La escuela como entorno protector para la infancia

Son muchas las preguntas que padres y madres se hacen frente a las situaciones de violencia que pudieran darse en el centro educativo o en el entorno virtual en el que se mueven sus hijos e hijas. Un estudio reciente publicado por UNICEF España permitió estimar en un 33,6 % la tasa de victimización de acoso escolar y en un 22,5 % la tasa de ciberacoso. Datos que demuestran una prevalencia de este tipo de violencia que, por pura estadística, estará presente en todas las aulas.

Por ello, en UNICEF España impulsamos la colaboración de numerosos actores para generar entornos seguros, libres de cualquier forma de violencia, y protectores en el ámbito educativo. Es decir, capaces de crear factores de protección en los espacios de socialización de la infancia, incluido el mundo virtual.

Al comprender las causas del acoso escolar, también conocido como bullying, debemos entender que se trata de una agresión que no se limita únicamente al entorno escolar. Puede prolongarse fuera de las horas lectivas, ya sea en el colegio, en el barrio o a través de dispositivos digitales, produciéndose entonces ciberacoso o ciberbullying.

Investigaciones sobre la agresión en la infancia revelan que el aprendizaje tiene un papel muy importante en la prevalencia de los casos de acoso. Los niños y adolescentes aprenden la agresión de los adultos o de otros niños y niñas a través de la observación y la imitación. 

Sin embargo, este aprendizaje solo se consolida si tiene consecuencias positivas para el agresor, es decir, si la conducta agresiva es reforzada por el entorno. Por el contrario, si la conducta es rechazada o mal valorada por el grupo, podrá desaparecer. 

Por este motivo, los valores culturales y sociales son clave para fomentar o frenar la agresión. La educación en valores de respeto, paz y tolerancia es fundamental desde edades muy tempranas, así como la educación en derechos de la infancia.

Asimismo, la reflexión sobre el entorno social es también necesaria: el que algunos colectivos sufran más violencia y acoso no nos habla sobre cómo son las víctimas, sino sobre la sociedad en la que viven. Los prejuicios, los estereotipos y los mensajes discriminatorios y de odio derivados del machismo, la xenofobia, el clasismo y otras formas de discriminación presentes en la sociedad son temas importantes que tratar con niños, niñas y adolescentes.

La violencia está presente en las aulas porque lo está en la sociedad. Por eso es importante hacer de las escuelas entornos seguros capaces de prevenir y detectar cualquier tipo de violencia que pueda estar afectando a la infancia y adolescencia dentro y fuera de clase, también en el entorno social y familiar.

Así, construir un entorno protector en el centro escolar es una tarea de toda la comunidad educativa. El profesorado, las familias, el personal no docente y las instituciones deben implicarse para dotar al alumnado del conocimiento de sus derechos y de las adecuadas herramientas de autoprotección. También tienen que crear un ambiente de relación interpersonal seguro. Esto pasa por identificar las situaciones de riesgo, hacer una importante labor preventiva e implantar protocolos de protección.

En este sentido, la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia (LOPIVI) establece la nueva figura profesional de coordinador/a de bienestar y protección, que tiene la responsabilidad de dar una respuesta integral, sistematizada y organizada a los casos de violencia que puedan darse en el centro escolar.

No es solo el profesional responsable de la gestión de los casos de violencia y de la atención a las víctimas, sino que tiene encomendada una labor preventiva que requiere liderar la preparación del centro escolar para evitar que la violencia se produzca. También debe asegurar que las acciones de detección temprana y las intervenciones se realicen de forma sistemática y organizada, en el marco de los procedimiento y estándares establecidos por las administraciones públicas.

Desde UNICEF España insistimos en la oportunidad que ofrece la incorporación del personal de coordinación de bienestar y protección con el fin de reforzar la capacidad institucional del sector educativo para luchar contra la violencia. 

Asimismo, trabajamos para fortalecer la respuesta de los centros frente a la violencia. Lo hacemos desarrollando factores de protección en los centros educativos e impulsando, por ejemplo, el programa de Centros Referentes en Educación en Derechos de Infancia y Ciudadanía Global. Ofrecemos, también, formaciones diversas entre el profesorado y ponemos a disposición de las familias guías para el uso adecuado de las TRIC (tecnologías de la relación, la información y la comunicación) o sobre la LOPIVI.

El objetivo es seguir avanzando de forma sustantiva en la garantía del derecho a la protección de la infancia en y desde la educación, para que todos los niños y niñas vuelvan a las aulas en un entorno que los proteja frente a cualquier tipo de violencia.