Breve historia de los navegadores

La progresiva adaptación de los navegadores a las necesidades del usuario ha sido un factor clave en el desarrollo y consolidación de la Red
Por EROSKI Consumer 26 de octubre de 2005
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Aunque para muchas personas el navegador que usan e Internet son una misma cosa, esto no es exactamente así. En realidad el navegador es la herramienta que utiliza el usuario para moverse por la Red y poder acceder a las distintas páginas web. Hay muchos navegadores, unos más específicos y otros más generales; cada uno con sus ventajas y sus limitaciones. Internet Explorer no es ni el primer navegador de la Red ni el mejor según los expertos, aunque sí el más extendido y el que muchos usuarios creen único.

En Suiza hay algo más que relojes y chocolate

Para empezar a contar la historia de los navegadores hay que retroceder a la Suiza de los noventa. A principios de la década, en los laboratorios del CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear) de Ginebra, se estaba cocinando una buena parte del futuro tecnológico del siglo XXI. Este peculiar organismo ha pasado a la historia gracias a dos premios Nobel de Física y a la invención de la World Wide Web, un sistema con el que los científicos del CERN pretendían compartir documentación interesante con otros colegas a lo largo del mundo de manera rápida y asequible. En otras palabras, fue en Suiza donde se le dio a Internet la estructura que actualmente tiene.

A la vez que inventaban la W3, en el CERN aprovecharon para desarrollar el HTML (Hypertext Markup Language) y así crear un lenguaje que pudiera ser comprensible tanto para los humanos como las máquinas. Una vez hecho esto los científicos del CERN habían construido un espacio digital con sus dimensiones semánticas (W3) y habían creado un lenguaje con el que poder dialogar en su travesía de sitio en sitio (HTML). Lo que les faltaba por crear era la nave que les permitiese ir de un puerto a otro; el navegador. El primero que se creo y que estuvo en condiciones de aprovechar tanto la W3 como el HTML fue Mosaic, lanzado en Abril de 1993 por Marc Andreessen y Eric Bina en el NCSA (National Center for Supercomputing Applications) de Illinois, en los Estados Unidos.

Mosaic, la madre del invento

Fue el primer navegador gráfico de la W3 y la madre de todos los navegadores modernos. Fue tan bien acogido en el circuito comercial que antes de acabar el año 93 se presentaron ediciones diferenciadas para Windows y Macintosh. Una licencia bastante generosa permitió que muchas empresas crearan sus propias versiones, como Spry Mosaic y Spyglass Mosaic, más tarde rebautizado como Internet Explorer (IE).

Al poco de su lanzamiento, Marc Andreesen, que tenía por aquel entonces 22 años, se salió del NCSA y fundó Mosaic Communications Corporation con Jim Clark, de 49 años, fundador de Silicon Graphics y uno de los grandes emprendedores de la historia americana. La reunión de ambos genios generó un brote nuevo en esa planta madre de los navegadores que fue el primer Mosaic: Mozilla. A pesar de que hoy en día este nombre es bastante popular, en realidad duró inicialmente poco, ya que la empresa de Andreesen y Clark cambió rápidamente la denominación Mosaic por la de Netscape Communications Corporation. Así Mozilla pasó a llamarse Netscape Navigator.

También 1993 fue el año de los primeros buscadores: Wandex, Aliweb y Lycos. Al final de 1993, Lycos indexaba un total de 800.000 páginas web. Hace unos meses, Yahoo! celebró su página veinte mil millones.

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Netscape Navigator, el navegador pop

Kevin Kelly, fundador de la revista Wired, asegura que Netscape puso Internet en la calle. Otros piensan que sencillamente estaba en el sitio adecuado en el momento justo. En cualquier caso fue Netscape quien sacó la W3 del circuito universitario, y estrictamente tecnológico, y la llevó a las casas y oficinas de los ciudadanos de a pié. Es decir que convirtió Internet en un fenómeno de masas. Si a mediados de 1994 un editorial de la revista Time intentaba explicar por qué la Red jamás llegaría al gran público, en 1995 la popularidad de la misma era tal que todos medios de comunicación daban la bienvenida a la ‘Era Internet’.

En esta revolución la mayor parte del protagonismo lo tuvo Netscape, ya que introdujo un par de novedades de efecto inmediato para la popularidad de la Red. La primera fue la habilidad de mostrar información de manera inmediata. Hasta entonces, el usuario debía esperar varios minutos a que todo el contenido de la página se descargara para poder verlo en pantalla; Netscape introdujo el sistema gradual (primero el texto, después las fotos; primero arriba, después abajo) para agilizar el proceso.

La segunda fue permitir que el usuario se descargase una versión de prueba de la aplicación: cualquier internauta podía bajar el navegador y usarlo durante el tiempo que considerara necesario antes de pagar por él. Un dato curioso hoy por hoy, pero relevante entonces, es que la asistencia telefónica de Netscape estuvo disponible de manera gratuita para todo el mundo hasta que el número de llamadas fue inabarcable.

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Internet Explorer, bajo el ala de windows

Netscape reinó durante gran parte de los noventa, introduciendo elementos que pronto fueron adoptados por el resto de navegadores y convirtiéndose en el estándar para el W3C (World Wide Web Consortium) y la ECMA (European Computer Manufacturers Association). Elementos tan ubicuos hoy como las cookies, los marcos y JavaScript se deben a los desarrolladores de Netscape. Sin embargo, algo cambió cuando en 1995 Microsoft licenció Spyglass Mosaic: empezó la que se conoció como ‘Gran Guerra de los Navegadores’: una lucha a muerte entre Bill Gates por un lado y Andreesen y Clark por el otro para hacerse con las riendas de la Red.

Dicha guerra la ganó Microsoft, la empresa de Bill Gates, en 1997 al reescribir la tercera versión de su navegador desde cero e integrar la cuarta en el sistema operativo Windows 98, en una jugada comercial sin precedentes. Para calibrar el éxito de la maniobra baste con decir que el equipo original de Internet Explorer (IE) eran sólo cinco o seis personas. En 1999, año y medio más tarde, Internet Explorer daba empleo directo a más de mil.

A pesar de ciertas debilidades a la hora de leer páginas e innegables problemas de seguridad, Internet Explorer ha mantenido su liderazgo en el mercado hasta el día de hoy. Su único competidor, más en el plano del prestigio que en número de usuarios, ha sido en los últimos años el buscador Firefox, de notable eficacia, capacidad de integración de desarrollos foráneos (plug-in) e inigualable usabilidad. Sin embargo Microsoft está a punto de lanzar su versión 7.0, que integra muchas de las mejoras que se encuentran en Firefox.

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Opera: un canto a la ligereza

Opera nació como el proyecto independiente de dos programadores de la compañía noruega Telenor. Jon Tetzschner y Geir Ivarsoey invirtieron 7.000 dólares de su propio bolsillo y seis meses de trabajo continuado en un prototipo con la intención de crear «el navegador más rápido de la tierra», según sus propias palabras. Querían conseguir un navegador pequeño de tamaño pero grande en prestaciones, que funcionara a la perfección en todas las plataformas y ofreciera gran seguridad. La primera versión fue liberada al mundo en 1995. Opera se desmarcó del resto por su limpieza y su capacidad de innovación, introduciendo nuevos conceptos como las pestañas o ‘tabs’. Hasta ahora, la versión libre de publicidad costaba 39 dólares al año. Se calcula que tiene unos 22 millones de usuarios en el mundo. Desde que se convirtió en gratuito hace un mes, ha recibido cinco millones de descargas.

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Firefox, un zorro nacido libre

El proyecto Mozilla nació cuando Netscape liberó el código de su agonizante Netscape Navigator, tratando desesperadamente de recuperar su cuota de mercado frente a Microsoft. El proyecto se ganó de inmediato las simpatías de la comunidad de usuarios del software libre, que decidieron reescribir el navegador desde cero. Para ello adoptaron un nuevo conjunto de herramientas multiplataforma (que pueden funcionar en diferentes sistemas operativos, tales como Windows, Mac OS X o Linux entre otros) basado en un lenguaje de programación tan plástico y manejable como es XML. Al nuevo lenguaje que resultó se le llamó XUL.

La envergadura del proyecto hizo que tardara años en materializarse. La versión Mozilla 1.0 (un navegador libre, multiplataforma, muy manejable y extremadamente ambicioso) llegó el 5 de junio del 2002, después de una larga espera. La acogida fue templada. Su mejora, Firefox, salió a la calle en noviembre de 2004, ganando en muy poco tiempo un amplio margen de popularidad gracias a sus pestañas, su ligereza y versatilidad, basada en un sistema modular de extensiones (producto del lenguaje XML) a gusto del usuario.

Konqueror, Safari y el proyecto KDE

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Tanto Konqueror como Safari están basados en KHTML, el motor de renderizado HTML libre y desarrollado para el proyecto KDE. Este proyecto pretende crear un conjunto de herramientas (entorno de escritorio gráfico) que posibiliten el trabajo del usuario en un sistema operativo abierto, sobre todo Linux.

Konqueror es un navegador libre y parte oficial del proyecto KDE. Funciona como gestor de archivos, navegador web o visor de archivos. Permite la navegación en directorios locales, previsualizar cualquier documento o archivo, incluyendo imágenes y videos, y es según los expertos el mejor navegador de la historia. Especialmente diseñado para Linux.

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Safari es el estándar de navegación de Mac OS X, el sistema operativo de Apple. Se presentó en el Macworld del 2003 y supuso la ruptura total con Microsoft, quien todavía desarrollaba Internet Explorer para Apple. Implementa un lector de fuentes RSS y puede guardar la pagina completa en un archivo para verla sin que el usuario esté conectado a la Red.

Lynx y w3m, navegadores de texto

Los navegadores de texto son aquellos que permiten al usuario navegar sin salir de la consola o terminal y convierten los menús, iconos y botones del entorno gráfico en un sistema de menús de textos. Lynx llegó en 1995 gracias al patrocinio de la University of Kansas y su versión mejorada, Links, lee tablas, marcos e imágenes, al igual que su homólogo japonés w3m. Son exclusivos del entorno Unix y varias veces más rápidos que los navegadores tradicionales, pero su cuota de mercado es mínima.

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