Turismo sin barreras

Aunque cada vez hay más opciones para turistas discapacitados, se ven obligados a desembolsar el doble de dinero que un turista sin ningún tipo de afección
Por Juan Pedro Chuet Missé, Luciano Bottesi 18 de junio de 2007
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Imagen: Antony Mayfield

Los obstáculos continúan

El turismo accesible o para discapacitados está creciendo y la oferta de paquetes globales que los operadores turísticos ofrecen para viajeros con problemas motrices u otras discapacidades cada vez es mayor. Sin embargo, la persona que padece una discapacidad no tiene más opción que gastar casi el doble que un turista promedio. Mientras este último gasta unos 49,8 euros por día de media, un discapacitado gasta unos 83 euros, de acuerdo con un informe de la Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados Físicos (PREDIF). Según esta entidad, se calcula que un 80% de los turistas discapacitados no se beneficia de los viajes subvencionados.

“Es necesario fomentar que las personas con discapacidad puedan viajar con sus parejas, hijos o padres a cualquier lugar, y no sólo a lugares que tengan servicios exclusivos para ellos”

En relación a las barreras con que se encuentran, hay que destacar que todavía se encuentran transportes, alojamientos y lugares de ocio con obstáculos físicos y poco adaptados. A pesar de ello, las personas con discapacidad ya pueden realizar viajes y excursiones a precios económicos por medio de diversas entidades de ayuda. No hay que olvidar que en España más de 3,5 millones de personas se encuentran en situación de dependencia, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que gracias a la Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad sancionada en 2003, el mercado turístico ha crecido a favor de las personas con movilidades o capacidades reducidas.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer hasta llegar a una verdadera normalización del sector. Según Pilar Soret, directora técnica de PREDIF, es necesario fomentar que las personas con discapacidad puedan viajar con sus parejas, hijos o padres a cualquier lugar, y no sólo a lugares que tengan servicios exclusivos para ellos. “En España hemos avanzado mucho, hemos pasado de no considerar la accesibilidad a que surjan iniciativas y a tener apoyo de las administraciones públicas. Percibimos que las personas con discapacidad pueden tener controlado su entorno inmediato, pero el problema es que cuando se van de vacaciones no saben qué se van a encontrar, y lo que se hallan generalmente es inaccesible para ellos”, asegura.

Movilidad reducida

Las personas con movilidad reducida (PMR) son el mayor colectivo de discapacitados que pueden viajar, pero también son los que más barreras físicas se encuentran al realizar programas de turismo. El Libro Verde de la Accesibilidad ACCEPLAN, tras analizar más de 400 hoteles de 3 y 4 estrellas, reveló que sólo el 0,7% cumplía con los estándares óptimos para este colectivo, y que apenas el 8% ofrecía cierto grado de autonomía a los pasajeros con sillas de ruedas. Los campings no son una excepción: más de la mitad no tienen ni instalaciones ni accesos adaptados para personas con discapacidad, tal como lo revela CONSUMER EROSKI en el último estudio sobre Campings en España . Por ello, el 57% de los que sufren movilidad reducida deben alojarse en hoteles de 4 y 5 estrellas, donde les garanticen unos servicios mínimos para su comodidad, según indica el informe ‘Hábitos y Actitudes hacia el turismo de las personas con discapacidad física’, elaborado por PREDIF.

Restaurantes

De los restaurantes, “los realmente accesibles son muy escasos”, dice y la mayoría de ellos se encuentran -como los hoteles- en destinos turísticos de playa. Precisamente, las playas son el centro de ocio con más facilidades y con mejor entorno adaptado, sobre todo las que se encuentran en la Comunidad Valenciana y en Canarias, donde la Playa de los Cristianos de Arona (Santa Cruz de Tenerife) es, a lo largo de sus siete kilómetros, el paseo marítimo sin barreras más largo de Europa.

Transporte

El transporte tampoco ofrece muchas más soluciones: según PREDIF, casi la mitad de los discapacitados motores está obligado a usar un coche adaptado para poder trasladarse a un destino turístico. El 45% por ciento ha utilizado alguna vez el avión, que si bien brinda facilidades para las personas con problemas de movilidad, sigue habiendo dificultades para los que padecen sordera o ceguera que, por motivos de seguridad, no permiten que dos personas con esta discapacidad viajen sin acompañantes.

Por sus dificultades de acceso y comodidad, la mayoría de los usuarios que utilizan sillas de ruedas descarta utilizar autocares, trenes y barcos para sus traslados. Y si llegan a un destino, en ocasiones no queda más alternativa que movilizarse en un ‘euro taxi’ (taxis adaptados). Todavía no pueden recurrir al transporte público urbano que, en el caso de Madrid o Barcelona, todavía no tienen todas sus líneas de metro y buses totalmente adaptadas.

Alternativas

La normalización del turismo también puede representar una excelente oportunidad de negocio, pero no porque las personas discapacitadas tengan que gastar más por la ausencia de servicios, sino porque el turismo es una de sus prioridades. En el informe ‘Turismo Accesible para todas las Personas’, elaborado por el Comité Español de Representantes de Minusválidos (CERMI), el 84% dice que le gusta viajar.

Además, cada viaje realizado por una persona con discapacidad atrae a 0,5 acompañantes, como indica el manual ‘Por una Europa Accesible a Turistas con Discapacidades’, editado por la Unión Europea. Y según el Eurostat, más de la mitad de este colectivo es “laboralmente inactivo”, de manera que pueden contar con más tiempo libre y hacer turismo.

Son muchas las entidades que gestionan viajes para personas discapacitadas y que ofrecen viajes en vehículos adaptados, con seguro, asistencia de monitores, alojamiento en hoteles adaptados y excursiones a precios que difieren, por una semana, desde los 200 euros (para destinos turísticos en España) hasta los 350 euros (en el caso de capitales europeas) por persona. Estos viajes se ofrecen a precios accesibles porque cuentan con subvenciones y apoyo del Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales).

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