Defaunación: la extinción de animales se acelera

Los científicos alertan de la rápida desaparición de la fauna con graves consecuencias para los ecosistemas y los seres humanos
Por Alex Fernández Muerza 4 de agosto de 2014
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Imagen: Manuel M. V.

Si la destrucción masiva de los bosques se denomina deforestación, la sufrida por la fauna es una “defaunación”. En una reciente recopilación de artículos científicos, diversos investigadores internacionales alertan así de la rápida y constante pérdida de especies animales producida por los seres humanos. Las consecuencias de la disminución de la fauna provocan un deterioro de los ecosistemas y del bienestar humano, así como diversos conflictos sociales. Este artículo explica qué es la defaunación, las medidas para combatirla y que vivimos en la sexta extinción masiva.

Defaunación, las especies desaparecen más rápido

Imagen: Manuel M. V.

De forma similar a la deforestación de los bosques, el planeta sufre en la actualidad una «defaunación», es decir, una constante y rápida desaparición de la fauna global. Así lo destaca en fechas recientes la revista Science en un recopilatorio de artículos al respecto.

Donde la riqueza de especies se reduce, la explotación laboral y el crimen organizado pueden aumentar, según varios expertos
En un trabajo de revisión, un equipo internacional de investigadores liderados por Rodolfo Dirzo, biólogo de la Universidad de Stanford (EE.UU.), señala que 322 especies de vertebrados terrestres se han extinguido desde 1500, y las poblaciones de las especies restantes muestran un 25% medio de disminución. En los invertebrados las cifras son incluso peores: el 67% de poblaciones analizadas sufren un 45% medio de reducción.

El equipo de Dirzo explica que los impactos humanos sobre la biodiversidad animal son una forma poco reconocida del «cambio ambiental global». Los científicos hablan de «Antropoceno» para referirse a la actual era terrestre, marcada por los efectos de la actividad humana en el planeta, y que habría comenzado a principios del siglo XVI.

Los científicos aseguran que todavía hay un gran desconocimiento sobre esta «defaunación del Antropoceno», lo que obstaculiza la capacidad de predecir y limitar sus impactos. En cualquier caso, apostillan, «es evidente que las consecuencias traerán en cascada perjuicios para el funcionamiento de los ecosistemas y del bienestar humano».

En este sentido, un equipo internacional liderado por un ambientólogo de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), Justin S. Brashares, explica que la defaunación puede desestabilizar las regiones donde se produce y que proliferen los conflictos sociales y el terrorismo. «Donde la riqueza de especies se reduce, la explotación laboral y el crimen organizado que trafica con especies pueden aumentar», sostienen. Por ello, según estos autores, los esfuerzos para combatir la defaunación deben tener en mente dichos problemas.

Medidas para lograr la refaunación

Las grandes y carismáticas especies, como tigres, rinocerontes o pandas, reciben mayor atención, pero los científicos subrayan que incluso la desaparición del escarabajo más pequeño puede alterar fundamentalmente los ecosistemas de los que dependen los seres humanos.

En otro artículo de revisión, un equipo internacional de investigadores, liderado por Philip J. Seddon, zoólogo de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), concluye que la tasa de pérdida de biodiversidad no se frena a pesar de los esfuerzos mundiales. No obstante, los investigadores también incluyen un mensaje positivo al señalar los avances «sustanciales» de la «refaunación», o recuperación de especies en peligro.

El equipo de Seddon revisa los trabajos de reintroducción de ejemplares en poblaciones salvajes o de recolonización asistida de poblaciones enteras de una especie en áreas donde antes habían desaparecido. Según estos científicos, ha habido historias de éxito que ofrecen esperanza para el futuro, pero también diversos conflictos que deben tenerse en cuenta para evitar males mayores. Los investigadores también comentan las ventajas e inconvenientes de la «de-extinción», o la resurrección de especies extintas mediante crianza selectiva o tecnologías de clonación, como otros sistemas de refaunación en el futuro.

En un artículo de opinión, el director del Instituto Luc Hoffmann del WWF en Suiza, Joshua Tewksbury, y la investigadora de la Universidad Rice en Houston (EE.UU.), Haldre Rogers, señalan que los ciudadanos, en general, se preocupan por los animales, pero no tanto como por el alimento, el empleo, la energía y el dinero. Sin embargo, si para asegurar el futuro de estos últimos, y en definitiva, de los miles de millones de humanos en la Tierra, es necesario reconocer la importancia de los animales y los ecosistemas en los sistemas socio-económicos. Para ello, harán falta políticas que vayan más allá de la restauración y reintroducción de especies.

Vivimos en la sexta extinción masiva

Durante los últimos 550 millones de años se han producido cinco extinciones masivas que acabaron con gran parte de la vida en la Tierra. La sexta extinción en masa se estaría produciendo en la actualidad, según diversos expertos, a través de la destrucción de tierras salvajes, el consumo de animales o la persecución de especies vistas como amenazas o competidores. La defaunación es un componente dominante de esta sexta extinción en masa y un importante motor de cambio ecológico global, según el equipo de Dirzo.

En 2010, un estudio publicado también en Science por el paleobiólogo John Alroy, de la Universidad Macquarie en Sydney (Australia), apuntaba que, aunque el homo sapiens domine en estos momentos el planeta, en un escenario de extinción masiva no se garantiza su futuro: sus consecuencias son impredecibles.

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