El «factor humano», causa de los mayores desastres

La pobreza y la discriminación dejan a millones de personas en situaciones extremadamente vulnerables
Por EROSKI Consumer 11 de abril de 2008

El factor humano y no la naturaleza es el que provoca los mayores desastres. Ésta es la conclusión de un informe de Oxfam Internacional en el que asegura que la «inactividad política, decisiones infortunadas y mala gestión han contribuido a que el sur de Asia se convierta en la zona del mundo más gravemente afectada por los desastres».

Este informe, titulado «Reconsiderar los desastres«, indica que «el factor humano es el que convierte el impacto de un fenómeno natural extremo, como por ejemplo un ciclón, en un desastre humanitario de magnitudes». Por ello, solicita a los gobiernos y donantes que actúen de manera urgente creando medidas de reducción de riesgos y hagan frente a factores subyacentes tales como la pobreza y la discriminación, que dejan a millones de personas en situaciones extremadamente vulnerables ante las catástrofes.

«El terremoto de Cachemira en 2005 mató a 75.000 personas, una cifra 12 veces mayor al número de muertes provocadas por el terremoto (de la misma intensidad) que sacudió Japón en 1995», señala Ashvin Dayal, director regional de la ONG en el sur de Asia. «¿Por qué? Pobreza, exclusión, desigualdad y políticas insostenibles aumentan la situación de riesgo de los más pobres, especialmente de las mujeres y las minorías».

Emergencias por el clima

Según Oxfam, tanto el coste humano como el económico de los desastres en el sur de Asia «es enorme». En 2004, el tsunami y el terremoto de Cachemira mataron a más de 120.000 personas y dejaron a millones de ellas sin casa. Las inundaciones del año pasado afectaron a más de 30 millones de personas en Bangladesh, India, Pakistán, Nepal y Sri Lanka. «La región pierde hasta un 6% de su Producto Interior Bruto (PIB) anual a causa de las catástrofes», afirma la organización.

El cambio climático está agravando la situación. Dos tercios de las emergencias que ocurren en el sur de Asia están relacionadas con el clima. El calentamiento global conlleva una intensificación de los fenómenos climáticos extremos, que ocurren con mayor frecuencia, intensidad y de forma más imprevisible. El consecuente aumento del nivel del mar tendrá su mayor repercusión en las comunidades del sur de Asia.

«Pero la buena noticia es que podemos salvar vidas y dinero si adoptamos políticas de prevención adecuadas. Según nuestra experiencia, la prevención es mucho más barata que la respuesta posterior al desastre. El problema es que los gobiernos y donantes no priorizan en estas medidas preventivas», comenta Dayal.

Por eso, Oxfam considera que gobiernos, donantes y agencias humanitarias deben integrar urgentemente sistemas de reducción de riesgos ante los desastres y medidas de adaptación al cambio climático en todos sus proyectos de desarrollo, reforzar las infraestructuras, reducir la vulnerabilidad subyacente de las poblaciones y apoyar la capacidad de recuperación de las comunidades.

«Cada nuevo desastre hace más profunda la situación de vulnerabilidad de la gente pobre y ralentiza el desarrollo», advierte Dayal.

Ámbitos de acción

El informe identifica cuatro ámbitos de acción. El primero, el social: de la reacción a la prevención. Las comunidades deben estar capacitadas para entender cuáles son los peligros que pueden afectarles y prepararse adecuadamente. Para ello, deben contar con el apoyo de sistemas de alarma efectivos y una apropiada cobertura mediática que distribuya el mensaje ante una emergencia.

El segundo, físico: estructuras y protección ambiental. Deben reforzarse las infraestructuras de acuerdo con las condiciones locales y los peligros que puedan acechar a la zona, teniendo en cuenta la necesidad de preservar el entorno.

El tercero, económico: reducir la pobreza. La gravedad de un desastre está determinada por la subyacente vulnerabilidad de las personas. Los esfuerzos públicos y la existencia de redes de seguridad financiera pueden evitar la pobreza extrema.

Y, finalmente, el político, la protección de los derechos humanos en las crisis, y más allá de estas. En situaciones de emergencia, las desigualdades sociales existentes se intensifican. Los gobiernos deben combatir las desigualdades económicas, la pobreza y facilitar el acceso a la ayuda proveyendo a sus poblaciones derechos básicos tales como los servicios esenciales y la información.

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