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Violencia familiar de padres a hijos
En el cuestionario, uno de cada cuatro adolescentes afirma haber sufrido algún tipo de violencia en el último año, lo que incluye el maltrato físico, psicológico o de otra clase, como ser testigo de violencia verbal entre progenitores.
Precisamente, el maltrato psicológico es el tipo de violencia que parece más frecuente. Un 20 % de chicos y chicas asegura haber sufrido gritos, humillaciones o amenazas por parte de sus progenitores o figuras cuidadoras.
En cuanto al maltrato físico, es uno de cada diez adolescentes quien confiesa haber recibido golpes, patadas o algún episodio violento de estas características en 2024.
Es un escenario realmente preocupante. Está demostrado que la exposición a la violencia, más aún en un entorno que debería ser el más seguro, suele ser traumático y puede causar daños fisiológicos y psicológicos inmediatos y a largo plazo en niños, niñas y adolescentes.
👉 Afecta más a las chicas y minorías
Algunos de los hallazgos más relevantes del estudio son los que tienen que ver con las experiencias de violencia que sufren las chicas en particular, que dejan claro que las experiencias de victimización son más prevalentes en este grupo de población. Según los datos, ellas tienen el doble de riesgo de sufrir violencia directa por parte de las figuras cuidadoras. También tienen dos veces más probabilidad de estar expuestas a violencia en el núcleo familiar y casi tres veces más riesgo de exposición a violencia física entre progenitores. Esto puede deberse a su mayor percepción de la gravedad de estas conductas.
Por otro lado, el análisis también destaca que tanto la orientación sexual como el grupo étnico son factores que pueden multiplicar, incluso cuatro veces más, las posibilidades de sufrir violencia en el ámbito familiar.
Recomendaciones para la prevenir la violencia

Identificar este tipo de violencias no es sencillo, pero este estudio muestra que estamos ante una realidad a menudo invisibilizada y a la que la sociedad en su conjunto debe hacer frente. Por ello, con el objetivo de prevenir la violencia, hacer una detección precoz e intervenir con rapidez, UNICEF ofrece una serie de recomendaciones:
- Creación de entornos seguros y protectores tanto en el ámbito familiar —a través de medidas que favorezcan la conciliación, programas de competencias parentales o ayudas como las prestaciones por hijo a cargo para prevenir situaciones socioeconómicas complicadas— como en el escolar, de deporte, ocio y tiempo libre. En este sentido, es fundamental seguir impulsando las figuras del Coordinador de Protección y Bienestar en las escuelas y del Delegado de Protección en los espacios deportivos y de ocio.
- Participación de la propia infancia, que debe poder acceder a información sobre sus derechos y sobre los mecanismos para solicitar ayuda.
- Servicios de respuesta, apoyo y reparación del daño adecuados por parte de las instituciones competentes.
- Compromiso institucional, que garantice las condiciones y recursos necesarios para poner en marcha las medidas establecidas en la Ley Orgánica de Protección de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI, 2021).
- Sensibilización, a través de campañas y acciones, para que las instituciones, las familias y la sociedad conozcan el problema y la gravedad de las consecuencias de la violencia en el desarrollo de la infancia y la adolescencia. Los profesionales que trabajen con niños, niñas y adolescentes deben estar formados para poder prevenir, detectar e intervenir ante situaciones de violencia hacia la infancia.
La escuela, un entorno fundamental para educar en la no violencia
Queda de manifiesto que el hogar no es, en todos los casos, un lugar seguro para niños, niñas y adolescentes. Por este motivo, los centros educativos y sus profesionales se convierten a menudo en los referentes más próximos en educación en la no violencia.
Para visibilizar este aspecto clave de las escuelas en el desarrollo de la infancia y la adolescencia, cada 30 de enero se conmemora el Día de la Paz. Con el propósito de trabajar valores como la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los derechos humanos, la no violencia y la paz, este año UNICEF ha preparado una serie de recursos interactivos destinados a ser trabajados en las aulas de todos los niveles educativos.
La violencia siempre es prevenible. Por ello, uno de las mayores prioridades como sociedad debe ser construir entornos seguros y protectores para todos los niños, niñas y adolescentes, con adultos conscientes de su papel protector y capacitados para prevenir, detectar y actuar frente a situaciones de abuso o violencia.