Prismáticos de naturaleza, seis pasos para elegirlos y usarlos bien

Saber escoger y utilizar unos buenos prismáticos hará disfrutar más de la naturaleza
Por Alex Fernández Muerza 25 de febrero de 2016
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“La naturaleza es el espectáculo más sorprendente que puede mirar el hombre”, aseguraba Fernando Fernán-Gómez en la película ‘La lengua de las mariposas’. Al adentrarse en un espacio natural, además del equipo imprescindible como la ropa o un calzado adecuados, llevar unos prismáticos hará disfrutar más del entorno al poder contemplar en detalle esos seres vivos, como las aves, que suelen estar alejados. Ahora bien, la gran diversidad de marcas, modelos y características complican la elección. Este artículo señala en seis pasos cómo elegir y utilizar unos buenos prismáticos de naturaleza.

1. Conocer el número de aumentos y la luminosidad

El primer dato que se debe interpretar es esa especie de multiplicación que llevan asociada: 8×32, 10×40, etc. El primer dígito se refiere al número de aumentos (cuanto más alto es, más aumentos tiene). El segundo dígito señala el diámetro del objetivo en milímetros (cuanto mayor sea, más luz le entrará). Ambas características vienen unidas porque están relacionadas: a mayor aumento menor luminosidad a igual diámetro. Por ejemplo, unos prismáticos de 8×40 tienen menos aumentos que unos de 10×40, pero con los primeros se verá mejor en condiciones de menor luz.

2. Tener claro para que se quieren

La gran variedad de prismáticos trata de responder a diferentes situaciones
La gran variedad de prismáticos trata de responder a diferentes situaciones que sus usuarios pueden tener. La distancia, la luz o el movimiento del objeto o el animal que se quiere observar varían en la naturaleza. Luis Martínez, ornitólogo y uno de los integrantes del equipo de SEO/BirdLife del Programa de Viajes, Excursiones y Cursos, explica que 7 aumentos pueden ser idóneos para contemplar cetáceos o aves marinas desde un barco; 8 aumentos para observaciones en bosque, donde se ven los pájaros a distancias relativamente cortas; y 10 aumentos pueden resultar más adecuados para medios abiertos a distancias mayores, como las aves esteparias, rapaces o acuáticas.

Si se quieren observaciones de largas distancias, hay que incrementar el número de aumentos, pero los prismáticos son más grandes y pesados y requieren el uso de un trípode para que la imagen no tiemble.

En el caso de querer ver animales u objetos situados a corta distancia, como mariposas, hay que tener en cuenta otra información que debería ofrecer el fabricante: la distancia mínima de enfoque. Hay prismáticos capaces de enfocar a menos de dos metros y otros que solo llegan a cinco.

3. Fijarse en los detalles

La diversidad de detalles marca las elevadas diferencias de precios. Los mejores prismáticos tienen prismas de vidrio, son ligeros y resistentes, tienen lentes multitratadas, son impermeables y estancos para que no les entre la lluvia, el vapor de agua o el polvo (se rellenan de gases como nitrógeno o argón), y llevan una correa ancha y cómoda. Un buen prismático ofrece una imagen nítida y evita fallos ópticos como la colimación, la aberración cromática o los reflejos fantasma. También conviene fijarse en el campo visual: cuanto más ángulo de visión (en grados), menos problemas se tendrá para localizar el objetivo que se quiera contemplar.

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Imagen: Jordi Prieto-SEOBirdLife

4. Conocer las marcas y fijarse un presupuesto

El mercado brinda una gran variedad de fabricantes. Canon, Leica, Nikon, Olympus, Swarovski, Tasco, Vanguard, Zeiss, etc. entre otras, ofrecen más garantías de buenos productos. Un criterio lógico para elegir es fijarse un presupuesto que puede gastarse. En opinión del experto de SEO/BirdLife, por debajo de 100 euros «casi todo es muy malo». Una buena opción para iniciarse y gastarse lo mínimo, según Martínez, son los prismáticos Halcón 8×32 de la propia SEO/BirdLife: «He visto prismáticos que duplican su precio de peor calidad óptica».

Los ya iniciados que quieren dar un salto tienen muchas opciones. Todo dependerá de factores como su presupuesto o sus características personales. Si se quieren los mejores del mercado, Luis Martínez recomienda «Swarovski, probablemente la mejor, y Zeiss. Eso sí, hablamos de prismáticos que en algunos casos están cerca de los 3.000 euros».

5. Utilizarlos antes de elegir uno

Amigos o familiares con buenos prismáticos pueden dejarlos probar antes de adquirir unos. Al acudir a la tienda es preferible llevar las ideas claras y probar los que se consideren mejores opciones. Es importante tener en cuenta si se utilizan o no gafas para que se adapten a la visión y calibrarlos del modo correcto, con la rueda de enfoque general y la rueda individual, que por lo general está en el ocular derecho.

6. Saber localizar lo que queremos observar

Una vez localizado a simple vista el objetivo, es conveniente recordar algún elemento del paisaje como referencia. Después, sin mover la cabeza, hay que fijar la vista con los prismáticos. Si no aparece en el campo de visión, hay que recurrir a las referencias que se han memorizado. A continuación, se mueve la rueda general con suavidad hasta conseguir una visión enfocada. Jamás hay que mirar directamente al sol para no quemar la retina de los ojos. Conviene llevar su funda para guardarlos cuando no se utilicen, sobre todo si no son impermeables ni estancos.

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