Los farmacéuticos aconsejan un consumo responsable de té verde porque, recuerdan, es una planta medicinal

Esta infusión, que contiene sustancias que pueden dañar el hígado, se ha puesto de moda como adelgazante y antioxidante
Por EROSKI Consumer 11 de enero de 2005

El té verde, una infusión que se consume en Oriente desde hace miles de años, está de moda. Se vende como adelgazante, antioxidante, protector contra los radicales libres que atacan las células, reductor de grasas, activador del aparato circulatorio e, incluso, como agente para prevenir algunos tipos de cáncer.

Pero no todo son parabienes. El director técnico del Colegio de Farmacéuticos de Vizcaya, Juan del Arco, pone ciertos matices. En primer lugar diferencia entre té verde y negro. El verde, explica, es una «planta medicinal» y, como tal, tiene componentes químicos naturales -en este caso polifenoles y catequinas- que ocasionan efectos en nuestro organismo. Esas sustancias se pierden en el negro al ser sometido a un proceso de fermentación. Polifenoles y catequinas actúan como antioxidantes y tienen el efecto de inhibir la absorción de las grasas en el organismo, según explica el especialista. Incluso a estas sustancias se les atribuye un efecto antiinflamatorio. Pero hay que hacer un uso moderado, alerta Del Arco. «Si se abusa del té verde podemos encontrarnos con efectos negativos, igual que si tomamos un medicamento de forma inadecuada», apostilla.

Además, el experto advierte de que esta planta medicinal no sería recomendable, por ejemplo, para personas que pudieran padecer trastornos cardiacos, arritmias, insuficiencias coronarias, o para afectados de úlcera gastroduodenal. «Puede provocar toxicidad en el hígado y agravar, incluso, la epilepsia», añade Del Arco.

«Una persona no dejará de tener colesterol alto por beber té verde, aunque sí es cierto que puede llegar a bajar su perfil de grasa en sangre. El problema es que si trata de tomarlo en grandes cantidades para lograr unos efectos supuestamente beneficiosos, puede llegar a afectar a su organismo de forma negativa», destaca el farmacéutico.

Del Arco recuerda que hace un año se comercializaron pastillas de té verde que tuvieron que ser finalmente retiradas del mercado porque se registraron más de una decena de casos de «toxicidad en el hígado» entre consumidores de Francia y España.

El farmacéutico aclara que estos efectos adversos ocurren con todas las plantas medicinales mal empleadas, no sólo con el té verde. «Con la valeriana que se consume para poder dormir también se han descrito casos de efectos adversos por una ingesta diaria», recalca.

Las tiendas especializadas en productos de dietética y plantas medicinales han registrado un incremento de ventas de este tipo de té. «La gente lo pide más porque se le atribuyen muchas propiedades. Antes su sabor no resultaba atractivo, pero ahora se comercializa mezclado con menta, con sabor a limón…», explica Rita Lozano, responsable de un centro dietético en Málaga.

Lozano cree firmemente en las propiedades terapéuticas de esta planta. Considera que, sin abusar -«después de comer sienta muy bien, y no pasa nada por tomar hasta tres tazas al día»-, ayuda a adelgazar y es un poderoso antioxidante para las células.

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