Conservar espacios naturales protegidos es un buen negocio

La gestión sostenible de espacios naturales protegidos preserva la naturaleza y permite la creación de empresas y empleos verdes
Por Alex Fernández Muerza 20 de enero de 2014
Img parques

Conservar la naturaleza no es un gasto, es una buena inversión. Así lo advierten diversos informes y expertos, que apuntan la oportunidad creciente de negocio y de creación de empleo verde mediante la gestión sostenible de espacios naturales protegidos. Este artículo señala las ventajas económicas, ambientales y sociales de proteger espacios naturales, las iniciativas destacadas en espacios protegidos y los espacios naturales como oportunidades de negocio al alza.

Proteger espacios naturales, ventajas económicas, ambientales y sociales

El fomento de la conservación de la biodiversidad y los servicios que proporcionan los ecosistemas tiene un evidente beneficio ambiental. Pero no es la única ventaja. Un país que protege sus espacios naturales genera negocio, empresas y puestos de trabajo dentro de la «economía verde«. En consecuencia, sus habitantes también ganan. «Una correcta gestión de los espacios naturales protegidos (ENP) enriquece también la calidad de vida humana», según Josu Durana, uno de los socios fundadores de Ekograma, una consultora ambiental especializada en gestión de dichas áreas naturales.

Un país que protege sus espacios naturales genera negocio, empresas y puestos de trabajo
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima en un mínimo de 5.800 millones de euros anuales el coste de mantener la Red Natura 2000, unos espacios naturales de especial interés en la Unión Europea (UE). Esta cantidad no parece tan abultada al compararla con los retornos económicos logrados. El turismo que atraen los ENP genera entre 4,5 y 8 millones de empleos fijos. Solo en España los visitantes a dichas zonas dejan unos ingresos directos de 36 millones de euros anuales, según la Comisión Europea (CE).

La gestión eficiente de las áreas naturales protegidas constituye un nicho de mercado cada vez más demandado, a tenor de los datos recopilados por Aclima, la Asociación Cluster de Industrias de Medio Ambiente de Euskadi. «Puede sonar mal hacer negocio de la naturaleza, pero proteger un ENP no es incompatible con un desarrollo sostenible de la zona», argumenta Durana. Un apicultor que cuida a las abejas y sus beneficios para la naturaleza, el gestor de un bosque con madera certificada, o el dueño de un establecimiento de turismo ecológico crean empleo, riqueza y contribuyen a conservar su entorno.

En ocasiones, la gestión sostenible cubre necesidades no satisfechas. Durana cita a Brasil, donde se han declarado varios ENP pero no saben cómo gestionarlos. En la práctica, por tanto, se quedan sin protección efectiva. «Ahí podemos entrar, ayudar y hacer negocio», asegura.

Las pequeñas y medianas empresas (pymes) ambientales pueden lograr grandes éxitos a nivel mundial. Así lo cree Mónica Moso, directora de Aclima, que señala las oportunidades de negocio en las primeras fases de la gestión de un ENP, como en Brasil, y en países con sistemas ya desarrollados, como en Europa, para mejorar lo consolidado. En cualquier caso, «el liderazgo de todas estas iniciativas tiene que ser institucional, aunque luego se busquen apoyos públicos y privados», advierte la experta.

Iniciativas destacadas en espacios protegidos

Los parques nacionales de Estados Unidos (EE.UU.) son los ENP más avanzados del mundo en cuanto a gestión eficiente, según los expertos de Ekograma. Latinoamérica y el Caribe presentan claras oportunidades de negocio, con ENP declarados sin planes de gestión y fondos económicos destinados a la conservación. En Europa, el Plan Horizon 2020 defiende el crecimiento sostenible, y los ecosistemas son uno de sus elementos principales. En España también hay algunas buenas iniciativas:

  • Sierra de La Culebra (Zamora). Se ha puesto en marcha un plan de turismo especializado de observación de lobos. Sus responsables han comprado el cupo para evitar que sean abatidos por cazadores, porque se han dado cuenta de que son más rentables vivos que muertos, explica Durana.
  • Parque Natural de Valderejo (Álava). Se ayudó económicamente a recuperar la Cabaña de la Mesta como especie de interés cultural y natural, señala Jonathan Rubines, otro de los socios fundadores de Ekograma.
  • Parques Naturales de Andalucía. Se ha creado la marca comercial «Parque Natural de Andalucía» para dar a conocer a los ciudadanos todos los productos y servicios desarrollados en dichos ENP y potenciar su desarrollo económico.

Espacios naturales, oportunidades de negocio al alza

El turismo ecológico, los productos certificados o las compensaciones de biocarbono dejan entrever el potencial económico de la conservación sostenible de la naturaleza. El rápido desarrollo de los mercados de carbono mundiales y otros servicios a los ecosistemas, como los mercados del agua en Australia o los bancos de mitigación para humedales en EE.UU., son claros ejemplos, según los expertos de Aclima. Los productos agrícolas con certificación ecológica movían 40.000 millones de dólares en 2008, pero se estima que en 2020 alcancen los 210.000 millones y en 2050 los 900.000 millones.

Las oportunidades empresariales a nivel mundial relacionadas con la sostenibilidad de los recursos naturales (incluida la energía, la silvicultura, la alimentación y la agricultura, el agua y los metales) pueden ser del orden de los 2-6 billones de dólares para 2050 (en precios de 2008), según el estudio «The Economics of Ecosystems and Biodiversity (TEEB)» («Economía de los Ecosistemas y Biodiversidad»). Josh Bishop, coordinador del TEEB, subraya que «la naturaleza es mucho más valiosa de lo que se pensaba. La pérdida de servicios que ofrecen los ecosistemas es una cuestión económica al menos tan grande como la crisis financiera de 2008-2009, con la diferencia de que la crisis ambiental se registra año tras año».

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