Las mariposas monarca pueden perder su lugar de invernada en México debido al cambio climático

El incremento de las precipitaciones podría hacer de los bosques de oyameles lugares poco idóneos para estos lepidópteros
Por EROSKI Consumer 24 de noviembre de 2003

Todos los otoños, millones de mariposas monarca viajan desde Norteamérica, en la frontera de Estados Unidos con Canadá, hasta los bosques de oyameles en México, donde pasan los meses de invierno. Son entre 100 y 140 millones de mariposas las que cada año pasan el invierno en siete regiones mexicanas, declaradas como «santuarios» en 1986. Pero esta situación podría cambiar. Una investigación estadounidense que aparece en la revista «Proceedings» teme que el incremento de las precipitaciones debido a los efectos del cambio climático en esta zona hagan de estos bosques tibios lugares poco idóneos para las mariposas, que sólo pueden sobrevivir bajo condiciones muy específicas.

Las mariposas monarca tienen un ciclo de vida muy complejo. Se alimentan al Este de las Montañas Rocosas durante los meses de verano, antes de embarcarse en un largo viaje hasta alcanzar las tierras donde pasan el invierno en el centro de México. Su llegada coincide con el Día de los Difuntos en ese país, que se celebra el 2 de noviembre, por lo que las etnias indígenas que habitan en el lugar creen que las mariposas representan los espíritus de sus ancestros. Sin embargo, la larga travesía que realizan las monarcas tiene mucho más que ver con la disminución de la intensidad de la luz solar y el acercamiento de las masas de aire polar que bajan las temperaturas a principios del otoño en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Condiciones adecuadas

Las monarcas son muy frágiles desde el punto de vista ecológico. Su lugar de invernada se restringe a los montañosos bosques de oyameles, donde se amontonan en grandes colonias alrededor de los troncos y las ramas de los árboles. Las condiciones de frío, aunque relativamente seco, son las ideales para las monarcas, que no pueden soportar muchas fluctuaciones de temperatura.

Los refugios naturales de México presentan las condiciones adecuadas para estos lepidópteros. Están situados entre 2.700 y 3.200 metros sobre el nivel del mar y la temperatura media oscila entre los 22 grados de máxima y los 7 de mínima. Los científicos ya habían advertido de que las poblaciones de las mariposas monarca caen en picado si se producen «baches» en su clima de invierno. Así, en febrero de 1992, por ejemplo, una tormenta provocó la muerte del 82% de una pequeña colonia, y en enero de 1981, cuando las tormentas, que duraron diez días, dejaron una capa de nieve de 43 centímetros en la Sierra Chincua y las temperaturas alcanzaron los 5 grados bajo cero, murió el 42% de otra población.

Ahora, investigadores de las universidades de Minnesota y Kansas (Estados Unidos) han utilizado una técnica para predecir cómo el hábitat de invierno de estos lepidópteros va a cambiar en los próximos cincuenta años, teniendo en cuenta los escenarios futuros del clima del Centro Hadley. Sus conclusiones se refieren a que a pesar de que la temperatura en los bosques de oyameles no es muy probable que cambie demasiado, sí lloverá más. Unas nuevas condiciones climáticas que las mariposas no podrán soportar porque la humedad incrementa sus posibilidades de morir de frío. Además, la extensión de los lugares que cumplen con los requisitos para la vida de las monarcas probablemente se vayan reduciendo año tras año debido a la deforestación para dejar paso a la agricultura.

Misteriosa migración

La preocupación de los científicos está en que si se destruye esta población migradora norte-sur, no podrán resolver el misterio de cómo las monarcas saben seguir la misma ruta todos los años.

Y es que la migración de la mariposa monarca ha fascinado durante mucho tiempo a los científicos. Primero se pensó en que era el campo magnético de la Tierra el que las ayudaba a encontrar el camino año tras año, ahora se piensa que podría ser el Sol. Lo que sí se sabe es que el proceso de migración completo requiere de tres generaciones de mariposas. La primera generación inicia el viaje hacia el lugar de invernada, aunque no logra alcanzarlo, y son las mariposas jóvenes las que se aparean y concluyen el ciclo reproductivo en los tibios bosques mexicanos; la segunda madura ya en territorio mexicano y comienza el retorno hacia el norte coincidiendo con el equinoccio de primavera, pero es la tercera generación la que culmina la travesía anual.

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