Investigación con animales, ¿sí o no?

Los científicos abogan, cada vez más, por un postura intermedia
Por EROSKI Consumer 29 de abril de 2002

No resulta fácil decidir qué postura adoptar cuando planteamos la investigación con animales para diferentes usos científicos. Podemos plantear que el objetivo final de la investigación es un bien para el hombre, y dar por buena cualquier experimentación o, por el contrario, considerar a los animales como seres vivos que sufren y optar por la búsqueda de métodos alternativos.

Objetivos de la investigación con animales

No resulta fácil decidir qué postura adoptar cuando planteamos la investigación con animales para diferentes usos científicos. Podemos plantear que el objetivo final de la investigación es un bien para el hombre, y dar por buena cualquier experimentación o, por el contrario, considerar a los animales como seres vivos que sufren y optar por la búsqueda de métodos alternativos. Actualmente hay grupos que defienden diversas posturas que van desde una defensa a ultranza del uso de animales para comprobaciones científicas, hasta quienes consideran que resulta totalmente inútil y sólo responde a intereses económicos. Entre ambas opciones, un amplio abanico de posicionamientos que modulan estas dos posturas y que en cualquier caso tratan de racionalizar el uso de la experimentación. Es en ese medio donde actualmente se ubica la mayor parte de la clase científica.

Animales de laboratorio, sí

Para Adela Martín, Catedrática de la Facultad de Farmacia de la Universitat de València y miembro del Comité Ético de dicha facultad, la experimentación científica en animales es “imprescindible por que no se puede probar en hombres directamente y los métodos alternativos no dan la misma información para conocer los efectos de un fármaco o de un producto”. Adela Martín reconoce que no se trabaja con animales por gusto y que es imprescindible para trabajar con ellos sentir un cariño especial por los animales. De este modo el propio investigador tratará de la mejor forma a los animales.

Reconoce la profesora Martín que se ha producido un cambio en la investigación. En este sentido, en los animalarios que dependen de universidades hay unas pautas de comportamiento regidas por una normativa europea y su correspondiente Real Decreto, que rige el trato que deben recibir ratas, cerdos y todos los animales que intervengan en una experimentación.

De este modo, cuando un departamento de investigación requiere el uso de alguna especie animal debe presentar una memoria al comité ético correspondiente en el que debe figurar una lista de informaciones que ayuden a valorar la utilidad de dicho experimento. Así, es imprescindible determinar el objetivo que dicha investigación persigue, cuántos animales se van a utilizar, quién va a trabajar con ellos, si se va a utilizar anestesia y el método de sacrificio. De este modo el comité puede valorar si el objetivo de dicha investigación puede alcanzarse por otros métodos alternativos, o por el contrario, es imprescindible el animal de laboratorio.

En cuanto a las condiciones de mantenimiento de los animales, las directivas europeas establecen de forma concreta el hábitat de cada animal. Es obligatorio respetar los ciclos de noche y día, las dietas alimenticias, la temperatura y humedad adecuada, así como el numero de animales por estabulario para evitar la acumulación. La profesora Adela Martín también reconoce que desde la farmacología se están aportando métodos alternativos que minimizan el uso de los animales, aunque mantiene que existen ciertos experimentos que deben iniciarse en ellos. No obstante también reconoce que ningún fármaco llega a los consumidores sin antes pasar unas pruebas definitivas en humanos. Este último paso informa a los científicos de las dosis necesarias para que sea efectivo, de las pautas de comportamiento del fármaco o de los niveles de absorción, entre otros.

Por el contrario, Adela Martín se opone a las acusaciones que ciertos grupos defensores de animales hacen sobre la cuestión económica. La profesora de la Universitat de València considera que la investigación con animales no se hace porque sea más económico, sino porque resulta más fiable.

En cuanto al uso de animales como las ratas y los cerdos para productos que luego derivan a los seres humanos, Adela Martín explica que esto es así, porque ambos animales, junto con los humanos, tienen pautas de alimentación similares, ya que son omnívoros y, aunque aparentemente no sea así, ratas, cerdos y hombres tenemos mucho en común.

Adela Martín considera, por otro lado, que no podemos trasladar nuestra mente humana, a la mente del animal en cuanto a padecimiento de dolor o de enfermedad. También defiende el uso de animales en la investigación con cáncer a través de seres que se han seleccionado de forma genética, porque eran proclives a desarrollar determinados tumores. De este modo, experimentar en ellos un fármaco que cure su enfermedad no supone un problema.

Animales de laboratorio, no

En el lado opuesto encontramos multitud de asociaciones y organizaciones que se oponen al uso de los animales para la investigación. En este sentido ANDA (Asociación Nacional para la Defensa de los Animales) diferencia entre la investigación para productos químicos (desengrasantes, productos de limpieza doméstica, etc,…) y cosméticos, y la investigación para usos médicos y terapéuticos.

En el primero de los casos su oposición a utilizar animales es total y mantienen que es totalmente inútil el uso de animales para demostrar que “la lejía es nociva para el hombre”, en palabras de Marina Sanz, presidenta de ANDA en España. Del mismo modo, se oponen a que la industria cosmética pruebe sus productos en animales.

En cuanto a los usos de animales para pruebas médicas y farmacéuticas entienden que no puede desaparecer de forma total, aunque defienden la necesidad de “impulsar la búsqueda y validación de métodos alternativos que eliminen el uso de animales de la experimentación”. Desde ANDA están convencidos de que la experimentación con animales para pruebas de medicamentos o enfermedades “es inútil y retrasa la labor científica porque se pierde un tiempo que se podría utilizar en la búsqueda de métodos alternativos”.

Para Mariana Sanz, como portavoz de toda la asociación, los experimentos con animales no aportan información sobre el comportamiento en los hombres, ya que los animales reaccionan de forma diferente a los hombres.

Otra de las reivindicaciones de ANDA junto a otras asociaciones es evitar la reiteración de las investigaciones para un mismo fin. Para Mariana Sanz “es importante que los científicos hagan llegar sus descubrimientos y conocimientos lo antes posible para evitar más sacrificios animales”.

Sin embargo, la lucha más enconada que los defensores de los animales mantiene, no es contra los científicos especializados en fármacos y medicina, sino contra los que trabajan para la industria cosmética y de productos químicos. En este sentido están a la espera de que se apruebe la norma emitida en 1998, prorrogada hasta 2000, pero que todavía no ha entrado en vigor y que establece la prohibición de la evaluación de productos cosméticos en animales. La voluntad de estos colectivos era ampliar la prohibición a la venta de productos que utilicen animales para su validación. Sin embargo es previsible que dicha norma sólo recoja el uso de animales en Europa. Esto abre una nueva línea de preocupación para los defensores de los animales, ya que consideran que “si no experimentan en Europa lo harán en otros países donde no haya legislación”.

El temor de ANDA se basa en la importancia económica que la industria cosmética tiene tanto en Europa como, sobre todo, en Estados Unidos. Sobre esta cuestión Mariana Sanz considera que “hay demasiados intereses económicos que no están dispuestos a la investigación de métodos alternativos, ya que éstos podrían generar pérdidas económicas. Asimismo, pensamos que muchos investigadores no acuden a métodos alternativos por los costes más elevados”. La industria química es otro caballo de Troya para los defensores de los animales.

El objetivo de ANDA es evitar que los fabricantes de productos químicos, cuyos componentes ya han sido comprobados, vuelvan a realizar prácticas sobre animales. También solicitan que se incremente el presupuesto destinado a la búsqueda de métodos alternativos.

Animales de laboratorio sí, pero con límites

Tanto la profesora Adela Martín, como otros catedráticos de diferentes universidades españolas, coinciden en que el uso de animales en laboratorios no está reñido con la racionalización de su uso y la búsqueda de un trato digno para ellos. Por eso en España funciona SECAL (Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio). Esta asociación, a la que pertenecen investigadores de universidades de toda España, así como los veterinarios que controlan los animalarios, tiene como objetivo “racionalizar y mejorar el uso del animal de laboratorio al servicio de la salud del hombre y del animal, y fomentar la relación y la cooperación ente los profesionales del animal de laboratorio”. En un ámbito más particular SECAL se plantea codificar la ética del uso de animales de laboratorio. Por estos objetivos, los miembros de SECAL se comprometen a poner en marcha los medios destinados a limitar cuantitativamente el empleo de dichos animales así como a ejercer la profesión con competencia y dignidad.

Esta sensibilización por el uso y trato de los animales ha tenido como resultado algunas iniciativas interesantes. REMA es la Red Española para el Desarrollo de Métodos Alternativos. Esta entidad se constituyó en 1999 y sus fines son de carácter científico, “promoviendo el desarrollo y la difusión de los métodos alternativos al uso de animales de experimentación, entendiendo como tales aquellos que conducen a una reducción del número de animales empleados, un refinamiento de los procedimientos y a un reemplazo de los métodos de experimentación animal”.

REMA trata de poner en conexión a todos los agentes que están implicados en la investigación con animales, desde la administración, hasta la sociedad, pasando por la industria farmacéutica y química, los investigadores o los defensores de los derechos de los animales. Por eso pertenecen a REMA representantes de todos los sectores.

Este grupo de trabajo responde a las implicaciones éticas que el uso de animales tiene, así como a los aspectos científicos que han moderado la percepción de los animales como únicos ejemplos de utilidad para la investigación.

Legislación

Actualmente la legislación en vigor en España es de 1988 y destaca que no debe realizarse un experimento con animales, si existe otro procedimiento, científicamente satisfactorio, razonable y disponible, para obtener la información deseada (Directiva del Consejo 86/609/CEE sobre Protección de los Animales de Experimentación, promulgada en España por el R.D 223/1988, de 14 de Marzo de 1988). En esta normativa también se exige que la elección de la especie deberá hacerse cuidadosamente. Deben realizarse aquellos experimentos que empleen el menor número de animales, con el menor grado de sensibilidad neurofisiológica, que causen menos dolor, sufrimiento y distrés, y que más probablemente den resultados satisfactorios.

Esta misma norma obliga a los estados a la elaboración de un Registro de establecimientos de cría, suministradores y usuarios de animales de experimentación, de tal modo que se pueda controlar todo el procedimiento y trato que reciben los animales.

Más recientemente en 1993, los estados de la UE promulgaron una declaración de intenciones por la que los miembros de la Unión debían tomar las medidas necesarias para reducir un 50% el uso de animales vertebrados con fines científicos para el año 2000. Asimismo, en ese mismo año y con efecto para 2000, aunque aún no ha entrado en vigor, se establecía la Directiva que prohibía la evaluación de productos cosméticos en animales, una vez que existan métodos in vitro (laboratorio) que hayan sido científicamente probados. Este proyecto de legislación se redactó bajo la presidencia belga (segundo semestre de 2001) y fue aceptada por el Consejo de Ministros europeo, pero rechazada por el Parlamento. De este modo, es la actual presidencia española de la Unión Europea quien debe generar una nueva propuesta, que, de nuevo, debe ser aprobada tanto por el Consejo de Ministros, como por el Parlamento.

Esta normativa sólo legislará sobre la investigación con animales para fines cosméticos, ya que las propuestas se hacen de forma individual. Los siguientes proyectos de directivas sobre investigación animal tratarán de limitar el uso de animales para fines científicos en enseñanza y con fines farmacéuticos.

La Unión Europea cuenta además con un instituto encargado de la búsqueda y validación de métodos alternativos. El ECVAM (European Center for the Validation the Alternative Methodes), ubicado en Italia, es el único organismo público que se encarga de la investigación para encontrar métodos que eviten el uso de animales. Sin embargo, los recursos económicos y humanos parecen limitados a la vista de los defensores de los animales. Este centro ha conseguido validar tres métodos alternativos para la industria cosmética que determinan la fototoxicidad y la irritabilidad cutánea de nuevos productos, sin acudir a pruebas sobre animales vivos.

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