potable. El agua no retenida puede provocar riadas, como ha ocurrido en numerosas ocasiones en nuestro país, con muertos y enormes daños económicos. El problema es especialmente crítico en la región mediterránea. La climatología convierte la secuencia fuego-inundaciones-erosión en el primer agente de desertificación.

  • Pérdida de usos tradicionales y recreativos.

  • Liberación de gases de efecto invernadero (implicados en el cambio climático).

  • Aparición de plagas y enfermedades que pueden afectar a las masas sanas cercanas.

¿Se ha mejorado o empeorado?

“España cuenta con medios más que suficientes de extinción, pero faltan muchos medios de prevención”
En 2011 hubo más de 16.000 incendios forestales que arrasaron más de 84.000 hectáreas (ha) de superficie forestal. El dato fue bastante inferior a la media del decenio anterior. En 1994 se quemaron más de 400.000 ha o en 2005 casi 200.000 ha. Se ha mejorado, pero se ha frenado de forma radical con los recortes en gestión y prevención de montes (solo el 13% de la superficie forestal en España cuenta con un instrumento de planificación).

¿Hay suficientes medios para controlar los incendios forestales en España?

España cuenta con medios más que suficientes de extinción, pero faltan muchos medios de prevención. Podemos atacar un número simultáneo, pero reducido, de incendios forestales. Sin embargo, frente a un fuego en su mayor virulencia, o frente a más de treinta a la vez en una misma provincia, los medios en extinción son siempre insuficientes. Es necesario invertir más en la prevención. Si reducimos el número de incendios, una responsabilidad de todos, seremos más eficaces contra el fuego con los medios de que disponemos. La extinción es el último recurso.

¿Cuál es el origen de los incendios forestales?

El 95% son provocados por el ser humano, en su gran mayoría negligencias. Las dos principales causas son las quemas agrícolas y de matorrales para la obtención de pastos. Los pirómanos suponen algo más del 3% de los incendios que se producen y las barbacoas no llegan al 2%.

¿Cómo se podrían reducir los incendios forestales?

“El 95% de los incendios forestales son causados por el ser humano”
Con una gestión forestal en mayúsculas: actuar de manera directa sobre las causas que los provocan y evitar que se repitan año tras año. Es necesario una mayor inversión en selvicultura preventiva. Solo mediante medidas sociales, económicas, culturales, de prevención en general y específicas para cada región de España, se podrá reducir el muy elevado número de incendios. Si con los medios de extinción actuales hemos logrado apagar dos tercios de los siniestros antes de que alcanzasen una hectárea (conatos), la efectividad aumentaría de forma considerable si tuviéramos que hacer frente a la mitad de los incendios, o si el estado de abandono de los montes españoles no favoreciera la propagación de las llamas, como sucede ahora en su mayor parte.

¿Qué pueden hacer los ciudadanos?

Concienciarse y actuar con buenas prácticas ambientales. Es muy importante que la gente avise cuanto antes si ve un incendio forestal. Lo mejor es llamar de inmediato al teléfono de emergencias 112 y dar el mayor número de datos posibles. Y si tiene otros medios, que los utilice también.

¿Qué consejos prácticos daría?

Las horas de mayor riesgo de siniestro son el mediodía y el atardecer. Los fines de semana de julio y agosto, cuando miles de personas hacen excursiones, son los más problemáticos para los fuegos estivales. Está prohibido hacer fuego en el monte y encender barbacoas. Tampoco se pueden arrojar colillas encendidas o dejar residuos, en especial cristales y botellas, en el campo. Si se inicia un fuego, se debe correr lo más deprisa posible en contra de la dirección del viento o por un lateral. Nunca se debe huir ladera arriba, porque las llamas pueden ir mucho más rápidas. Hay que extremar las precauciones y las medidas contra incendios en esta época del año.

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