Los alergólogos prevén una incidencia «alta» de las alergias al polen esta primavera, pero menos intensa que la anterior

La rinitis por causa de la alergia al polen afecta a entre un 8% y un 12% de la población española
Por EROSKI Consumer 28 de febrero de 2004

La incidencia de las alergias al polen en la población española será esta primavera «alta», aunque con menor intensidad que la que se registró el pasado año. El jefe del Servicio de Alergología del Hospital de Basurto en Vizcaya, Ignacio Antepara, hizo esta afirmación basándose en los niveles de precipitaciones registrados hasta el momento, inferiores a los del pasado año.

De la categoría de incidencia «alta» sólo se escapa la cornisa cantábrica, donde el impacto puede ser superior y, por lo tanto, muy similar al contabilizado en la primavera de 2003. Las causas que pueden producir una gran polinización dependen de la lluvia acumulada durante el año. «Si hace buen tiempo, temperaturas elevadas y una primavera seca, la intensidad de las alergias es más elevada y la primavera trae consigo un riesgo elevado para los alérgicos», afirmó Ignacio Antepara.

La rinitis por causa de la alergia al polen afecta a entre un 8% y un 12% de la población española (unos 4 millones de personas), pero su prevalencia va en un aumento progresivo. La alergia al polen aparece normalmente en la adolescencia, aunque cada vez crecen más los casos en niños de entre 5 y 10 años de edad, posiblemente debido a un «exceso de higiene y esterilización», advirtió Ignacio Antepara.

Además, un 38% de los afectados por rinitis sufre asma, lo que agrava los problemas derivados de la enfermedad. Los síntomas más comunes son congestión nasal, conjuntivitis y asma durante la temporada de polinización de las plantas, y dependiendo de cada zona climática se pueden dar entre marzo y octubre.

La rinitis alérgica es ya un problema de salud global que altera la vida social, el rendimiento escolar y la productividad laboral, hasta el punto de que sólo en España se cifra su coste en unos 3.000 millones de euros. De esta cifra, un tercio se destinaría a asistencia sanitaria y los otros dos tercios se referirían a su coste social.

El tratamiento de la alergia al polen pasa en primer lugar por el diagnóstico de las causas y los tipos de polen que intervienen en la dolencia por parte de un alergólogo. Medicamentos antihistamínicos, descongestionantes para vencer las obstrucciones en menos de diez días e inhaladores de esteroides tópicos asociados son algunos de los elementos que se emplean en las terapias contra las alergias.

Las vacunas, por su parte, son eficaces cuando la alergia está provocada sólo por un alergeno, pero pierden parte de su potencial cuando la enfermedad está causada por varios, tal y como está ocurriendo cada vez con más frecuencia, ya que los alérgicos están pasando de tener el origen de la enfermedad en un sólo elemento a la suma de varios, lo cual dificulta el diagnóstico y el tratamiento.

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