El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha hecho públicos una serie de consejos sobre la forma de conducir del automóvil y su uso en viaje, las recomendaciones son:
– Arrancar el motor sin pisar el acelerador.
– Comenzar a circular inmediatamente después de arrancar el motor. Esperar parado con el motor en marcha consume energía y no aporta ninguna ventaja.
– En los motores de gasolina, iniciar la marcha inmediatamente después del arranque.
– En los motores diesel, esperaremos unos segundos antes de comenzar la marcha. – En paradas prolongadas, es decir, mayores de 60 segundos, es recomendable apagar el motor.
– Lo más adecuado es circular en las marchas más largas y a bajas revoluciones.
– Mantener la velocidad de circulación lo más uniforme posible; evitar frenazos, aceleraciones y cambios de marcha innecesarios, ahorra energía.
– Para desacelerar, levantar el pie del acelerador y dejar rodar el vehículo con la marcha engranada en ese instante.
– Si es necesario, frenaremos de forma suave con el pedal de freno, reduciendo la marcha lo más tarde posible.
-Siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detendremos el coche sin reducir previamente la marcha.
-Utilizar la primera marcha sólo al inicio y cambiar a la segunda a los dos segundos o seis metros de conducción.
Para ahorrar combustible en viajes:
– Planificar la ruta y escoger el camino menos congestionado.
– Evitar la sobrecarga del vehículo ocasionada por el exceso de personas y de objetos.
– Solo el uso de la baca, vacía o no, aumenta el consumo del carburante entre un 2 y un 35 por ciento. Es aconsejable retirarla si no se está usando.
– El uso del aire acondicionado incrementa hasta un 20% el consumo de carburante.
– No llevaremos las ventanillas totalmente abiertas cuando conduzcamos. En su lugar, podemos recurrir a la ventilación forzada del coche.
– Consumir gasolina del octanaje establecido por el fabricante del vehículo.
– Revisar el consumo de carburante periódicamente. Si los datos varían, puede haber algún fallo en el vehículo.
– No utilizar el coche para trayectos muy cortos. Puede llegar a consumir 20 litros/100 km en pequeños recorridos urbanos, más del doble que en carretera.
– Tendremos en cuenta que existen alternativas para realizar los desplazamientos, tales como el transporte público, la bici o caminar, en el caso de distancias cortas.