Los sofocos, la cara más visible de la menopausia

Los sofocos son espontáneos, aunque también puede haber factores desencadenantes como el estrés, los ambientes cerrados o el consumo de bebidas estimulantes o alimentos picantes
Por Teresa Romanillos 29 de julio de 2011
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Imagen: Juanan Ruiz

Los sofocos son, sin duda alguna, una de las manifestaciones más características del climaterio y quizá una de las más molestas. Afectan casi a un 80% de las mujeres, suelen iniciarse en el periodo perimenopáusico y se prolongan durante varios años. Un reciente estudio demuestra que pueden durar hasta diez años, o incluso más, en contra de lo que se creía hasta ahora: que solo se mantenían una media de cuatro a cinco años.

Imagen: Juanan Ruiz

Los sofocos pueden durar hasta diez años, según concluye una investigación publicada en la revista «Obstetrics & Gynecology». El trabajo se efectuó con un grupo de 400 mujeres entre 30 y 40 años que todavía no habían llegado a la menopausia cuando se inició el estudio. Cada año se les controlaba su estado de salud y se registraba cualquier síntoma de menopausia. Los sofocos fueron generales y solo 55 de ellas no los manifestaron. La mayoría (259 mujeres) los tuvieron de moderados a intensos, mientras que el resto los describió como leves.

Los sofocos se prolongaron, como media, alrededor de 10 años, y su persistencia estaba directamente relacionada con el momento en que se habían iniciado. De esta manera, en las mujeres que los habían empezado a sufrir más tarde, la duración media era de unos 3,8 años, mientras que quienes los padecían desde antes, se prolongaban hasta 11,5 años.

Calor intenso, sudoración y pulso acelerado

Cuando una mujer tiene menopausia precoz o tardía, con una elevada frecuencia, ha ocurrido lo mismo a su madre y hermanas

Esta sensación de acaloramiento es una de las manifestaciones más frecuentes durante la menopausia. Afecta a cerca del 80% de las mujeres, con una duración e intensidad variables. Mientras que en algunos casos duran segundos, en otros pueden dilatarse varios minutos. Es habitual que duren de 3 a 6 minutos y que se repitan varias veces a lo largo del día y de la noche, cuando son más frecuentes en número. En estos casos, la mujer se despierta con sensación de calor intenso, sudoración y pulso acelerado.

Los sofocos surgen de forma espontánea, aunque detrás puede haber algunos factores que los desencadenen, como el estrés, los ambientes cerrados o el consumo de bebidas estimulantes o alimentos picantes. Todavía no se conocen los mecanismos exactos que los provocan, aunque sí está clara su relación directa con la disminución de los estrógenos, hormonas femeninas. Su desarrollo parece estar causado por una alteración del centro de control de la temperatura que está situado en el hipotálamo, una pequeña estructura de la base del cerebro.

Un factor -desconocido aún- parece activar el mecanismo de la pérdida de calor, lo que produce una dilatación de los vasos sanguíneos y sudor. Después, el cuerpo intenta recuperar el calor perdido con una vasoconstricción y escalofríos.

Menopausia: de madres a hijas

La menopausia se desarolla a menudo hacia los 51 años. De todas maneras, hay una amplia variabilidad y algunas féminas pueden desarrollarla de forma más precoz, a partir de los 40 años, mientras que en otras se retrasa. La edad depende de la genética y del momento en que se ha instaurado en la madre y las hermanas. Así lo demuestra una investigación que se ha publicado en la revista «Menopause», donde seleccionaron a 2.060 mujeres: se constató que, cuando una tenía menopausia precoz o tardía, con una elevada frecuencia, lo mismo había ocurrido a su madre o a sus hermanas.

MENOPAUSIA, GENES Y AMBIENTE

En la citada investigación, un dato que corroboraba la influencia de los genes fue que, entre gemelas idénticas, la menopausia se registraba casi a la misma edad, mientras que no ocurría lo mismo en las mellizas, en quienes la carga genética no es idéntica. No obstante, parece que los genes son importantes aunque no determinantes, ya que ciertas conductas pueden modificarlos.

La influencia del ambiente queda patente en el hecho de que la edad en que se desarrolla la menopausia tiene mayor similitud entre hermanas que respecto a la madre o las hijas: a pesar de que los genes entre madres, hermanas e hijas son parecidos, las hermanas tienen a menudo un estilo de vida similar. También se detectó, relacionado con las conductas, que en las mujeres que fuman el climaterio se adelanta, en general, de 1 a 2 años, de la misma manera que sucede en quienes no tienen hijos.

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