Despertar del coma

El coma es un estado en el que el paciente no abre los ojos en ningún momento a lo largo del día, ni como respuesta a distintos estímulos
Por Clara Bassi 22 de abril de 2012
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Imagen: sudok1

Ver despertar a un familiar del coma es el deseo de su entorno más próximo. ¿Pero qué pacientes tienen más opciones de despertarse? ¿Cuáles son las señales que lo indican? Los estudios realizados demuestran que, al contrario de la imagen que han aportado las películas, es muy improbable que estas personas se despierten de golpe y después de muchos años. En este artículo se describe cómo se recupera la conciencia después del coma, qué señales advierten del despertar y qué pacientes tienen más probabilidades de recuperar la conciencia.

El 75% de los pacientes siguen en coma un año después del episodio que les ha llevado a esa situación, como un accidente de tráfico o un ictus. Transcurrido ese tiempo, las posibilidades de que despierten decrecen de manera considerable, según un estudio reciente publicado en la revista Archives of Physical Medical Rehabilitation, llevado a cabo por Enrique Noé, neurólogo y director de investigación del Servicio de Daño Cerebral del Hospital Nisa Valencia Al Mar, de Valencia, y del Hospital Nisa Sevilla-Aljarafe.

El trabajo científico se realizó sobre una muestra de 32 personas -un número considerable para este tipo de estudios-, que tenían un nivel de conciencia alterada, dificultades para percibir interacciones tanto consigo mismos como sensaciones generadas en su entorno y para responder a estímulos visuales, auditivos o motores y con distintos grados de dependencia de los cuidados. Estos pacientes podían estar en coma en una planta del hospital o en su casa y se analizó su evolución después de un mes.

Del coma a la mínima conciencia

El coma es un término que se refiere a un estado en el cual el paciente no abre los ojos en ningún momento a lo largo del día, ni siquiera como respuesta a algún estímulo -incluso doloroso- que intente despertarle o provocar respuestas intencionadas. Como máximo, le puede causar posturas reflejas. Es difícil que esta situación se prolongue más allá de un mes.

Cuanto más tiempo se prolongue el estado comatoso, más improbable es el despertar
Pero transcurrido este tiempo, lo habitual es que las personas abran los ojos en algún momento del día, aunque no sean capaces de percibir sensaciones. Tienen el denominado ritmo de sueño y vigilia, pero ninguna otra respuesta. Están en un estado vegetativo (la denominación popular «en estado vegetal» es un término peyorativo que la comunidad médica se afana en cambiar).

Los nuevos conceptos que se quieren difundir son «estado de vigilia sin respuesta» y «estado de mínima respuesta o conciencia». El estado de vigilia sin respuesta se refiere a quienes abren los ojos, pero no emiten ningún tipo de contestación cuando se les habla o cuando se les da una orden. Están, pero solo están. El estado de mínima respuesta o conciencia se refiere a los pacientes en quienes se ven signos de cierta conexión con las personas que les rodean. Esta conexión puede ser visual, ya que pueden fijar la mirada; auditiva, puesto que, en ocasiones, parpadean cuando oyen; e incluso, motora, si empiezan a mover algún miembro.

Señales del despertar del coma

Las imágenes que han difundido la televisión y el cine sobre el despertar súbito de una persona que ha estado en coma y encamada durante años no son ciertas. Nunca están «como en las películas, en off/on, dormidos o despiertos totalmente y no responden a todo o a nada», aclara Noé, sino que, cuando inician su recuperación hacia el despertar, abren los ojos y muestran algunas señales que denotan que empiezan a tener más conciencia.

Tienen más probabilidades de despertar los más jóvenes, quienes tienen como causa del coma un TCE y los que llevan poco tiempo
El despertar no ocurre de golpe, de un día para otro, sino de forma gradual. Además, cuanto más se prolongue el estado comatoso, más improbable es el despertar. Hay casos de despertares tardíos, pero no son repentinos. Hasta que el paciente dice «hola, me he despertado», siempre muestra respuestas previas que pueden pasar desapercibidas.

«Es un despertar gradual, un proceso lento en el que se detectan, poco a poco, signos de interacción. Primero surgen los visuales: el paciente fija y sigue con la mirada. Mucho antes de que levante una mano, escanea o vigila el entorno de manera visual y esto es un indicador de que empieza a conectar. No todos los pacientes que tienen señales visuales son capaces de despertar, pero todos los que despiertan, las tienen», dice Noé.

Recuperación de la consciencia: factores de buen pronóstico

Después de esos primeros indicios, todo familiar desea saber si, en definitiva, su ser querido despertará o no del coma. ¿Cómo se puede predecir? El estudio llevado a cabo por Noé tenía dos grupos principales de pacientes: jóvenes, que habían sufrido un traumatismo craneoencefálico a consecuencia de un accidente de tráfico, y otros más mayores, que habían caído en el coma tras un infarto o accidente cerebral.

Este trabajo ha aplicado por primera vez la Escala de Recuperación del Coma Revisada, de EE.UU., a pacientes españoles en quienes ha quedado validada su utilidad para detectar quiénes empiezan a recuperar la conciencia. Tras aplicarla, concluye que tienen más probabilidades de despertarse los más jóvenes, quienes han tenido como causa del coma un traumatismo craneoencefálico (TCE) -frente a quienes han tenido un ictus- y también quienes llevan poco tiempo en coma.

Pacientes, familia y fármacos

La imagen de unos padres junto a la cama de su hijo en coma es típica de muchas películas, ¿pero es conveniente? Según Enrique Noé, la presencia de la familia puede ser un estímulo favorable para personas con un estado de mínima conciencia, pero inútil para quienes se hallan en estado de vigilia sin respuesta.

También es fundamental que las visitas familiares sean organizadas y que no haya muchas personas al mismo tiempo ni que hablen a la vez. Demasiados estímulos (visuales, sensitivos o motores) saturan el cerebro de estos pacientes. “Es como si uno se va a comprar al supermercado con 40 grados de fiebre y con cuatro amigos. En esa situación, no es capaz de atender a tantas cosas a la vez”, explica Enrique Noé.

En la actualidad, para los pacientes en estado de mínima conciencia, hay disponibles algunos fármacos que pueden ayudar a acelerar el proceso del despertar. “No es que provoquen la respuesta, sino que la aceleran”, aclara Noé. Son agonistas dopaminérgicos, como amantadine, que se administra en centros especializados, según ha publicado The New England Journal of Medicine, y zolpidem, un hipnótico que, curiosamente, en individuos sanos induce hipnosis, pero que en personas en estado de coma ayuda al despertar.

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