Vacaciones de Navidad: nieve y playa

Nieve y playa son los destinos más demandados entre quienes pasan las fiestas alejados de las celebraciones tradicionales
Por Elena V. Izquierdo 21 de diciembre de 2011
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Imagen: bortescristian

Con las Navidades llegan las cenas de trabajo, las reuniones familiares, los regalos y las copiosas comidas. El turrón, los polvorones y el cava llenan las mesas españolas, pero cada vez es más frecuente optar por actividades distintas. Muchas familias deciden emplear estos días de vacaciones, o parte de ellos, para viajar y desconectar de los quehaceres cotidianos. Junto con los destinos de sol y playa y el tradicional esquí, surgen otras alternativas como los parques temáticos, los cruceros, el turismo gastronómico o el de aventura para pasar estos días de manera diferente.

El calendario manda y este año los festivos navideños son escasos, puesto que la mayoría se celebra en fin de semana. Esto será determinante al optar por un viaje u otro, ya que las posibilidades se reducen. Solo quienes hayan guardado unos días para poder disfrutarlos ahora, o quienes por su profesión o sus estudios libren más de dos semanas, podrán tener unas vacaciones largas y más posibilidades de elegir.

Pero entre las opciones que da el calendario, y en función del dinero disponible y los gustos de cada uno, es posible viajar a un gran número de lugares para disfrutar la Navidad.

Sol y playa en las vacaciones de Navidad

Poder cambiar el frío peninsular por un clima propio de la primavera, estar unos días tumbado al sol, nadar en el mar y volver a casa bronceado es uno de los deseos de muchas personas para estas vacaciones. A poco más de dos horas en avión espera Canarias con todos los ingredientes para pasar unas Navidades alejado de las bajas temperaturas. Pero las llamadas Islas Afortunadas tienen mucho más que calor y playa: magníficos paisajes volcánicos, parajes verdes y cumbres infinitas son otros motivos para desplazarse hasta allí.

Para hacer el viaje más cómodo, numerosos aeropuertos españoles conectan Canarias con la Península sin que sea necesario trasladarse hasta Madrid o Barcelona para coger el avión. Santiago de Compostela, Valladolid, Santander, Sevilla, Bilbao o Zaragoza, entre otros aeródromos, tienen vuelos a las islas.

A poco más de dos horas espera Canarias para pasar unas Navidades alejado de las bajas temperaturas

Los precios en las aerolíneas de bajo coste parten de 10 euros por trayecto, aunque en el resto de las compañías es más caro. El alquiler de un vehículo puede salir por 20 euros al día -con la gasolina más barata que en la Península- y el hotel por unos 40 euros por persona.

También es posible contratar el viaje completo por unos 500 euros por semana, incluido el alojamiento en media pensión, el avión de ida y vuelta y los traslados al hotel, algo muy práctico si el turista prefiere prescindir del coche.

Pero no son las islas el único destino costero que eligen los españoles. El litoral mediterráneo también es una opción bastante demandada para pasar las Navidades. Algunas localidades, como Benidorm, tienen un clima agradable al que se suman infinidad de locales abiertos, fiestas y un gran número de hoteles con muy distintas categorías para que cualquiera pueda elegir conforme a sus necesidades. Algunas agencias organizan viajes en los que trasladan en autobús a los viajeros de la misma zona, recorren distintos puntos de la provincia para recoger gente y les llevan hasta el hotel a precios muy asequibles, que rondan los 300 euros en pensión completa por una semana.

Más allá de los destinos españoles, hay viajes exóticos de sol y playa, pero no son aptos para todos los bolsillos. Disfrutar de las cristalinas aguas de República Dominicana cuesta unos 1.200 euros. El precio incluye avión, traslados y una semana en Punta Cana en hotel de 5 estrellas y en régimen de todo incluido.

La nieve, estrella de las Navidades

España cuenta con muchas estaciones de esquí, que tienen gran afluencia en las fechas navideñas. El Pirineo y Sierra Nevada son los destinos más demandados. Las agencias de viaje y las propias estaciones ofrecen paquetes que incluyen el hotel, los forfaits e, incluso, cursillos para aprender a practicar este deporte invernal.

Por 700 euros se puede aprender a esquiar durante una semana en los Pirineos

Por unos 400 euros es posible pasar tres noches en un hotel de 3 estrellas en Sierra Nevada, con media pensión y con los remontes incluidos. Quien quiera aprender a esquiar puede pasar una semana en Cerler (Huesca) desde el día 25 de diciembre. Cuesta unos 700 euros por persona en hotel de 3 estrellas y régimen de alojamiento y desayuno. El precio también incluye el forfait, el alquiler del material de esquí -botas, tablas y bastones- y un curso de cinco días. Todos los precios indicados pueden reducirse si se compara en distintas agencias de viaje o aumentar si se desean mejores prestaciones.

Viajes al extranjero

Otras personas optan por pasar en el extranjero estos días. Los destinos más típicos en Europa son Francia, Italia y Reino Unido, mientras que si se cruza el Atlántico la primera opción es Estados Unidos. Se prevé que este año los viajes internacionales se reduzcan por la crisis y es probable que los ciudadanos opten más por el turismo nacional.

No obstante, también hay quien aprovechará estos días para hacer un largo viaje. Por 1.400 euros es posible pasar una semana en Jordania y recorrer castillos, mezquitas y ciudades como Petra, Wadi Rum o Amman. Y algo más cerca, quien quiera descubrir Croacia durante el puente de Reyes puede pasar cuatro días en Dubrovnik en un hotel de 4 estrellas por 350 euros. El avión y los traslados están incluidos en el precio.

En el grupo de los viajes internacionales denominados «de compras» destacan Londres y Nueva York como ciudades favoritas. Además de presenciar interesantes espectáculos musicales, la adquisición de moda y otros artículos son un reclamo para muchos viajeros. Dar la bienvenida al Año Nuevo en Times Square y permanecer en la ciudad una semana cuesta unos 1.500 euros.

Parques temáticos y de atracciones

Si se le pregunta a un niño dónde quiere pasar las vacaciones, lo más probable es que no elija viajar a países exóticos ni el turismo de museos. El parque temático o el de atracciones será una de sus prioridades.

Las agencias de viajes conocen estas preferencias y hacen campañas dirigidas a los más pequeños. Pasar la Navidad en estos parques es una opción cada vez más elegida por los padres para premiar el buen comportamiento de los niños.

Spas y balnearios

El estrés es uno de los males de nuestros días. Las largas jornadas de trabajo, los madrugones, los problemas domésticos y las condiciones laborales cada vez más complicadas hacen necesario realizar un paréntesis y pasar unos días de relax.

Los spas y balnearios están diseñados para que sus usuarios puedan desconectar: chorros de agua templada, masajes, saunas, jacuzzis y circuitos termales ayudan a olvidar durante un rato las preocupaciones diarias.

El destino preferido de los niños es casi siempre un parque temático

Además, se puede optar por establecimientos alejados, pero si no se desean desplazamientos a mucha distancia, se tiene la posibilidad de pasar unas jornadas en un balneario cercano a la localidad de residencia. Al haber spas repartidos por numerosos puntos de la geografía, no es necesario hacer un largo viaje.

Quien desee recibir a los Reyes Magos en un hotel de 5 estrellas en La Toja, con acceso al club termal, puede hacerlo por 200 euros si permanece una noche y por 300, si son dos. Y por un precio más reducido, 50 euros la noche, en un hotel de 4 estrellas en la misma localidad, se pueden pasar los días no festivos de las Navidades. Camas de burbujas, piscinas de rehabilitación, baños de vapor aromáticos y sala de relajación están incluidos en el circuito.

Turismo urbano

Visitar museos, conocer ciudades, su historia, su cultura y sus calles es otra de las alternativas navideñas. Junto con los recorridos típicos de todas las guías y folletos, en Navidad, también se opta por otro tipo de visitas que solo se pueden hacer durante estos días: mercadillos con figuritas, dulces y decoración o nacimientos de todos los tipos y dimensiones llenan las calles de casi cualquier localidad a la que se acerque el viajero.

Turismo rural y de aventura

Aunque a menudo el tiempo no acompañe, el turismo de aventura es una opción diferente para pasar unos días: subir en globo, trepar por la montaña o descender por un río en kayak es una opción para quien disfrute con la naturaleza.

Los turistas que quieran tener una Navidad diferente pueden pasar una noche hospedados en la sierra de Cazorla (Jaén) y conocer este espacio natural, realizar diferentes excursiones y hacer piragüismo por unos 120 euros.

Turismo gastronómico y vinícola

Quien quiera alejarse de su localidad y conocer los platos típicos de otras zonas puede apuntarse al turismo gastronómico. Es un aspecto al que cada vez se da más importancia y, por eso, las ciudades realizan rutas culinarias con el fin de dar a conocer sus productos más característicos y las innovaciones de su cocina. Por medio de degustaciones, concursos de pinchos o rutas de tapas, muchas regiones potencian sus productos y atraen a un gran número de turistas cada año.

Cada vez se potencia más el turismo vinícola y gastronómico

Lo mismo ocurre con el vino. Las visitas a bodegas, las catas o los recorridos por viñedos son una fórmula relativamente novedosa con la que las zonas vinícolas dan a conocer sus caldos y, a su vez, muestran regiones desconocidas para muchos ciudadanos. Penedés, Somontano o Rioja son algunas de las denominaciones de origen en las que se realizan visitas guiadas con alojamiento en hoteles enológicos por algo más de 120 euros.

Cruceros

Otra alternativa es pasar las vacaciones en el mar y conocer las distintas ciudades en las que el barco hace escala. Por unos 850 euros, se puede hacer un crucero de ocho días por el Mediterráneo para conocer distintas ciudades de Francia e Italia.

Los precios varían mucho en función del tipo de camarote en el que se hospedan los viajeros -interior, exterior, suite-. Por regla general, los importes que se fijan en un principio aumentan después con las propinas o los suplementos que incluyen las compañías organizadoras.

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