Entrevista

Agustín Viera, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología

Los mosquitos escogen a sus víctimas en función del dióxido de carbono y el ácido láctico que expelen por el sudor
Por Clara Bassi 31 de julio de 2012
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Imagen: CONSUMER EROSKI

Las picaduras de mosquitos acribillan a muchas personas durante el verano, a las que escogen guiados por el olfato, en función del dióxido de carbono y el ácido láctico que desprenden. De manera habitual, sus picotazos solo causan un habón o bulto que se puede tratar de manera fácil con frío y, si es necesario, con antihistamínicos y corticoides muy suaves. Pero la expansión del mosquito tigre y los viajes a destinos exóticos donde estos insectos pueden transmitir enfermedades hacen aconsejable redoblar las medidas preventivas para evitarlas. Las detalla en esta entrevista, además de explicar cómo se tratan estas molestas picaduras, Agustín Viera, dermatólogo, director de la Clínica Dermatológica Ivalia Dermis, de Las Palmas de Gran Canaria, y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

¿El número de picaduras de mosquitos ha aumentado en España?

Las picaduras de mosquitos son un problema muy frecuente en verano, siempre lo han sido. Pero son procesos sobre los que no se han hecho estudios en nuestro entorno. La población de mosquitos que tenemos no es como la de Asia, África o Sudamérica donde, al picar, pueden transmitir enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla. Aquí, en general, solo producen una afectación local y limitada. Siempre ha habido picaduras y han sido muy frecuentes en esta época del año.

Y con la llegada del mosquito tigre, ¿ha cambiado la situación?

El mosquito tigre, nativo de Asia, se ha extendido por todo el globo. Tiene unas características especiales y es algo más pequeño que el resto, aunque su comportamiento es similar al de los mosquitos comunes. Ahora lo podemos encontrar con más frecuencia en España.

¿Por qué los mosquitos pican más a unas personas determinadas?

“Los mosquitos escogen a sus víctimas guiados por el olfato”

Los mosquitos pican en relación a la cantidad de dióxido de carbono que se emite al respirar; tienen mala visión, pero buen olfato. Y pican más a las personas que emiten más dióxido de carbono u otras sustancias, como el ácido láctico, que se eliminan por el sudor al hacer ejercicio. Esto explica que unas personas estén más predispuestas que otras. El dióxido de carbono varía según las condiciones de la dieta o el ejercicio.

¿Qué determina que unas personas emitan más cantidad de dióxido de carbono que otras?

Una mayor predisposición genética o hereditaria que lleva a unos individuos, más que a otros, a expelerlo en más cantidad con la respiración.

¿Es cierto que producen más cantidad las personas más altas o las embarazadas?

Sí, parece que emiten más cantidad de dióxido de carbono los adultos, las personas altas o las embarazadas, aunque no hay ningún estudio científico que lo ratifique; pero tampoco lo podemos descartar.

¿Qué se puede hacer para evitar las picaduras de los mosquitos?

Entre otras medidas, se pueden aplicar repelentes sobre la piel, pero no sobre las mucosas. Y si se suda, repetir la aplicación. Hay un aspecto curioso que se debe tener en cuenta: el repelente se debe aplicar una media hora después de la crema de protección solar para que haga efecto. Además, hay que tener cuidado al ponérselo a los niños.

¿Por qué?

“Los repelentes sobre piel y ropa son una buena medida de prevención contra las picaduras”
Sobre todo me refiero a los bebés menores de seis meses, ya que tienen una piel más inmadura. Esto implica que, al aplicarles una sustancia, la absorben con más facilidad que las personas mayores y pueden llegar al nivel circulatorio. Los niños aún no tienen el efecto protector e inmunológico de la piel del adulto. Además, la relación entre la superficie de la piel del bebé respecto a su peso corporal es mucho mayor, por lo que la posibilidad de que se intoxique con estos productos químicos es mayor. En tercer lugar, no hay estudios que nos aseguren que estos repelentes no sean tóxicos en menores de seis meses. Entre los seis meses y los dos años, hay que tener cuidado y no aplicar el repelente más de una vez al día. Cuando se viaja a un lugar donde la picadura de un mosquito puede causar problemas de consideración, se tiene la posibilidad de usar la permetrina, un repelente que se puede aplicar sobre la ropa. Hay otros productos para la ropa y es una opción que minimiza o dificulta que piquen.

¿Qué ocurre en la piel cuando pica un mosquito?

“En personas sensibles, una picadura puede provocar una inflamación muy marcada, muy enrojecida y mucho picor”

Cuando el insecto pica (lo hace la hembra) introduce determinadas sustancias químicas para favorecer la absorción de unas proteínas de la sangre que necesita para el desarrollo de sus huevos. Hay que precisar que el mosquito no se alimenta de la sangre del huésped, sino que necesita estas proteínas para continuar su ciclo reproductivo. Cuando esto ocurre, se pierde sensibilidad en la zona. Al picar y segregar su saliva, emite una sustancia que produce una reacción química en la víctima. Así adormece sus terminaciones nerviosas y fomenta la absorción de la sangre, lo que origina una reacción alérgica mayor o menor. Según su predisposición, el afectado libera más histamina y, en el lugar de la picadura, aparece un habón, que es una zona central sobreelevada y rodeada de un edema.

¿Qué sucede en las personas más sensibles?

En las personas más sensibles esta respuesta puede ser exagerada, puede haber una inflamación muy marcada y la zona del habón muy enrojecida, además de mucho picor. Y, en casos excepcionales, puede darse una reacción generalizada con afectación del sistema circulatorio y respiratorio.

¿Cómo se deben tratar las picaduras?

“Cuando una picadura no se autolimite, aumente de tamaño y produzca ardor o dolor, hay que acudir al médico”

Puede ser útil la aplicación de frío, mediante una compresa fría o hielo envuelto en plástico; enfriar la zona tiene un efecto antiinflamatorio. Si las reacciones son más intensas de lo normal, también se puede utilizar un fármaco antihistamínico por vía oral para bloquear la acción de la histamina y la inflamación; y si producen picor, es posible aplicar cremas con corticoides muy suaves con efectos antiinflamatorios a nivel local, a fin de minimizarlo.

¿Y qué puede pasar si nos rascamos o no tratamos la picadura?

Si nos rascamos, al principio del proceso, favorecemos la liberación de más histamina, que la mayoría de las personas liberan para reparar este proceso. Sin embargo, si se suelta en mucha cantidad, se produce una reacción exagerada a las picaduras de insectos. Pero, como la piel tiene gérmenes, debido a este rascado, se puede infectar la herida. Debemos pensar en la existencia de una infección, cuando la lesión produce dolor, aumenta de tamaño y persiste de forma continuada. En estos casos, cabe pensar que la herida está infectada, y debería verla un médico o dermatólogo para aplicar un tratamiento antibiótico. Si no se pone medicación, al menos sí se debería aplicar frío, comprobar que tenga un efecto limitado en el tiempo y que la víctima no sea muy sensible a ella ni tenga una reacción muy exagerada. De lo contrario, indicaría que se está ante una lesión que debe tratarse.

¿Cuándo hay que acudir al dermatólogo?

La picadura de mosquito -como cualquier herida- es una puerta de entrada de gérmenes. Si se produce una picadura, los gérmenes que se encuentren alrededor de ella pueden hacer que esta pique, se infecte e, incluso, que duela más que pique. Cuando duela, no se autolimite, aumente de tamaño y, al palparla, produzca una sensación de ardor o dolor, es importante que la vea un dermatólogo, sobre todo, porque puede que sea fruto de la agresión de otro insecto y, así, poner medidas para evitar complicaciones.

Prevenir las picaduras de los mosquitos

Para evitar las picaduras, hay diversas medidas preventivas que deben seguir, sobre todo, las personas que viajen a destinos tropicales, donde estos insectos pueden ser vectores o transmisores de enfermedades. Los mosquitos prefieren la humedad y se reproducen en entornos de aguas encharcadas. Por esta razón, en verano, conviene revisar las macetas o los bebederos de las mascotas y todos los recipientes donde el agua haya podido permanecer estancada más de tres días.

También es útil recurrir a mosquiteras que estos insectos no puedan atravesar, con un entramado de hilo de 1,2 por 1,2 milímetros, el uso de repelentes y vestir ropa larga (y fina en esta época del año), puesto que cubrir la mayor superficie corporal ayuda a proteger de las picaduras de estos insectos, según algunas de las recomendaciones del experto Agustín Viera.

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