La discriminación y la violencia que sufren los discapacitados es lo que pretende denunciar el Día de las Personas con Discapacidad, que se celebra hoy. «Nuestra sociedad no está sensibilizada para aceptar con normalidad a la persona con discapacidad», advierte Roser Romero, secretaria de Organización de la Confederación Coordinadora Estatal de Minusválidos Físicos de España (COCEMFE).
Se trata de un colectivo que en España ronda los 3,5 millones y que ha permanecido «oculto socialmente hasta hace muy poco tiempo», pero que, según el periodista José Luis Fernández Iglesias, «lo empezamos a ver conforme se eliminan barreras arquitectónicas».
Aunque las demandas de las organizaciones de minusválidos van encontrando respuesta creciente de las autoridades, persisten ámbitos de casi absoluta oscuridad, como el de los malos tratos, en el que las discapacitadas (algo más de dos millones en España) son las grandes olvidadas. Como recuerda Romero, «el 40% sufre un silencioso maltrato físico y/o psicológico, ya sea simplemente por ser mujer o, lo que es peor, por su condición física». De hecho, «la discriminación se duplica», como demuestra su altísimo desempleo (84% de las 659.330 en edad laboral) y su mínima formación (el 76,4% está al margen de los circuitos de formación y solo el 12% tiene algún estudio superior).
En las recientes Jornadas de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) sobre «violencia de género y otras formas de violencia en el seno de las familias», Romero y Fernández coincidieron en denunciar la «discapacidad espectacular» generada por el maltrato: éste es, según un informe europeo, «la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo para las mujeres de 16-45 años, por delante del cáncer, los accidentes de tráfico y las guerras».
Violencia específica
La mayor dificultad, apunta José Luis Fernández, es la «ignorancia social de la violencia ejercida contra la mujer con discapacidad», de quien «nadie ha hablado». Más allá de su marginación educativa y laboral, su dependencia puede llegar a niveles tan básicos como la alimentación, higiene o movilidad.
Y su agresor principal no es, al revés que en la mujer sin discapacidad, su pareja o ex pareja. Por orden de importancia, la persona maltratadora es la madre, el padre, los cuidadores, los médicos, los enfermeros, el personal de instituciones o residencias, el marido, el novio, el ex novio, los hermanos, los tíos y, por último, los abuelos.
El problema de fondo, añade Roser Romero, es que «la violencia, los malos tratos y el abuso se están viviendo dentro de la familia con normalidad» y que «la sociedad no los percibe como tal, ni como una cuestión para intervenir y solucionar».
Empleo público
Por otra parte, el Consejo de Ministros aprobará hoy un real decreto que ampliará las plazas reservadas a discapacitados en la Administración. Se trata de una norma que regulará el acceso al empleo público de las personas con discapacidad y que pretende fomentar la práctica de acciones que favorezcan la igualdad de oportunidades. Así, en las convocatorias de ingreso libre previstas en las ofertas de trabajo se reservará un 5% de las vacantes a estas personas. Además, se establecerá la posibilidad de convocar de forma independiente las plazas reservadas.
El Ejecutivo también aprobará la modificación del decreto que desarrolla la Comisión de Seguimiento prevista en la Ley de Protección Patrimonial de Personas Discapacitadas. Esta última norma incluye un amplio texto legal que afecta al patrimonio económico de este colectivo en distintos ámbitos (pensiones y herencias, entre otros).
