Tarjetas de crédito con chip

En el sector financiero se imponen las tarjetas crediticias que llevan chip, ya que acumulan más información sobre el cliente y ofrecen una mayor seguridad en la lucha contra el fraude
Por Miguel Jarque, Jordi Sabaté 15 de octubre de 2007

Los fraudes con tarjetas de crédito existen. Tan sólo en 2005, más de 3.000 tarjetas en Europa se vieron afectadas por el ‘skimming’, que consiste en duplicar la banda magnética de la tarjeta, lo que supuso pérdidas por valor de 44.000 millones de euros. Ante esta situación, las entidades financieras se han propuesto aumentar la seguridad de sus soportes crediticios mediante nuevas tecnologías, entre las que se encuentran los circuitos integrados de radio frecuencia, también conocidos como chips.

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Un estudio de First Data señala que las pérdidas por fraude bancario en todo el mundo superan el billón de euros al año, y muchas entidades desconocen la cifra exacta de lo que han perdido. La mayoría de los fraudes (un 36%) se produce a través de cajeros automáticos y terminales de puntos de venta (35%). Los fraudes a través de entornos virtuales alcanzan ya el 25% de los mismos. Sólo en el mes de abril, la Caja de Ahorros del Mediterráneo anuló 4.000 tarjetas tras detectar fraudes en las cuentas de decenas de clientes.

La legislación obliga a disponer de terminales de punto de venta (TPV) adaptados a ellas

La solución del chip

La solución parece estar en las tarjetas con chip. El chip ofrece más seguridad, además de que acumula mucha más información sobre el cliente, y requiere para su uso de un código de cuatro dígitos (PIN) que sólo éste conoce. Pero la implantación de este sistema más seguro no llegará a España hasta 2008.

Una de las razones es que el fraude en España es uno de los más bajos de Europa. En todo caso, son muchas las entidades que ya han comenzado a distribuir terminales de pago en los comercios adaptados a esta tecnología, pero las tarjetas todavía no están llegando de forma masiva al usuario. El coste total para la banca española será de entre 600 y 700 millones de euros, según algunos expertos.

Uno de los alicientes para realizar el cambio de sistema es que los turistas ya llegan a España con estas nuevas tarjetas. Y la legislación obliga a disponer de terminales de punto de venta (TPV) adaptados a ellas. De lo contrario, las tarjetas serán operativas en los terminales, pero sin la seguridad del nuevo sistema. Y en caso de fraude, será responsable la entidad bancaria. Una razón de más para instalarlas lo antes posible.

El consejero delegado de Wincor Nixdor, Juan Muñoz Blanco, define así la nueva tecnología: «Las tarjetas con chip son, por ahora, infalsificables, a diferencia de las tarjetas con banda magnética, que las puede copiar cualquiera. Con las nuevas tarjetas, el usuario va a estar mucho más seguro». Utilizar tarjetas con chip fue una propuesta de EMV, una entidad creada por Visa, Mastercard y Europay, para mejorar la seguridad en los pagos.

Seguridad para los pagos ‘offline’

Las nuevas tarjetas permitirán, además, un mayor control de los pagos ‘offline’, es decir, todos aquellos que se llevan a cabo sin conectar en el momento del pago con la entidad bancaria para comprobar que el cliente dispone de fondos. Este tipo de pagos son poco frecuentes en España, pero mucho más habituales en países de nuestro entorno como Francia.

El chip de las tarjetas permite disponer de información sobre el usuario, que se podría actualizar de forma periódica
Son menos seguros, pero agilizan los pagos. El chip de las tarjetas permite disponer de información sobre el usuario, que se podría actualizar de forma periódica. Como consecuencia de ello, el comercio tendría algo de información (sin violar el derecho a la intimidad) sobre quién le está realizando el pago.

La fecha de 2008 no es casualidad. El 1 de enero de ese año entrará en vigor el Sistema de Área Única de Pagos en Europa (SEPA), que permitirá a los consumidores realizar pagos en condiciones idénticas, tanto si las transacciones son nacionales como entre estados de la Unión Europea.

Ayuda a erradicar el fraude

No parece que las tarjetas con chip sean la solución de todos los problemas. APACS, la asociación de entidades de pago del Reino Unido, se congratulaba en diciembre de 2006 de que ya hacía diez meses que se había instaurado en ese país el pago con tarjetas de este tipo. Según un comunicado de esta entidad, más del 99% de las transacciones se realizaban con estas tarjetas, de las que se habían lanzado 138 millones, lo que representaba el 97% del total de los 142 millones de tarjetas que existían entonces en el Reino Unido.

Y en febrero de 2007, la misma asociación tenía que responder al Observatorio de la Universidad de Cambridge, que afirmaba que el fraude seguía siendo alto a pesar la introducción de las tarjetas con chip. La portavoz de APACS, Sandra Quinn, afirmaba que el chip y el PIN “no van a erradicar el fraude”, pero gracias a estos nuevos sistemas “las tarjetas son más seguras”.

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